domingo, 27 de mayo de 2018

LA CESTA





A principios del pasado siglo, cuando los campos de Sos estaban sembrados de abundantes viñas y el cultivo de la uva era copioso, se encontraron en la plaza del pueblo el José, que portaba una cesta en la mano, y el Ramón, un “enchargau” de Uncastillo, que le pregunta a José:
-¿Qué llevas en esa cesta?
Respondiéndole José:
-¡Si lo adivinas te doy un par de racímos!
-Hummm…….¡Empanadillas!-respondió el de Uncastillo.

domingo, 20 de mayo de 2018

PAGAR LA MANTA


            Desde la Edad Media, la pequeña densidad poblacional de los pueblos y el rigor con el que la Iglesia establecía los cánones relativos a la consanguinidad hizo que mucha gente que quisiera casarse buscara a su futuro cónyuge fuera de los límites de su propio pueblo. Y así ha continuado en la España rural hasta la segunda mitad del pasado siglo.
         Sos del Rey Católico, como muchos otros pueblos de España, hasta la segunda mitad del siglo XX era un lugar prácticamente autárquico, que en raras ocasiones tenía contacto con poblaciones lejanas y con muchas dificultades para la aproximación con lugares cercanos debido, entre otros factores, a las deficientes y pésimas comunicaciones entre pueblos y la falta de un medio de locomoción rápido y eficaz. Y es por esto que casi todas las relaciones sociales se proyectaban en el mismo pueblo dando lugar a matrimonios interfamiliares que podían llegar incluso a la endogamia. Los vecinos se daban cuenta de esta involución que ya la Iglesia intentaba suprimir con prohibiciones relativas al casamiento entre familiares, por lo cual los mozos casaderos se veían obligados a viajar a localidades cercanas en busca de una novia para contraer matrimonio, tener hijos y continuar de esta forma la estirpe de la familia.
          Las romerías, peregrinaciones, ferias, fiestas patronales u otros eventos eran singulares y puntuales acontecimientos que no había que desperdiciar para encontrar la otra “media naranja”.  Y del mismo modo que había sosienses que se desplazaban a otros municipios cercanos en busca de pareja también los había de otros lugares que venían a Sos con las mismas intenciones. Así surge la figura de un nuevo personaje en el ámbito local que determinará ciertas costumbres sociales practicadas hasta no hace mucho tiempo: se trata del  “novio forastero”.
El novio forastero no era muy bien visto entre los mozos del pueblo de la novia. Se le consideraba como un ladrón que venía al municipio a llevarse una de las pocas mozas casaderas que había en el lugar, mermando en un gran porcentaje las posibilidades de acercamiento del autóctono hacia las damas núbiles a las que, en un ejercicio de total machismo, consideraban como de su propiedad; es por esto  por lo que el “intruso” o “advenedizo” debía pagar un tributo por llevarse a una mujer del vecindario y de este modo entrar a formar parte de la comunidad, estableciendo como obligación “pagar la manta”.
La “manta” era la comida, cena, o cualquier otro pago en dinero o en especie que debía dar el forastero a los mozos solteros del municipio de la novia antes de celebrarse los desposorios, en un acto que tiene cierta similitud con lo que actualmente sería una despedida de solteros, pero que sólo se daba si un forastero llegaba al pueblo a casarse con una chica, nunca en el caso contrario, si era el vecino quien se desposaba con una moza de otro lugar. En ese caso ya se encargarán los vecinos del pueblo de la novia de cobrarle la manta.
             Si el pago de la manta se realizaba con dinero en efectivo éste se dilapidaba en comida y bebida para la juerga.
Como es lógico, había novios que iban mal de dinero y no podían permitirse este pequeño canon y otros se negaban directamente a pagar la manta, lo que no era muy aconsejable, pues la reacción de los mozos del pueblo podía hacer la vida imposible al incauto.
En la mayoría de los casos cobrar la manta suponía una fiesta gratuita para los solteros del pueblo, que aceptaban e integraban al foráneo en su comunidad, celebrándolo en un ambiente  alegre y divertido donde la comida y la bebida corría a cuenta del intruso,  pero ha habido lugares en Aragón donde la llegada de un forastero en busca de novia “era considerada como una ofensa para los del pueblo y una intromisión”[1],llegando a usar la violencia contra el pretendiente que, en algunas ocasiones, ha terminado incluso con su propia vida. 
Actualmente y afortunadamente ya no se llega a tales extremos. La tradición de "pagar la manta" es una costumbre prácticamente ya en desuso en muchos pueblos. No obstante, hoy en día, aunque cada vez menos, si un joven forastero se acerca a un pueblo de no muchos habitantes, donde todos se conocen, con intenciones de “ligar” con una muchacha del lugar, es muy probable que en un primer momento no sea muy bien recibido por los mozos solteros del municipio, que lo mirarán con recelo y lo considerarán como un intruso, un enemigo que llega para llevarse algo que consideran suyo. Habrá que ser muy hábil para sortear este primer obstáculo. ¡Haced la prueba! O no, no vaya a ser que salgáis mal parados.






[1] José Lisón Huguet. Algunos aspectos del estudio etnográfico de una comunidad rural del Pirineo aragonés oriental, p. 136. Ed. Institución Fernando el Católico. Zaragoza, 1984. Citado en Maine Burguete, Enrique. “Relaciones hombre-mujer. Estudio etnográfico de una pequeña localidad de las Cinco Villas (Fuencalderas)” p. 196. Temas de antropología aragonesa, nº 4, pp.164-221.







BIBLIOGRAFÍA

-MAINE BURGUETE, ENRIQUE. “Relaciones hombre-mujer. Estudio etnográfico de una pequeña localidad de las Cinco Villas (Fuencalderas)” en Temas de antropología aragonesa, nº 4, pp-164-221. Instituto Aragonés de Antropología. Zaragoza, 1993.

domingo, 13 de mayo de 2018

LOS ÁNGELES GUARDIANES DEL CEMENTERIO DE SOS



 “Los Ángeles Custodios son enviados para el servicio a los hombres que han de heredar la salvación”(Heb. 1, 14)


Tumbas en el cementerio de Sos de Sos del Rey Católico


La utilización de esculturas funerarias ha sido una práctica muy recurrente en la historia de la humanidad. El deseo, bien por parte del difunto, bien por sus familiares, de tener una última morada digna ha hecho que frecuentemente se recurra a dotar al fallecido de una apropiada sepultura, a poder ser con una conveniente estructura arquitectónica y una honorable ornamentación escultórica.
En la Edad Media y Moderna sólo la realeza y la gran nobleza eran los grupos sociales dotados con posibilidades económicas para poseer este tipo de enterramientos.Ya en el siglo XIX, al amparo de corrientes imperantes de la época como el romanticismo, se popularizó este tipo de prácticas entre los grupos sociales inferiores.

Lamentablemente, la escultura funeraria es un arte del que muy poco se sabe porque  es un tema que no ha suscitado demasiado el interés entre la gente; no se sabe si esta abulia viene determinada por el lugar donde se sitúan las esculturas o por la excesiva cantidad de trabajos vulgares existentes, pero lo cierto es que el desconocimiento de este arte funerario es general.
Las esculturas funerarias en los cementerios católicos occidentales tienen un significado cultural y folklórico basadas en un mismo patrón, siguiendo una serie de principios simbólicos invariables que se repiten en todos los cementerios. Las estatuas pueden variar en cuanto al tamaño, diseño y estilo según la época en que se realizaron, pero el significado y función de las mismas no varía de un lugar a otro ni de una época a otra.
Además, estas figuras, aunque parezcan que su principal cometido es puramente ornamental, la realidad es que son representaciones de las distintas facetas del Espíritu Guardián de los fallecidos y del camposanto.
Desde la Edad Media hasta nuestros días todos los cementerios poseen un Espíritu Guardián; un alma destinada a proteger, por una parte, el cementerio y sus difuntos de los espíritus diabólicos y, por otra, evitar que las almas de los fallecidos regresen para atormentar a los vivos. Para ello, este Espíritu Guardián se representa a través de estatuas, cada una con sus propias características, pero cuya principal función es proteger el cementerio y sus difuntos. Pueden ser estatuas de leones, caballos, águilas, perros, figuras encapuchadas…pero la más representada y la más común de todas ellas es la figura de un ángel: el Ángel Guardián.
Angel Custodio. Obra de Celestino Goñi. Sos del Rey Católico
La figura del Ángel Guardián nunca es representada mirando hacia arriba, hacia el cielo, sino que su mirada está orientada siempre hacia el frente, para ver y custodiar sus dominios,  o hacia abajo, para vigilar a quienes tiene que proteger.
En los mitos bíblicos los ángeles son algo más que simple mensajeros: son intermediarios entre el hombre y Dios, entre la tierra y el cielo, reflejando así su labor como transportadores de almas. Tras la protección y compañía que en la vida terrenal el hombre ha tenido de su Ángel de la Guarda, también tras su fallecimiento, el mismo Ángel lo acompañará a la otra vida; es decir, que los ángeles custodios tienen como principal misión la salvación del hombre, que el hombre pase a la vida de unión con Dios, y en esta misión se encuentra la asistencia que dan a las almas en el momento de presentarse ante Dios.
En el cementerio de Sos podemos encontrar  enterramientos con sencillas y simples cruces de hierro, cruces de piedra más grandes, lisas, con molduras o con tallas más sofisticadas, panteones familiares de excelente factura y los típicos nichos modernos construidos en altura para mayor aprovechamiento del espacio. Sólo un Ángel Guardián de tamaño considerable resalta entre todas las sepulturas existentes. Un ángel tallado en piedra, obra de Celestino Goñi, vestido con túnica, dos grandes alas desplegadas en su espalda, cabellos largos, mirando al frente, con los brazos hacia adelante y portando un ramo de flores entre sus manos.
A las esculturas de ángeles que llevan una rosa o unas flores en la mano se les atribuye el significado de proteger el nicho,  sea individual o familiar, o sea, a todos los miembros de la familia enterrados allí.


Dos ángeles custodios tallados en piedra sobre la puerta de un panteón.




          En el camposanto de Sos existen más ángeles custodios formando parte de las estructuras funerarias de los enterramientos, muchos de ellos esculpidos en la piedra o mármol que forman parte de dichas estructuras, pero ninguno en forma de estatua y del tamaño como la tallada por Goñi.
Los ángeles custodios del cementerio de Sos siguirán allí hasta la eternidad, cumpliendo su misión con nuestros seres queridos.  Descansad en Paz.













domingo, 6 de mayo de 2018

COMERCIOS TRADICIONALES EN SOS DEL REY CATÓLICO


Actualmente, la actividad comercial tradicional en Sos del Rey Católico nada tiene que ver con la existente hace un siglo.(ver auge y decadencia en Sos)
Antiguo comercio en la calle Ramón y Cajal.
Sos del Rey Católico
En el primer cuarto del siglo pasado Sos llegó a tener casi 4.000 habitantes. Para atender las necesidades básicas de esta población fueron muchos y variados los servicios, comercios y comerciantes  que se instalaron en la villa. Basta echar una ojeada a la Guía Permanente de Información Técnica y Comercial de los años 40(ver) para comprobar la agitada actividad comercial del pueblo: 6 panaderías, 8 tiendas de comestibles, 5 carnecerías…
            Posteriormente, conforme los sosienses emigraban del pueblo y muchas casas eran abandonadas, también los comercios cerraron las puertas y sus dueños emigraron a la capital u otras zonas de España, con sus familias, en busca de un trabajo rentable que les permitiera vivir más confortablemente y poder sacar hacia adelante al clan familiar.
                Actualmente, según el censo del  año 2016, hay tan sólo 605 habitantes censados en el municipio, y como toda “regla de tres”, la ley de proporcionalidad también se aplica aquí: a menor población, menor actividad comercial.
                Como se ha dicho, actualmente son muy pocos los comercios de la villa en comparación con los de hace un siglo, resultando insuficientes para cubrir las necesidades de hoy en día de los sosienses. Pero afortunadamente se ha ganado mucho en el sector del transporte y las comunicaciones, apenas existentes hace un siglo, o las que había eran muy deficientes y rudimentarias. Hoy todo el mundo posee vehículos de transporte y las comunicaciones con otros núcleos urbanos cercanos a la capital ya no resultan tan difíciles, lentas o incómodas como antaño, y la posibilidad de abastecerse cómoda y rápidamente de productos básicos traídos de otras localidades es ya es una realidad, resultando no ser imprescincibles algunos comercios en la villa.
          Por otra parte, es cierto que algunas actividades comerciales antiguas han desaparecido con el paso del tiempo, la industrialización y las nuevas tecnologías, pero también es cierto que se han creado otras nuevas, más modernas, de acuerdo con las actuales formas de vida y orientadas hacia otro sector de actividad que empieza a despegar en Sos: el turismo.


COMERCIOS EN SOS







CARNECERIA-POLLERÍA ” LA TAUNA”
                Venta de productos cárnicos directamente al consumidor.
                Dirección: C/Gil de Jaz, 5
                Tlfno: 948888080














TIENDA MUSEO “RUTA DEL TIEMPO”
            Tienda de souvenirs y objetos decorativos de “otros tiempos”y detalles históricos. Las plantas superiores del edificio están destinadas a alojamiento rural.
                Dirección: C/Larraldía, 1 (en la misma Plaza de la Villa)
                Tlfno: 948888295/630660213









TIENDA “EL MORRICO FINO”(*)
                Tienda gourmet, delicatesen y de alimentación artesanal.
                Dirección: C/ Fernando el Católico s/n
                Tlfno: 948888333/699669457

(*)Actualmente cerrado a consecuencia de la pandemia









AUTOSERVICIO IRATXE (Autoservicio Simply)
                Tienda de autoservicio de alimentación y droguería.
                Dirección: C/Fernando el Católico, 19
                Tlfno: 948888289












TIENDA  “L´ALDABA”
                Tienda de artesanía propia y alimentación delicatesen de Aragón, especializados en joyería, esmalte al fuego y vidrio.
                Dirección: Fernando el Católico, 21










CHUCHES Y PRENSA BELÉN
             Venta de tabaco, prensa, revistas, papelería y chucherías.
                Dirección: Fernando el Católico nº 33
                Tlfno: 948888672














PANADERÍA “LA ESPIGA”
               Fabricación propia y venta de pan, pastas, pasteles, bollería y dulces artesanos.
                Dirección: C/Emilio Alfaro nº 1
                Tlfno: 948888259
















PASTELERÍA PUENTE
            Fabricación propia y venta de chocolates, turrones, trufas, tartas y pasteles desde 1916.
Dirección: Avda. de Zaragoza, 10
Tlfno: 948888116