Pastores y
agricultores, desde siempre, cuando salían del núcleo urbano para realizar las
trabajos propios de su actividad, intentaban protegerse de las inclemencias del
tiempo, tanto ellos mismos como los animales que les acompañaban, bien fuera
ganado de explotación o animales de tiro. Es por esto que desarrollaron y edificaron en los campos y montes diversas construcciones que fueron adaptando a los diferentes usos y
necesidades que requerían.
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Cabañas diseminadas. Sos del Rey Católico |
Además, la cercanía
o lejanía de las zonas de cultivo respecto al núcleo urbano condicionaba también
la envergadura de estas construcciones, pues en muchos casos la lejanía del
lugar de trabajo obligaba al ganadero o agricultor pasar varios días seguidos o
la temporada agrícola fuera del hogar, por lo cual estas construcciones tenían
que disponer de todos los elementos necesarios para vivir varios meses en
ellos. De este modo las tipologías constructivas fueron muy diferentes, siendo
el denominador común en todas ellas el haber sido realizadas con materiales del
entorno y con el mínimo costo posible, por lo que fueron los propios ganaderos
y agricultores los que fueron desarrollando una técnica constructiva y
arquitectónica rural muy característica. Es la llamada arquitectura pastoril.
El ejemplo más
sencillo de esta arquitectura pastoril lo tenemos en la bardiza o choza. Un
refugio para protegerse del molesto viento o del agobiante sol en verano. La
bardiza estaba constituída solamente por dos paredes formadas por un entramado
de palos formando un ángulo y apoyadas en cualquier pendiente natural del
terreno; no tenía techo, por lo que si llovía ponían las pieles encima como
protección. Estas bardizas, como bien puede entenderse, tenían carácter
provisional y se construían en cualquier zona del terreno en el mismo momento
de ser necesarias.
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Entrada a una cabaña. Mamillas (Sos del Rey Católico) |
Más estables eran ya
las casetas o cabañas; construcciones rústicas ubicadas en los campos de
labor, alejadas del núcleo urbano y cuya función, además de servir como
protección ante las inclemencias del tiempo, era la de guardar las herramientas
y utillaje de uso agrícola, pues el acarreo constante de las mismas desde el
núcleo urbano al campo y viceversa, suponía un largo, pesado y absurdo
transporte cada vez que el agricultor iba al campo. Suelen ser construcciones
de una sola planta, de unos pocos metros cuadrados de superficie, levantadas
con adobe o mampostería irregular, dependiendo del terreno en el que están
ubicadas, con cubierta a una vertiente y con un vano como entrada; en
ocasiones, si la cabaña es algo más grande, se le añade algún que otro pequeño
vano a modo de ventana para facilitar la entrada de luz natural al interior. No
eran construcciones muy consistentes, por lo que las reparaciones de su
estructura solían ser bastante frecuentes.
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Cabaña en ruinas.Sos del Rey Católico. |
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Restos de una cabaña. Sos del Rey Católico |
Con la progresiva
sustitución del ganado de labor por el cómodo tractor en la segunda mitad del
pasado siglo éstas cabañas fueron perdiendo poco a poco la función para la que
fueron construídas, pues ahora el agricultor disponía de un vehículo rápido
para desplazarse, además de realizar las labores
agrícolas con más rapidez y comodidad, con el consiguiente ahorro de tiempo, lo
que facilitaba el regreso diario a casa. Por ello, muchas fueron abandonadas y
el paso del tiempo, sumado a su frágil consistencia, han dado como resultado el
desplome de la mayoría de ellas, quedando en el terreno las ruinas de lo que en
su día fue el refugio y pequeño almacén del agricultor. En Sos
encontramos restos de cabañas diseminadas por toda la comarca.
Alguna de estas
cabañas, las menos, se han restaurado y fortalecido estructuralmente
porque sus dueños las han adaptado a otros usos alternativos más modernos.
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Escalera de ascenso a la parte superior de una borda.
Ceñito (Sos del Rey Católico) |
Algo más grande que la cabaña es
la borda, construcción funcional que suele estar a pie de finca y no muy
alejada del centro urbano, cuyo uso principal es prácticamente el mismo que la
cabaña, pero es este caso la borda da cabida tanto a pastores como a
ganado, por lo que la distribución interior deberá adaptarse a las necesidades
de ambos.
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Techumbre de una borda. Ceñito (Sos del Rey Católico) |
Son edificaciones de
planta rectangular, con tejado a dos vertientes y divididas interiormente en
dos alturas: en la zona inferior se estabula el ganado o los animales de tiro,
se guarda el utillaje, aperos y herramientas, y en la parte superior,
generalmente abuhardillada, es donde suele dormir el pastor o agricultor, además
de servir de almacén de grano y forraje para los animales.
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Corral en Cenaruga. Sos del Rey Católico |
Pero lo más común en
la comarca de Sos y en todas las Cinco Villas son dos tipos de construcciones
mucho más grandes y bastante diferenciadas entre sí: el corral y la barrera.
Ambos buscan principalmente el abrigo del viento, por lo cual su ubicación no
es arbitraria. También buscaban construir en lugares elevados para protegerse
de las avenidas y torrentes en caso de lluvia y poder aventar mejor en la era,
siempre situada junto al corral.
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Almacén de paja en un corral abandonado.
Vico (Sos del Rey Católico) |
Aunque los corrales
también son construcciones de uso temporal, la permanencia en los mismos es
mucho más duradera debido al calendario que imponían las faenas agropecuarias
(siembra, siega…), por lo cual estas construcciones debían estar debidamente
preparadas para vivir en ellas un largo período de tiempo, tanto las personas
como el ganado de explotación, animales de labor (mulas, bueyes..),de compañía
(perros…),y de granja (conejos, pollos…) además de contar con las instalaciones
oportunas para la estabulación de los mismos (rediles, establos, cuadras,
corrales…) y para su alimetación (almacenes de paja y forraje, abrevaderos…)
Igualmente debía disponer todo lo necesario para las labores agrícolas: era,
algún pequeño espacio de tierra cultivable para el autoconsumo, almacenes para
el grano, pajar, almacén de herramientas, pozo de agua… y , por supuesto, la
vivienda con todo el acondicionamiento posible para pasar estos largos
períodos.
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Restos de un serenau. Ceñito (Sos del Rey Católico) |
El corral se
caracteriza por estar todo su perímetro cerrado por un muro de mampostería,
donde se distingue una zona descubierta y acotada para el ganado, llamada
serenau,
que se comunica con otra zona de las mismas características, también para el
ganado, pero cubierta. El resto de construcciones para animales están todos
cubiertos.
La barrera, muy
similar en cuanto a la tipología constructiva de los corrales y también
en cuanto a su uso, se caracteriza por carecer, al menos, de cubierto para el
ganado.
El tamaño de los
corrales varía dependiendo de varios factores: morfología del terreno, superficie y extensión de tierra a cultivar, número de cabezas de ganado, distancia del núcleo
urbano, personal dedicado a trabajar, etc; además de otros factores
circunstanciales históricos y socioeconómicos.
La pardina es un
conjunto de casas, casi siempre anejas, emplazadas en explotaciones
agropecuarias de gran tamaño y que conforman una unidad de economía
autosuficiente; esto quiere decir que debe disponer de dependencias para
guardar el ganado (corrales y cuadras), los aperos de labranza, el forraje y el
grano, el material para la explotación forestal, pozo de agua, cocina, bodega,
etc. En principio fueron pensadas para
uso permanente, pero con posterioridad han sido utilizadas exclusivamente como
vivienda temporal en épocas de faenas agrícolas o ganaderas. Son unidades
arquitectónicas de volúmenes complejos, alejados de los pueblos, y podría
decirse, que son un pequeño núcleo de población en sí mismas, llegando a tener
iglesia o ermita y hasta colegio, como en el caso de Vico.
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Acceso a un serenau. Ceñito (Sos del Rey Católico) |
-GIMÉNEZ AÍSA, Mª PILAR. Arquitectura tradicional de las Cinco
Villas. Adefo Cinco Villas. Zaragoza, 2008.
-RÁBANOS FACI, CARMEN. La arquitectura popular
aragonesa. Enciclopedia temática de Aragón. Vol. XIII. Ed. Moncayo.
Zaragoza, 1986.
-RIVAS, FÉLIX A. “Arquitectura popular y
paisaje cultural”, en Delimitación Comarcal de Zaragoza, colección
Territorio 36, pp.275-288. Gobierno de Aragón, Zaragoza, 2011.
-RIVAS, FÉLIX A. "Construcciones
pastoriles en Cinco Villas". Temas de Antropología
Aragonesa, nº 7, pp. 71-99. Instituto Aragonés de Antropología.
Zaragoza, 1977.
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