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domingo, 12 de junio de 2016

LA CASA DEL SOSIENSE


Tanto en Sos como en todo el territorio del Alto Aragón el término "casa" hace referencia a una unidad jurídica que posee un gran protagonismo en la vida de los pueblos como consecuencia de la indisolubilidad del patrimonio. “Casa” son los bienes del tronco familiar.
El profesor Martín Ballestero definió la «casa» en Aragón como «la unidad familiar y patrimonial formada por el conjunto de individuos que viven bajo la jefatura de un señor, generalmente el padre, en un espacio limitado por una unidad económica de explotación y cultivo, aunque no sea continua territorialmente, sustentándose de unos mismos bienes, que han sido recibidos por tradición de generaciones anteriores, con las que el jefe estaba generalmente unido por vínculos directos de sangre»[1]
En la vivienda (la casa propiamente dicha) se guardan los animales, se trabaja en los meses en los que no hay que salir al campo, se cocina, se dirimen los asuntos familiares,se educan a los hijos, se llevan a cabo las celebraciones, en definitiva, se vive, en el más amplio sentido de la palabra.
Humilde casa tradicional. Sos del Rey Católico.
La casa en la que transcurre la vida del sosiense debe cubrir, con escasez de medios, una serie de necesidades básicas: cobijo contra el frío y las adversidades del clima, con el mantenimiento de una temperatura adecuada, lo que condiciona la orientación y el número y tamaño de los vanos; aprovechamiento y adaptación al terreno, lo que incluye la utilización de materiales fácilmente disponibles, y la máxima funcionalidad para adecuarse tanto al uso como vivienda como a las imprescindibles labores domésticas, agrícolas y ganaderas.( ver distribución de la casa)

                         Los materiales que se emplean son los que proporciona el entorno, y dependerá del poder adquisitivo de cada familia la elección de los mismos. La materia prima para la construcción de muros es principalmente la piedra, aunque también es frecuenta la combinación de materiales, como sillar y ladrillo, tapial y adobe, madera y tapial. Con tierra y agua se fabricaba el adobe, mucho más barato y presente en las edificaciones de economías más pobres; con el adobe, igualmente, se fabricaba el tapial, para cuya elaboración se utilizaban encofrados que se llenaban de tierra con paja húmeda dispuestas en capas que luego eran apisonadas con mazos. El barro mezclado con paja se usaba para revocar el tapial y las fachadas de adobe, como mortero en las construcciones de piedra y como aislante en los tejados junto al cañizo, aunque hay fachadas que se revocaban en yeso.
Tabique de una humilde casa con cañizo revocado de barro.
Ceñito (Sos del Rey Católico)
Los tabiques de patio, graneros, cuadras y corrales son de piedra, aunque en algún caso son de adobe. En las casas más humildes los tabiques de la casa podían ser de cañizos cubiertos de tierra y armados con cuartizos de madera, lacados después con yeso. El lavado de las paredes podía hacerse en dos capas, una primera con yeso y tierra y otra más fina sólo con yeso.





[1] Martín Ballestero, Luis. “La casa en el derecho aragonés”, Zaragoza, 1944, en “El testamento unipersonal en el medio rural del Alto Aragón (estudios notariales del siglo XVII) Natividad Rapún Gimeno, pp. 48-49. Revista de derecho Civil Aragonés VII-VIII, pp. 47-152. 2001-2002. I.F.C.. (C.S.I.C.) Zaragoza, 2003.






BIBLIOGRAFÍA


-BIARGE. FERNANDO y ANA. Casa por casa. Detalles de la arquitectura rural pirenaica. Arpirelieve. Huesca, 2001..
-GIMÉNEZ AÍSA, Mª. PILAR. Arquitectura tradicional de las Cinco Villas. Adefo Cinco Villas. Zaragoza, 2008.
-RAPÚN GIMENO, NATIVIDAD.  “El testamento unipersonal en el medio rural del Alto Aragón (Estudio de protocolos notariales del siglo XVII)” Revista de derecho Civil Aragonés VII-VIII, pp. 47-152. 2001-2002. I.F.C. (C.S.I.C.) Zaragoza, 2003.

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