domingo, 30 de diciembre de 2018

"RANEROS" LOS DE UNDUÉS DE LERDA

Rana común (foto de 123rf.com)

El diccionario de la R.A.E. define la palabra ranero como el “ terreno húmedo en que se crían muchas ranas”.
El municipio de Undués de Lerda está ubicado al norte del término de Sos, en un pequeño valle llamado “vallecito de Lerda”, limitando su término municipal con el río Aragón al norte, y drenando sus tierras los arroyos de Las Nogueras y El Molinaz, además de otros muchos  barrancos de régimen estacional.
 La abundancia en Undués de Lerda de este recurso natural, el agua, ha hecho que a lo largo de los siglos se asentaran en el lugar diferentes comunidades de gentes, dando lugar al prolífico cultivo del cereal y otros productos agrícolas, además de ofrecer  buenos pastos para el ganado.
La envidia y la maliciosidad de la gente de los municipios cercanos, que probablemente no disponían de tantos recursos hídricos, hizo que a los habitantes de Undués de Lerda les llamaran con el pseudogentilicio de raneros, dando a entender que los unduesinos no eran capaces de rentabilizar y sacar el rendimiento y óptimo beneficio a sus fértiles tierras, convirtiendo sus terrenos en unos criaderos de ranas.


"PECEROS" LOS DE LONGÁS



                  Los habitantes de Longás son conocidos, cariñosamente, con el pseudogentilicio de “peceros”.
            Sobre este apodo, o sobrenombre, hay quienes piensan que proviene de las siglas PC por la afinidad de los habitantes del municipio hacia este determinado partido político, y otros que creen que deriva por el gusto que le tienen al agua, respirando por branquias en vez de por pulmones. Sin embargo la explicación es mucho más sencilla.
            Desde hace más de un siglo, y durante décadas, a los habitantes de Longás les supuso una considerable fuente de ingresos extraordinarios la elaboración, venta y exportación de “pez”, ese líquido negruzco “alquitranado” obtenido de la cocción de la madera del pino y su resina. Los longasinos vendían la pez a los boteros para que éstos impermeabilizaran el interior de sus artesanales botas, la exportaban a los astilleros gallegos para calafatear las quillas de sus embarcaciones y la utilizaban, también, para marcar las reses.
            Con la aparición, hace más de un siglo, del “oro negro” y su refinado la elaboración de pez en Longás desapareció,  y con ella este antiguo oficio que supuso una considerable inyección económica a los longasinos. Su desaparición es tan lejana en el tiempo que ni los más mayores del lugar recuerdan haber visto su elaboración. El recuerdo de esta pasada actividad  ha quedado reflejado en la toponimia de algunos parajes de la zona, como “Los Hornos de Pez” , “Paco Fornazo”, "Barranco del Fornazo", lugares donde se ubicaban los hornos de cocción; o la calle “Pezuelo”, en el pueblo.
            Así pues, el sobrenombre con que se conoce a los longasinos proviene simplemente de “pez”; “peceros”: productores o elaboradores de pez.

domingo, 23 de diciembre de 2018

LA CASTAÑERA DE SOS

Rocío. La castañera de Sos


Una castañera es ese pintoresco y típico personaje que aparece en las ciudades españolas llegado el otoño y que, con un pequeño fogón portátil, se instala en una plaza o en una esquina de sus calles para asar y vender, bien calentitas, esos frutos secos otoñales, ricos en proteínas, minerales, grasas y vitaminas B y C, que son las riquísimas castañas.
La castañera fue una estampa muy popular en nuestras ciudades durante el siglo XIX y primera mitad del siglo XX, siendo considerada como una institución, formando parte muy importante de la industria callejera y venta ambulante de la historia de España. Todo un noble oficio con  una técnica profesional y artesanal que se ha venido realizando por tradición familiar y transmitida de padres a hijos.
Castañera de Madrid (foto: todocoleccion.net)
Como muchos trabajos artesanos y oficios de entonces ya desaparecidos, el de ser castañera también estaba casi predestinado a desaparecer por falta de relevo generacional y por otros motivos de otra índole por todos conocidos. Pero, afortunadamente, nuevas generaciones de jóvenes castañeros, hombres y mujeres, han adaptado este oficio a los nuevos tiempos para no perder y dejar en el olvido esos valores tradicionales ni la esencia de este humilde y noble oficio, como así ha hecho una simpática y joven muchacha que desde hace cuatro años se deja ver, llegado el mes de octubre, por las frías calles de Sos.
La imagen costumbrista y castiza que solemos tener de una castañera es la de una señora mayor, curtida por el frío y vestida de negro, con un pañuelo en la cabeza, también negro, anudado bajo la barbilla, protegida la espalda y pecho por un chal o toquilla, con guantes cortados a la altura de los metarcarpianos para facilitar el tacto y poder mover los dedos con fluidez, sentada sobre una pequeña silla de espadaña o esparto y con una manta por encima de las piernas, papeles de estraza o de periódicos  para hacer los característicos cucuruchos para contener las castañas compradas, cesto de mimbre forrado con arpillera para echar las castañas asadas y tapándolas con otro trozo de arpillera para guardar el calor y terminar su cocción.
La vestimenta de Rocío, que así se llama la castañera de Sos, como representante de la nueva generación de castañeros, evidentemente, nada tiene que ver con la indumentaria de aquellas  castañeras del pasado siglo, pero lo que sí conserva de ellas es la técnica y la forma tradicional de asar las castañas tal y como lo hacían entonces.
Asar castañas puede parecer fácil, pero tiene su técnica; desde rajarlas bien y asarlas con paciencia, con brasa no muy fuerte, hasta saber el punto en que deben retirarse del fogón y conservarlas calientes en el cesto de mimbre para que se terminen de cocer.
Las manos tiznadas de Rocío delatan su profesionalidad
Rocío, con apenas treinta años, nacida en Madrid, aunque ella se considera petillesa, ha sabido aprender este oficio a la perfección. Basta con verla trabajar. Basta con ver su forma de proceder, de moverse, de rajar  las castañas, de echarlas al fogón, de asarlas, vigilarlas para que no se le queme ninguna, revolverlas para que todas se hagan por igual, de controlar las más gordas y dejarlas más tiempo al fuego para que terminen de hacerse, de retirarlas una a una si fuera necesario, de arroparlas bajo la arpillera…, todo un lento y minucioso proceso en el que las tiznadas manos, dedos y uñas de Rocío, sin guantes, ennegrecidas por el hollín y las quemadas cáscaras de las castañas, reflejan el buen hacer de esta castañera y el mimo con que trata su producto para sacarle el mejor partido y ofrecer  al cliente el mejor de los resultados. Tras limpiarse las manos con un trapo, Rocío inicia de nuevo el cuidadoso proceso, como si fuera un ritual, para preparar otra “hornada”, y otra…y otra…hasta que la demanda de castañas cesa.
Rocío sirviendo un cucurucho de castañas a un cliente
Igualmente, los utensilios y materiales que maneja y usa Rocío son los mismos que las de aquellas castañeras tradicionales del siglo XIX ó XX. El fogón, sustituto de los antiguos anafres, es el único elemento que se ha adaptado a los nuevos tiempos, aunque el mecanismo es el mismo de siempre, pero Rocío continúa utilizando el cesto de mimbre, la arpillera y ¡cómo no! el clásico cucurucho de papel para servir las castañas, materiales tradicionalmente usados por las castañeras de toda la vida.
Por otro lado, ser castañera está considerado como un duro oficio, pues Rocío tiene que soportar las inclemencias del tiempo, lluvia, frío y viento durante muchas horas, aunque para paliar, en parte, estas dificultades climatológicas, disponga del calor del fogón; pero para Rocío, sin duda, el mejor calor reconfortante que puede recibir es que sus clientes regresen de nuevo al puesto, vuelvan a comprar castañas y le feliciten por lo buenas y lo bien hechas que están.
Antaño, en algunos lugares de España, el oficio de castañera se convirtió en un recurso económico, aunque de forma temporal, para personas con pocos medios para subsistir y sin ninguna regulación por parte de los ayuntamientos. Actualmente la venta ambulante de castañas está regulada por unas normativas que rigen en cada ciudad, con lo que podemos hablar de una "profesionalidad" de este oficio tan antiguo. Profesionalidad que algunas empresas y particulares, en su afán de rentabilizar al máximo sus negocios, se olvidan del método tradicional de asar las castañas y recurren a procedimientos más “industriales” con el fin de asar el máximo número de castañas en el menor tiempo posible, utilizando para ello hornos mucho más grandes y sofisticados que los convencionales y usando gas como fuente calorífica, reduciendo a la mitad el tiempo de asado de las castañas. Pero…¡ qué diferente resulta una castaña asada de forma tradicional, en las brasas, lentamente, y con mimo!, como las hace Rocío.
La castañera y el vendedor de la ONCE, dos peculiares personajes en las calles
de Sos del Rey Católico
Si vienes a Sos podrás encontrarla en las calles más transitadas de la localidad (Plaza de la Villa, calle de Fernando el Católico…) pues gracias al fogón portátil que posee puede desplazarse y ubicarse en distintos lugares refugiándose de las duras condiciones climatológicas y de las inclemencias del tiempo. Pero tanto si llueve como si hace viento, Rocío te recibirá con una amplia sonrisa y te ofrecerá, con gran amabilidad, su mimado producto. Simpática, afable, cordial, charlatana y fiel a su cita anual con Sos del Rey Católico desde hace cuatro años, se está ganando, con creces, ser otro de los personajes populares y tradicionales que pasarán a formar parte, junto con Julio, el vendedor de la ONCE,(ver) del costumbrismo local de Sos.
Así pues, si visitas Sos del Rey Católico en temporada otoño-invernal y ves a Rocío “la castañera” no dudes en contribuir a esta popular tradición de saborear el otoño con castañas recién asadas, al estilo tradicional, comprando un cucurucho a esta simpática castañera ¡Buen provecho!


martes, 18 de diciembre de 2018

LA SEPULTURA DE SANCHO GARCÉS I


             
Sancho Garcés I

  
               ¿Dónde se encuentran enterrados los primeros reyes pamploneses Sancho Garcés I y su hijo García Sánchez I?
                 Documentalmente sabemos que ambos monarcas fueron sepultados en la misma iglesia, en San Esteban, pero geográficamente, a día de hoy, no se conoce fidedignamente el lugar de su descanso eterno; sobre el lugar de enterramiento todo son opiniones, teorías, hipótesis, imprecisiones e interpretaciones, aunque  puede que haya alguna opinión que tome más fuerza que otras.
                      A continuación se exponen los datos que disponemos  y las interpretaciones de los estudiosos del tema. Después, será el  lector quien saque sus propias conclusiones.
                       Pero vayamos por partes.

  La historiografía moderna
            Tradicionalmente la historiografía oficial reconoce que ambos monarcas fueron sepultados en la localidad navarra de Villamayor de Monjardín, pero resulta que no existen pruebas documentales determinantes ni restos arqueológicos de ninguna clase que certifiquen esta afirmación. Al mismo tiempo, diversos profesores, historiadores e investigadores, tras examinar y estudiar la documentación que ha llegado hasta nuestros días, tampoco se ponen de acuerdo, pues hay quien afirma que sus restos se sepultaron en otra localidad distinta, o incluso en un municipio que no se conoce exactamente su situación y del que actualmente no queda resto alguno.
                Por otra parte, en Leyre existe un mausoleo con un arcón lleno de un amasijo de huesos encontrados en el monasterio y procedentes de nichos de las paredes de la iglesia, de sepulturas bajo el suelo y  de otros lugares del cenobio, recogidos tras el abandono del monasterio por la desamortización de Mendizábal. Dichos restos permanecieron  en la iglesia parroquial de Yesa desde 1863  hasta 1875, año en el fueron trasladados de nuevo a Leyre. Cuando en 1891 se acometieron en el monasterio las nuevas obras de restauración, nuevamente los restos fueron depositados en Yesa  para en 1915 trasladarlos definitivamente a Leyre.
                   En el mencionado arcón dicen estar los restos de los monarcas pamploneses Sancho Garcés, Ximeno Iñiguez, Iñigo Arista, García II Iñiguez, Fortuño Garcés, Sancho Garcés I, Sancho García II Abarca, García Sánchez III, Ramiro XIII, García Sánchez IV dos príncipes y siete reinas; ….casi ná. De Sancho Garcés "se dice" que sus restos fueron trasladados desde la localidad navarra de Villamayor de Monjardín, pero no existe documento alguno que certifique este traslado, y tampoco existe la certeza ni acreditación fiable que justifique que su osamenta se encuentre en el citado arcón.

                Un poco de documentación
              
Códice de Roda
                     El Códice de Roda es un manuscrito escrito en latín a finales del siglo X con importantes textos referentes a la historia de los reinos de Asturias, Pamplona y el condado de Aragón, por lo que, dada su proximidad en el tiempo con los acontecimientos que nos ocupan, merecen una total y absoluta credibilidad. En dicho Códice, que comprende el códice Albendense o Vigiliano que en el año 976 finalizó el escriba Vigila, puede leerse, en referencia  al rey Sancho Garcés I: “Necnon cum castris omne territorium Aragonense capit….Sepultus est in  Sancti Stefani pórtico. Regnat cum Christo in polo” (Y se apoderó de todas las fortalezas del territorio Aragonés…fue sepultado en el pórtico de San Esteban, y reina con Cristo en el cielo)
                Y a continuación, sobre su hijo García Sánchez I, dice:  “ Item filius eius Garsea rex regnavit ans XL. Benignus  fuit et occisiones multas egit contra sarrazenos,…Tumulatus est in castro Sancti Stefani”  (Su hijo García reinó cuarenta años. Fue bueno y ganó en muchas ocasiones a los sarracenos. Sepultado está en el castillo de San Esteban)
                Está muy claro: Ambos monarcas están sepultados en la iglesia de San Esteban, concretando además  que la sepultura de Sancho Garcés I se encuentra en el pórtico de dicha iglesia. Lo que no nombran los textos es la localidad donde se ubica la iglesia de San Esteban, y es aquí donde surgen las dudas y las discrepancias.

                Villamayor de Monjardín
                Sobre un altozano de la localidad navarra de Villamayor de Monjardín (el nombre primitivo era Deyo), cerca de Estella, se alzan los restos de su castillo, el castillo de Deyo, que más tarde se conocerá como castillo de Monjardín; y al construirse una ermita dedicada a San Esteban se llamó San Esteban de Deyo. La fortificación data del siglo X y fue el monarca navarro Sancho Garcés I quien conquistó este castillo a la familia musulmana Banu Qasi en el 909, punto estratégico para abrir el paso hacia el valle del Ebro.
               En el año 1600 el historiador Lope de Guillart exploró la ya abandonada fortaleza de Monjardín (Deyo) y encontró una piedra con la efigie de un soberano con corona y la inscripción “dextruxit barbaros” (destructor de bárbaros) y en la cripta de la iglesia varias lápidas de alabastro con inscripciones elogiando al rey Sancho Garcés y sus victorias.
             Tiempo después, el Padre Moret identificó el castillo del Códice de Roda (Sancti Stefani) con la actual fortificación de Monjardín.
             Moret encontró las piedras que localizara Guillart unos años antes, y justificó la identificación de San Esteban con Deyo señalando que en su iglesia “se conserva una piedra de mármol bruto, que sirve de ara en el altar enfrente de la puerta, que parece fue epitafio que se le puso”. Y en referencia a este epitafio comenta: “…pero por estar quebrada (la piedra), y falta de un trozo, y con la letra gastadísima por el tiempo, sólo pudimos sacar, que se ponía a Rey con el título de Pamplona y Deyo…, el nombre del Rey, año y día de su muerte o faltan en lo quebrado, o se esconden en lo gastado de la letra[1]”. O sea, que no nos saca de ninguna duda, no hay nada que demuestre que esta piedra sea una lápida funeraria, máxime cuando el propio Moret dice, hablando de Sancho Garcés: “ por la cual le celebra mucho la piedra del castillo de San Esteban que parece memoria funeral suya, diciendo que todas sus victorias las atribuía con ánimo religioso a Dios, y las reconocía dadas por su mano”; es decir, que la piedra no parece ser una lápida funeraria, sino que se hizo en memoria de Sancho Garcés I, reconociendo ganar las batallas por la Gracia de Dios. No hay que olvidar que fue este monarca quien conquistó este castillo en el año 909, por lo que no resultaría nada extraño que alguien epigrafiara una piedra en su honor y memoria  por esta y otras muchas conquistas realizadas. Además no ubica la piedra en el pórtico de la iglesia, sino en el altar.
                Jose Mª Lacarra, en una nota de sus "textos del Códice de Roda" sobre el castillo de San Esteban, y haciendo referencia al Padre Moret, aclara que Moret   se refiere al castillo de San Esteban de Deyo, hoy llamado Monjardín, a 8 km de Estella, y que del sepulcro de Sancho Garcés se conservaba en el siglo VIII el laude sepulcral, aunque mutilado, y que el sepulcro parece ser que estaba frente a la puerta de la capilla, bajo un arco de herradura, que fue desecho y convertido en arco de medio punto[2]. Ninguna mención al pórtico.
                Y así ha quedado en la tradición popular hasta nuestros días. Tenemos constancia que se han realizado excavaciones arqueológicas en el lugar y a fecha de hoy no ha aparecido ningún resto que confirme la existencia de la real sepultura, y menos de la de su hijo. Hay cronistas que dicen que los restos de los monarcas fueron trasladados a Pamplona o a Leyre, pero tampoco existen documentos que acrediten el traslado de los restos a otro lugar, por lo que en Villamayor de Monjardín y en la historiografía de España se sigue pensando que los restos de los monarcas fueron allí enterrados…, en algún lugar.
             Pero hay un detalle que no encaja muy bien en todo esto. Se trata de la ermita de San Esteban, construida con posterioridad al castillo, demasiado posterior para encajar en las fechas que nos movemos, pues sus restos desvelan que es una construcción, como muy temprana,del siglo XII.

                                Resa de Navarra
                Por si fuera poco, y para sembrar más dudas, el historiador aragonés  Antonio Ubieto considera que la ubicación que hace el Pade Moret  de San Esteban no es la correcta. Ubieto comenta que “la suposición de que Sancho Garcés I y García Sánchez I fueron enterrados en San Esteban de Monjardín (Deyo) está basada en la creencia de que  solo existió un “castrum Sancti Stephani[3]” Al parecer, Moret no tenía conocimiento de una segunda fortaleza de San Esteban, por eso centró su localización en el único San Esteban conocido, Monjardín o Deyo.
                Es cierto, y hay documentación del 928, que existía otra fortaleza de San Esteban  además de la de Deyo, situada más al sur, llamada Resa. Además los tenentes de ambos castillos nos lo confirman, pues entre los años 1061 y 1066 Sancho Fortuñones era el alcaide del castillo de San Esteban de Deyo y en las mismas fechas Iñigo Sánchez lo era de San Esteban, sin más.
              Resa, la localidad a la que hace referencia Ubieto, fue una ciudad que no se sabe cuándo se fundó pero hay constancia que ya existía durante la dominación musulmana; a finales del siglo XIV se abandonó y actualmente no queda ningún vestigio físico y no se sabe el lugar exacto de su ubicación, pero según los textos que se conservan estuvo, al parecer, entre las localidades navarras de Sartaguda y  San Adrián, frente a Murillo de Calahorra (La Rioja), a orillas del Ebro.
                El castrum de Sancti Stefani de Resa, al igual que el de Deyo, fue conquistado por Sancho Garcés I entre 907 y 908 a la familia muladí de los Banu Qasi de Tudela. El monarca murió en el 925 en los alrededores de Resa  tras un accidente con su caballo al caer en una sima. Este suceso y el hecho que a partir de entonces su hijo García, su madre Toda, y sus descendientes Sancho Garcés II, García Sánchez II, con sus familiares, obispos y otros testigos celebrasen todos los años el aniversario de la muerte de Sancho en la iglesia de San Esteban de Resa, son las razones que impulsó a Ubieto a sostener con firmeza que el monarca estaba allí enterrado: “Al documentarse la existencia de dos lugares distintos con el mismo nombre podemos sospechar firmemente que el monarca no fue enterrado en Deyo, sino en Resa
                Pero sobre su sepultura nada de nada. Los documentos nos hablan de las reuniones familiares para celebrar las misas-aniversario en San Esteban de Resa por el alma del rey Sancho, pero ni una sola mención sobre su tumba. Además, en este caso no puede comprobarse nada sobre el terreno porque, como ya se ha dicho, no queda resto alguno de Resa, ni tan siquiera conocemos su ubicación exacta.
                Hay quien apunta que la decisión de los reyes sucesores y familiares de Sancho Garcés de celebrar el aniversario de su muerte en el mismo lugar donde murió simplemente obedece al hecho de acercarse más a su alma, de honrar su memoria y recordarlo en el mismo lugar del accidente, en vez de hacerlo en una iglesia más alejada del emplazamiento de su muerte, como un acto parecido a la costumbre de dejar un ramo de flores y rezar una oración en la curva de la carretera donde un desgraciado accidente se llevó a un ser querido.
                Hasta ahora nada sobre sepulturas en el pórtico de la iglesia, ni en Deyo ni en Resa.

               Sos del Rey Católico
                Resulta curioso que ninguno de los investigadores e historiadores citados hasta ahora no hayan hecho mención alguna a la villa de Sos; luego veremos el motivo. Porque aquí, como todos sabemos, existió otro castrum Sancti Stefani, y en la época en la que nos estamos moviendo Sos se encontraba  bajo la órbita navarra, con una hermosa iglesia y donde la familia de Sancho Garcés tuvo un gran arraigo, como más adelante veremos. Es decir, que no son dos, sino tres San Esteban los candidatos a albergar los restos de los primeros reyes navarros, y aunque bien es cierto que en algunas ocasiones Sancti Stefani aparece en los documentos acompañado del nombre de la ciudad o villa, no es menos cierto que en la mayoría de las ocasiones figura sólo como San Esteban, sin más, por lo que en muchos casos resulta muy difícil la identificación exacta del lugar al que hacen referencia los documentos, confundiendo a los historiadores y dando pie a diversas y variadas especulaciones e interpretaciones, como hemos visto hasta ahora.
                Pero aquí, en Sos, nos encontramos con algo que hasta ahora no hemos descubierto ni en Deyo ni en Resa.  
Portada de la cripta de San Esteban.
           
                Conviene recordar que en el siglo X era habitual que a los monarcas se les inhumara en los pórticos de las iglesias. La normativa vigente prohibía que se enterrase dentro de los templos; a partir del siglo XII se permitiría el enterramiento en el interior de los mismos. Por eso el códice Albendense (siglo X) señala que Sancho Garcés está sepultado en el pórtico. Pues bien, en la primitiva iglesia de Sos, la iglesia baja, hoy cripta, puesto que la iglesia superior es de posterior construcción, y justo delante del pórtico, bajo su bóveda, en el suelo, y perfectamente centrada, se halla una sepultura claramente visible. Al menos aquí tenemos un indicio. Alguien está enterrado en el pórtico, lugar reservado en el siglo X para sepultar a los monarcas, pero ¿a quién pertenece este enterramiento?
                Veamos la relación que tenían con Sos los monarcas navarros de la dinastía Jimena.
                La dinastía navarra Iñigo-Arista terminó con Fortún Garcés, quien abdicó y se retiró al monasterio de Leyre, siendo sustituida por la dinastía Jimena, que comenzó con Sancho Garcés I de Pamplona (905-925)y continuó con su hijo García Sánchez I(925-970), desarrollando ambos una gran labor de repoblación en los nuevos territorios conquistados.
                A la muerte de Sancho Garcés en el 925, su hijo García, menor de edad, fue tutelado por su tío Jimeno Garcés, hermano del monarca y esposo de una hermana de Toda, la reina viuda, hasta que en el 934 fue declarado mayor de edad.
                Recordemos que en estos tiempos Sos estaba bajo la órbita de Pamplona y fue Sancho Garcés I quien restauró Sos tras haberse despoblado la zona por ser escenario de frecuentes conflictos armados, siendo alcalde de la villa. Su hijo García Sánchez inició el sistema de la línea defensiva de castillos en la llamada frontera de los Arbas, y el hijo de éste, Sancho Garcés II Abarca ordenó en el año 970 la construcción de un fuerte-castillo en Sos en su afán de consolidar esta defensiva frontera. En el 975 Sos era residencia real al albergar a otro hijo de García Sánchez I, el rey Ramiro Garcés de Viguera, hermano, por tanto, de Sancho Garcés II Abarca.El hijo de Sancho Garcés II,García Sánchez II, a finales del siglo X heredó el reino de Pamplona y el condado de Aragón, y con su hijo y sucesor Sancho III serán los encargados de levantar y organizar los territorios que habían sido asolados tras los enfrentamientos con Almanzor. El hijo de Sancho III, Ramiro I, será quien en 1035 incorpore Sos a Aragón, que hasta entonces había estado bajo la órbita de Pamplona, pero en su infancia, siendo régulo, su padre Sancho III nombró como ayo y consejero del mismo a Jimeno Garcés, hombre de total confianza del monarca, pues fue, además, el tenente del castillo de Sos entre 1014 y 1030, donde también poseía una casa y tierras. Al morir Ramiro I le sucede su primogénito Sancho Ramírez, quien tras nombrar Jaca como capital del reino pone como primer obispo de Jaca a su hermano García, quien pidió ser enterrado en San Esteban de Sos por ser éste el lugar de enterramiento de su familia. Una inscripción en el interior de la cripta nos indica la sepultura de un presbítero llamado García, posiblemente correspondiente a García Garcés, el presbítero que, según el Cantoral de Sos (1059-1120), edificó la iglesia, y probablemente con algún lazo familiar con el obispo. Otra inscrpción junto a una cruz de enterramiento en el túnel o claustro nos desvela el lugar de sepultura de la reina Estefanía de Navarra, esposa de García Sanchez III de Navarra y madre del rey Sancho, el de Peñalén. La reina Estefanía fue una de las mayores patrocinadoras de la construcción de la iglesia de San Esteban, y es por este motivo que tanto ella como el obispo infante García, hermano de Sancho Ramírez, se ganaron el reconocimiento del artista de la iglesia inmortalizándolos en sendas estatuas-columna del pórtico.
                Todo este recordatorio histórico expresa  la estrecha relación que los monarcas pamploneses y aragoneses de la dinastía Jimena y sus parientes tenían con Sos, llegando algunos incluso a fijar su residencia en la villa, poseer tierras, casas, o a pedir expresamente ser enterrados allí,  donde tanto rezaron,  junto a los suyos. Entonces  ¿Podría ser  que la tumba del pórtico de la cripta sea la de Sancho Garcés I, el primer rey pamplonés? Lamentablemente no existen documentos que lo acrediten, pero para el investigador sangüesino Rogelio Taboada no hay ninguna duda. Además de todo lo expuesto con anterioridad, Taboada lo confirma con un sorprendente descubrimiento.
                La cosa se pone interesante ¿verdad?
                Este historiador-investigador es cantero de profesión, descendiente de una familia de canteros, por lo que no hay que negarle sus amplios conocimientos en todo aquello que esté relacionado con las piedras, incluidas las inscripciones y marcas de cantero que los artífices constructores de la Edad Media dejaban en sus construcciones. Marcas de cantero con diversos significados, entre los que se encuentran incluso planos de determinadas secciones del edificio en construcción que indicaban el lugar exacto donde tenía que ir determinada piedra, o planos-mapa señalando el lugar de enterramiento de cierta persona.
            
Inscripción en el ábside de la cripta
                      En la jamba derecha del ábside mayor de la cripta de San Esteban se encuentran unas marcas que Taboada identifica con un plano de la primitiva iglesia de Sos que señala el lugar de enterramiento de una persona. La inscripción está formada por dos semicírculos continuos, uno de ellos de mayor diámetro que el otro, representando los dos ábsides, central y derecho, que en un principio tuvo la primitiva iglesia, ya que el ábside izquierdo  es de factura posterior. Ambos semicírculos están unidos por una línea recta “dejándonos claro que el templo original tenía esos dos ábsides y cuya anchura era exactamente esa, la que en actualidad ocupan el ábside mayor y el derecho”. La marca continúa “describirndo la planta del templo con sus muros laterales y el que los separa por el centro”. A continuación otra marca recta “ejemplarizando el muro oeste como fin del templo, tras la que continua una pequeña línea que representa la anchura del túnel o claustro[4]. Hay que tener en cuenta que el primer templo también tuvo que solventar la diferencia de altura que actualmente presenta la iglesia.
                Y siguiendo con la inscripción, aquí, en este claustro, aparece una marca en forma de omega representando la bóveda del pórtico, en cuyo interior aparece la letra “S”. Es decir, que en este lugar, bajo la bóveda del pórtico, se encuentra sepultado alguien cuya inicial es la letra “S”, y al ser este el lugar reservado para sepulturas reales………Sí….¿Sancho?
               
Sepultura en el pórtico de la cripta
               El perímetro de la sepultura puede apreciarse a simple vista, pero las piedras que la cubren actualmente nada tienen que ver con la losa original, pues tras la restauración de la iglesia el pasado siglo ésta fue retirada. Según Taboada, el párroco de San Esteban le comentó que antes de la reforma la tumba estaba sellada con una losa donde había dibujado un ilustre personaje y un texto, pero que debido al lógico deterioro por el paso del tiempo y al desgaste sufrido al estar en una zona de continuo paso peatonal, resultaban tanto irreconocible el dibujo como ilegible el texto. Igualmente, el párroco comenta que durante la reforma del templo se retiraron del lugar varios sarcófagos infantiles datados , con total seguridad, entre el siglo VI y X como muy tarde, y un buen número de restos óseos de diferentes tamaños.
        Pero entonces ¿qué hacen sarcófagos anteriores al siglo X en una iglesia que la historiografía oficial data en el siglo XII?
                El doctor medievalista Ángel San Vicente aún retrotrae un siglo la construcción de la cripta, argumentando ciertos indicios que permiten aceptar la datación de la misma en la segunda mitad del siglo XI, como la alusión a la reina Estefanía o la presencia en Sos del Maestro Esteban, ambos coetáneos del siglo XI o las similitudes en Sos con algunos elementos y soluciones arquitectónicas usadas en  Loarre o Leyre, levantadas ambas construcciones también en el siglo XI, si bien del monasterio de Leyre encontramos noticias documentadas ya en el siglo IX.
               Y aquí encontramos la respuesta por la que los historiadores y estudiosos antes mencionados no han tenido en cuenta San Esteban de Sos a la hora de identificar el Sancti Stefani del códice de Roda. Al considerarse oficial y popularmente la datación de la cripta de Sos de mediados del siglo XI ó XII no es posible que fueran enterrados allí unos monarcas fallecidos en el siglo X.
                    Pero Taboada apunta más lejos que San Vicente y nos indica e insinúa, y no está muy equivocado, que la cripta de Santa María del Perdón, la primera iglesia "oficial" de Sos, podría albergar a su vez, bajo su suelo, una cripta, o estar edificada sobre una iglesia anterior, probablemente visigoda, como muy tardía, y razones no le faltan a tenor de los descubrimientos realizados y del estudio de las pruebas visibles en la edificación, en el subsuelo y el entorno de la cripta; pero de esto nos ocuparemos en otra ocasión.
                    Por otro lado, sabemos que existen noticias documentadas del castrum de Sancti Stefani de Sos desde principios del siglo X, por lo tanto, no es muy descabellado pensar que bien pudiera ser que para entonces el castillo tuviera ya una iglesia o capilla, mucho antes de las dataciones que la historia oficial señala sobre la construcción de la cripta.


                A tenor de todos los datos expuestos ¿estamos pues ante un panteón de la familia García-Garcés y la sepultura del pórtico de la cripta de Santa María del Perdón corresponde a la del primer rey pamplonés Sancho Garcés I? ¿O seguimos aceptando la tradición popular de que está enterrado en Deyo (Monjardín), en la ilocalizable ciudad de Resa o entre la enmarañada osamenta del arcón de Leyre?
                  Sobre la sepultura de su hijo García Sanchez I hablaremos en otra ocasión.




[1] Moret, J. Anales del Reino de Navarra, vol.1, libro VIII, cap. V, 55.
[2] Lacarra, J.Mª. Textos del códice de Roda, p. 261, nota 1.
[3] Ubieto Arteta, Antonio. “¿Dónde estuvo el panteón de los primeros reyes pamploneses?” Rev. Príncipe de Viana, 72, p.277.
[4] Taboada, Rogelio, Sangüesa siempre IV, p. 108.






BIBLIOGRAFÍA

-LACARRA, JOSÉ Mª. “Textos navarros del Códice de Roda”. Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, vol.1, pp. 193-284. C.S.I.C. Escuela de Estudios Medievales. Zaragoza, 1945.
-LAPEÑA, ANA ISABEL. Sancho Ramírez, rey de Aragón (¿1064-1094) y rey de Navarra /1076-1094) Trea, Gijón, 2004.
-MORET, JOSÉ. Anales del Reino de Navarra. T.I. Casa editorial de Eusebio López. Tolosa (Navarra), 1890
-OLCOZ YANGUAS,SERAFÍN. "En torno a la ubicación del castro Silbaniano y de la fortaleza de Sajrat Qais". Revista Príncipe de Viana, nº 250, pp. 351-373. I.P.V. Pamplona, 2010.
-SAN VICENTE PINO, ÁNGEL. "Iglesia de San Esteban", en VV.AA. Arte religioso en Sos del Rey Católico. I.F.C. Zaragoza, 1978.
-TABOADA PLANO, ROGELIO. Sangüesa siempre IV. 2ª ed. Ediciones RT.2016
-UBIETO ARTETA, ANTONIO. “¿Dónde estuvo el panteón de los primeros reyes pamploneses?” Rev, Príncipe de Viana, nº 72-73. Año nº 19.pp.267-278. Gobierno de Navarra. Pamplona, 1958
-LEYRE. Boletín de la Abadía de Leyre nº 163. Septiembre de 2015. “Los reyes de Navarra volvieron a Leyre”, pp. 1-3.

En la web:
-https://sites.google.com. Resa de Navarra




domingo, 16 de diciembre de 2018

CAMPO DE TIRO "CALDERÓN"



               En el año 2016 se inauguraron en la localidad de Sos del Rey Católico las instalaciones del campo de tiro deportivo.
            Ubicado en pleno corazón del barranco de Calderón, del que toma su nombre, lo conforman 16 puestos de tiro, con sus respectivos lanzadores de platos, y un edificio donde prestar servicios a la organización de las competiciones, al mismo tiempo que sirve como punto de reunión para los participantes y utilizado como refugio y lugar de descanso y asueto, con las instalaciones y mobiliario convenientes para poder almorzar o comer.
                         
El campo de tiro perfectamente "camuflado" en el paisaje
El lugar, de fácil acceso desde la carretera A-127 de Sos a Castiliscar, se encuentra perfectamente “camuflado” en el paisaje, minimizando lo más y mejor posible el deterioro del paisaje para así reproducir al máximo las situaciones del tiro de caza real en el campo, utilizando todas las posibilidades orográficas y de vegetación del terreno con el fin de poder valorar las cualidades técnicas y deportivas de los participantes.
            Para los no participantes, acompañantes, visitantes y púbico en general existen, junto a los puestos de tiro, unos sencillos postes de madera a modo de barrera de protección, para poder ver en acción a los participantes y que no se deben traspasar por propia seguridad.   
           
Lugar de descanso
Desde su inauguración, el campo de tiro Calderón ha sido escenario de varios eventos y campeonatos, tanto a nivel provincial como autonómico, donde pueden practicarse las disciplinas deportivas de recorridos de caza y de compak sporting. Un lugar tranquilo, en plena naturaleza, donde los amantes del tiro deportivo podrán disfrutar de su deporte favorito, y un lugar de ensueño junto a uno de los pueblos más bonitos de España, donde podrá disfrutar y disponer de todas las comodidades y servicios.












PRIMER "MERCADILLO DE NAVIDAD" EN SOS

El Palacio Español de Niño, centro neurálgico del primer mercadillo de Navidad en Sos del Rey Católico


             El pasado 7 de diciembre tuvo lugar en la localidad de Sos del Rey Católico la celebración del primer mercadillo navideño, resultando todo un éxito de participación tanto por el número de expositores y vendedores como de visitantes.
            El Palacio Español de Niño fue el punto neurálgico del mercadillo, aunque la calle Fernando el Católico y la Plaza de la Villa  también se convirtieron en lugares de exposición y venta de comerciantes y artesanos.
           
Artesanía en madera
Artesanos locales y venidos de otros puntos de la Comunidad se dieron cita en Sos para exponer al público su arte y el hábil dominio y técnica de diferentes materiales y de variada temática: Belenes en piedra; artesanía y juguetes de madera; artesanía en piel, lana, telas, vidrio, papel…; antigüedades, pintura, bisutería, adornos navideños, objetos decorativos…; productos artesanos de alimentación: embutidos, dulces, conservas… Un mercadillo de lo más variado donde paisanos y visitantes pudieron realizar sus compras y disfrutar en su paseo por la villa.
            Asímismo, el Ayuntamiento y la Organización del mercadillo, con la colaboración de los establecimientos del municipio y la Asociación de Empresarios Turísticos, programaron una serie de actos comunitarios y participativos durante todo el día que animaron y complementaron la jornada de este festivo día.
           
Migas para todos
A primera hora de la mañana un taller infantil para decorar la Navidad. Para almorzar se repartieron entre todos los asistentes más de 500 platos de migas de pastor acompañadas, como no podía ser menos, de un vaso de vino. Por la tarde, en el Ayuntamiento, la presentación del libro “Poesía de municipios y personajes en las Cinco Villas” del escritor castilisciense  José Anselmo Oruj Pérez(ver). Un taller de “pompones” para todos los que quisieran y, para terminar y calentar el cuerpo, una queimada gallega para todos, con conjuro incluido, hecha por un gallego.  Y durante todo el día podías hacerte una foto dándote un beso navideño bajo el muérdago en el photocall navideño del palacio de Niño.
          
La alcaldesa de Sos, Mª José Navarro, en la presentación
del libro de José Anselmo Oruj Pérez
 
Finalmente, y coincidiendo con el cierre del mercadillo, se procedió a sortear la gran cesta de navidad confeccionada con los objetos y productos artesanales aportados por los artesanos y vendedores participantes, y cuyos números para el sorteo podían comprarse a lo largo de todo el día.
            Una jornada navideña de gran éxito (según  el “Heraldo de Aragón” fueron más de 3000 personas las que nos visitaron) que hace que los sosienses estén pensando ya en el próximo año para preparar el segundo mercadillo navideño con nuevas ideas y proyectos para mejorar este primero.













domingo, 9 de diciembre de 2018

NUEVO LIBRO DE POESÍAS DE LAS CINCO VILLAS

        
Mª José Navarro, alcaldesa de Sos, presentando el libro de José Anselmo Oruj (a la derecga de la imagen) "Poesía de municipios y personajes en las Cinco Villas"
         
                    El día 8 de diciembre tuvo lugar en el Ayuntamiento de Sos del Rey Católico la presentación de un nuevo libro de poesías de la  comarca de las Cinco Villas. Su autor, el castilisciense José Anselmo Oruj Pérez, presentó su último trabajo bajo el título "poesía de municipios y personajes en las Cinco Villas".
                   José Anselmo Oruj es un agricultor y ganadero que tras su jubilación ,y debido a su inquieto carácter, decidió estudiar Historia y escribir poesía.
                   
                    En "Poesía de municipios y personajes en las Cinco Villas" presenta, en verso, una primera parte en la que aparecen los treinta y tres municipios que componen esta comarca, resaltando en cada uno de ellos las distintas características que los hacen ser únicos y diferentes a los demás.Características de cualquier índole, bien sean históricas, geográficas, artísticas, culturales, folclóricas,tradicionales, costumbristas..., que con un lenguaje cercano y coloquial, formado por cuartetas, consigue que su lectura resulte fácil, fluída y amena al alcance de todo tipo y clases de personas y edades, como así corresponde a este tipo de poesía tradicional o popular.
                    La segunda parte, igualmente en verso, está dedicada a personajes nacidos en las Cinco Villas, tanto históricos como contemporáneos, resaltando sus cualidades, logros y éxitos para con la sociedad; personajes pertenecientes a los más variados y variopintos campos de actividad; desde deportistas a políticos, periodistas, pintores, arquitectos, toreros, filósofos, abogados, músicos, militares, médicos, catedráticos...
                    En resumen, una forma distinta, en verso, curiosa y entretenida de conocer la historia, el arte y la cultura de todos los municipios de las Cinco Villas, la idiosincrasia de sus habitantes y de conocer también algunos personajes nacidos en la comarca que, por un motivo u otro, han formado parte ya de nuestra vida y de nuestra cultura.
                  Coincidiendo este día en Sos la presentación del libro con la exposición y celebración del primer "mercadillo navideño", donde la Asociación Española Contra el Cáncer estaba presente, José Anselmo Oruj no dudó en donar ,íntegramente y con total altruísmo, la recaudación de la venta de sus libros a la citada Asociación.
La Asociación Española Contra el Cáncer en Sos del Rey Católico, con su presidenta, Mª José, en el "Mercadillo de Navidad."


domingo, 2 de diciembre de 2018

"ENCHARGAUS" LOS DE UNCASTILLO


"Chargal"(zarzal)

                 A los naturales de Uncastillo se les llama “enchargaus”, pero ¿Qué es un enchargau”?
            El término enchargau es una parasíntesis que forma un nuevo vocablo al unir la preposición “en”, más un sustantivo (“charga”), al que se le ha añadido la terminación de participio “ado” (“au” es la forma sincopada o de relajación articulatoria que origina esta pérdida de la “d” intervocálica), dando como resultado un adjetivo: “Enchargau”
               En aragonés “charga” significa “zarza”. Enchargado (enchargau): meterse en chargas o entre chargas, y viene a significar lo mismo que la más conocida expresión de “meterse en un berenjenal”, locución que expresa el acto de meterse en un embrollo y/o en una situación de la que es difícil salir, debido a los tallos espinosos que poseen estas plantas solanáceas, lo mismo que ocurre con los chargales (zarzales)
           Es decir, que el mote de “enchargaus” con que se conoce a los uncastilleros refleja el hecho de que se meten continuamente en situaciones liosas, embrollos, líos, problemas y jaleos sin saber solucionarlos o salir de los mismos; caos y desorden en situaciones de difícil solución o salida.




BIBLIOGRAFÍA

-NAGORE LAÍN, FRANCHO. “A composizión en aragonés seguntes o testimonio d´as denominazions populars d´a chen d´os lugars”. Luenga&fablas, Nº20, pp. 37-70  Publicazión añal de rechiras, treballos e decumentazión arredol de l´aragonés e a suya literartura. Universidad de Zaragoza, 2016.
En la web:
-www.charrando.com. Fernando Romanos Hernando. Dizionario aragonés de las comarcas de la Alta Zaragoza