domingo, 27 de agosto de 2017

VENTANAS, BALCONES, PUERTAS Y RINCONES FLORIDOS EN SOS



                               
                       Geranios, gitanillas, azaleas, begoñas, petunias, caléndulas, alegrías, surfinias, hortensias, buganvillas, enredaderas, hiedras, parras y otras flores y plantas trepadoras y ornamentales adornan en el verano las ventanas, balcones y fachadas de las casas de la villa de Sos, realzando la belleza de las construcciones y consiguiendo con su hermosura multicolor que el paseo del visitante resulte más atractivo y agradable.





















sábado, 19 de agosto de 2017

RUTA DE LOS CASTILLOS: CASTILLO DE SIBIRANA


Castillo de Sibirana


Ubicación
El castillo de Sibirana se encuentra a 12 Km de Uncastillo y a 10 de Luesia. Para acceder al lugar, en coche. desde Sos del Rey Católico, hay que ir hasta la localidad de Uncastillo y desde aquí hasta Luesia.
Desvío hacia Sibirana, pozo Pígalo y corral del Calvo.
          Poco antes de entrar en el municipio de Luesia  hay que tomar una amplia pista forestal a la izquierda que, en buen estado de conservación,se adentra en la  Sierra de Santo Domingo bordeando el río Arba de Luesia. En el mismo desvío observamos unos carteles orientativos en los que no existen referencia alguna  al castillo de Sibirana, sino al pozo Pigalo y al Corral del Calvo. Continuamos por esta pista 6,7 Km hasta llegar a una bifurcación en “Y”: la pista de la derecha nos conduce, tras cruzar el río, al pozo Pigalo, tal y como nos lo indica una pequeña señal en madera, y la de la izquierda es la que en 2,6 Km nos llevará hasta las ruinas del castillo. Al inicio de este recorrido hay un cartel de prohibido el paso y una cadena que nos impide continuar con el coche, por lo que tendremos que dejar el vehículo en esta bifurcación y continuar el recorrido a pie, a no ser que tengamos un poco de suerte y encontremos el paso abierto, lo que nos ahorraría el tener que andar dicho tramo, pues la pista que nos lleva hasta el castillo, aunque está en peores condiciones que la que hemos traído hasta aquí, es perfectamente transitable.
Bajo el castillo se encuentran los restos del poblado medieval
La pista nos conduce hasta las mismas faldas del castillo en medio de un estrecho valle, edificado sobre una inaccesible roca, interceptando el camino de Luesia al valle de Onsella y, por lo tanto a Sos y Sangüesa, siendo punto clave como apoyo al castillo de Luesia.
A los pies del castillo se encuentran los restos de un antiguo poblado medieval (s. XII) que nació al amparo del castillo, y tras él se conservan las ruinas de una pequeña iglesia románica, Santa Quiteria, que conserva una inscripción epigráfica fechada en 1110.
 También se puede acceder al castillo desde Petilla de Aragón a través del Sendero de Gran Recorrido (GR) que desde Sos del Rey Católico llega al castillo de Roita, a través de un camino interesantísimo desde los puntos de vista histórico, natural o paisajístico.

Historia
Sibirana es el nombre con el que se conoce a un despoblado del que tan sólo quedan restos del castillo y una iglesia. El castillo de Sibirana es una fortaleza disputada por navarros y musulmanes; fue conquistado por el rey árabe Banu Quasi en el año 891 y recuperado definitivamente por Sancho Garcés I en el año 921 en su campaña de los Arbas, posiblemente al mismo tiempo que el castillo de Luesia, y de este modo afianzar la extremadura de los Arbas. Posiblemente se tratara de una torre islámica anterior sobre la cual se construyó el actual castillo. Un documento del año 938 hace mención al lugar de Sibrana, por el que el rey García Sánchez I confirma la donación hecha al monasterio de Leire por parte del obispo Galindo de su parte de los diezmos de Sibrana, entre otros lugares[1]
 
El castillo de Sibirana se alza sobre un farallón rocoso
         No obstante, la existencia de este castillo y su iglesia no se probaría documentalmente hasta los años 1063 y 1086, fechas en las que aparecen documentos relacionados con la reina   Felicia de Roucy, según Agustín Ubieto. La primera cita, la que data de 1063, es recogida en la obra de Dámaso Sangorrín en el “Libro de la Cadena del Concejo de Jaca” en Colección de documentos para el estudio de la Historia de Aragón, XII (Zaragoza, 1931), y documenta las variantes toponímicas de Sibrana y Siurana. La segunda cita de 1086 se menciona que el sitio de Sibirana (el castillo, iglesia y el pueblo que se extendía a sus pies) formaron parte de la dote que se entregó a Felicia de Roucy cuando se celebró su boda con el rey Sancho Ramírez de Aragón[2
]
La finalidad del castillo era controlar el paso que desde Uncastillo y Luesia permite acceder al valle del rïo Onsella, y a través de este río llegar a Sos y Sangüesa.
Frente al castillo se encuentran las ruinas de la iglesia románica
de Santa Quiteria
A principios del s. XII, concretamente en el contexto de la carta puebla que Alfonso I el Batallador extiende a la villa de Luesia, encontramos una mención a las tierras de Sibirana ("...y desde allí baxando a donde pasa el río Sibrana..."), las cuales, durante la segunda mitad del siglo XII, constan bajo la tenencia del noble Pedro López de Luna(1159-1162). Y es muy probable que a partir de la mencionada carta puebla del Batallador se desarrollara al amparo del castillo un pequeño hábitat rural formado principalmente por las familias de las guarniciones y los campesinos que trabajaban las difíciles tierras de labor de las proximidades.
                       En 1283 perteneció a Raimundo de Brucinach, pues se le concedió "en feudo según usatges de Cataluña a Raimundo de Brucinach del castillo y villa de Siverana, situada en el Reino de Aragón"(3).A finales del siglo XV eran señores de Sibirana los Ramírez de Isuerre, figurando en un documento de 1490 como señores del mismo Juan Remírez y Mª Fernández de Felices(4)
No es posible precisar cuándo se despobló el lugar, aunque parece ser que fue entre los siglos XVII y XVIII. Las causas del abandono pueden ser por la propia ubicación, en una zona muy agreste, alejada de las poblaciones, con un clima duro y ser zona de difícil roturación para el cultivo de las tierras. Las epidemias de finales de la Edad Media y principio de la Edad Moderna mermarían su población hasta que el lugar se quedó prácticamente desierto. Sin embargo cabe constatar que el lugar continuaba habitado a finales del s. XVIII, a tenor de los registros que constan en el libro de bautismos de Petilla de Aragón.
Hoy sólo quedan restos de diez o doce viviendas a los pies del castillo en su cara sur, debajo de la peña.
El castillo está bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y la ley 16/ 1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.

Arquitectura
El castillo está situado en una cumbre ovalada de poca altura, pero muy espectacular, sobre un espolón roquero que lo hace prácticamente inexpugnable. Está formado por dos torres, separadas por apenas 11 metros de distancia, de planta rectangular unidas por muros paralelos,  levantados sobre el mismo borde vertical de la peña, muy escarpada, haciendo imposible el acceso por el lado sur. Actualmente todavía pueden verse restos de lienzos murales del muro de unión de las torres.
Ambas torres están unidas por un muro
 La construcción de este monumental castillo es todo un prodigio de la ingeniería militar de la época, pues  la irregular y pétrea superficie del suelo dificultaba enormemente la cimentación del edificio, sin embargo encontraron soluciones para su majestuoso alzado. Además su acceso sólamente era posible mediante escaleras provisionales de madera que se adaptaban al vertical farallón rocoso, siendo aún apreciables los mechinales horadados en la roca para tal fin.
Mechinales horadados en la roca para colocar la escalera de
acceso.
Aunque las dos torres son de la misma época y similar aparejo de sillería no son iguales, ya que la situada más al oeste es rectangular y está en una posición más elevada. Mide 6,5 metros por 4 y 15 de altura desde las primeras hileras de sillares. Las torres contaban con almacén o sótano, tres plantas con pisos de madera y, abiertos en sus muros, diferentes tipos de vanos y puertas cubiertas con bóvedas de cañón. El primer piso de la torre occidental presenta una planta muy irregular por hallarse sobre la quebrada pendiente de la roca. Se descendía por una trampilla practicable en el piso de madera, de cuyo sistema quedan huellas en el muro oeste. La primera planta tiene una aspillera adintelada que da vista por el lado sur al camino que pasa por debajo. La puerta abre al exterior en arco de medio punto de grandes dovelas, mientras que interiormente lo hace con un paso abovedado. Se cerraba la puerta con dos batientes de madera articulados por goznes labrados en la solera y en sendas piedras salientes en la parte superior; conserva también el hueco para la tranca de madera.
Puerta de acceso en arco de medio punto de la torre oriental
La segunda planta tuvo piso de madera, cuyas vigas descansaban en estrechas y bien labradas impostas, con perfil de filete, que recorren los muros mayores. Las vigas de este piso ocultaban parcialmente las dovelas del frente de la bóveda de la puerta. En esta estancia hay, además, otra aspillera en el muro sur y dos vanos adintelados y sin derrame en los lados este y oeste, que exteriormente estuvieron protegidos con dos pequeños cadalsos de madera, uno sobre la puerta y el otro prolongado en la esquina noroccidental. Todos estos vanos están situados a un metro de altura del piso. Sobre este piso se dispondría una falsa o sobrado con ventanas a ras del suelo, cubriéndose toda la obra con tejado a dos vertientes.
Entre las dos torres se encontraba el patio de armas
La torre oriental es de similares proporciones y fábrica; mide 8 metros por cuatro y una altura que supera los 20 metros desde una base que utiliza parte de la roca para apoyo de la estructura. Constaba también de un almacén y sótano y tres plantas. El primero tiene vanos aspillerados al Este y Sur, vigilando el camino. Las dos estancias superiores tuvieron pisos de madera sobre retranqueos en los cuatro lados. En la planta de acceso se conservan los elementos constructivos más interesantes de esta torre. Hay aspilleras al Norte y al Este y una letrina ubicada en el grueso del muro meridional. Consiste en un nicho adintelado, con asiento de obra y que incluye una piedra inclinada para que sirva de evacuatorio. La puerta de acceso es similar a la de la otra torre, de medio punto con bóveda de medio cañón en su vestíbulo, salvo en el detalle de sustituir las gorroneras superiores en piedra por un dintel de madera y haber sido de un solo batiente. Exteriormente la puerta da al vacío, ya que se halla separada del pequeño muro de comunicación entre ambas torres. Se unía a éste mediante una pequeña plataforma de madera, de la que se conservan las huellas en el lienzo de la torre. Sobre esta planta había otra más y, por último, tal vez una falsa que se cubría a dos vertientes.
Por último, cabe decir que el patio de armas es de muy pequeñas dimensiones debido a la estructuración del terreno; este patio de armas contaba con muros que enlazaban las dos torres, cerrando los vértices de la cima rocosa, y en él se encontraría el aljibe y alguna pequeña casa para la guarnición del castillo.
Un ajedrezado jaqués recorre el ábside la la iglesia románica de
Santa Quiteria, en Sibirana.
Al oeste del castillo, en un pequeño promontorio, se encuentra la ermita de Santa Quiteria, un sencillo y pequeño templo románico, en un estado de conservación lamentable, construido en piedra de sillería, de nave única, planta rectangular y ábside semicircular, cuyo interior del mismo es recorrido por una imposta de ajedrezado jaqués. La luz al interior la aportan tres ventanales abocinados con derrame interno. La portada se abre en el lado de la Epístola en arco de medio punto  con una única arquivolta que apea en dos columnas con sendos capiteles sencillos decorados con bolas jaquesas. En el tímpano, que aparece encalado, se puede ver el crismón trinitario aragonés. En la jamba derecha de la portada se encuentra la inscripción citada al principio, datada en el año 1110, y que pudiera ser la lápida fundacional del templo, donde se puede leer:

ANNO MCX.../[AB INCARNATIO]/NE D[OMI] NI. DOMINU[S]
PETRUS SOERA/.../...NONO
SÂN* CTI MARTINI E.../...
ET S. HYRENE Y EPY/...OCIO.../...
III N DE [EM] BRYS/...ONE.../...

Inscripción en la jamba derecha de la portada de Santa Quiteria
Esta inscripción, según algunos estudiosos, fecharía la ermita entre los años 1112 y 1146[5]
En las proximidades de Santa Quiteria existe una pequeña necrópolis con tumbas antropomorfas excavadas en la roca con cabezas de sección cuadrada.

Aunque encalado, todavía se aprecia el crismón trinitario aragonés en el tímpano
de la iglesia de Santa Quiteria

Columna de capitel sencillo con bolas jaquesas.
Iglesia de Santa Quiteria en Sibirana





[1] Martín Duque, Ángel. Documentación medieval de Leire. Siglos IX al XII, doc. 7. Diputación Foral de Navarra. Pamplona, 1983.
[2] Aramendía, José Luis. El románico en Aragón, V. Cuencas del Aragón y el Arba. Leyere ediciones. Zaragoza,2003.
[3]  Cancillería. Registros, nº 46, f. 111v. Epoca de Pedro III (25/9/1283)
[4]  A.H.P.S., Juan Pérez de Huesca. p. 870, pp. 1-2v.
[5] Cabañero Subiza, Bernabé. Los orígenes de la arquitectura medieval de las Cinco Villas (891.1105): entre la tradición y la renovación. Cuadernos de las Cinco Villas, 3. Centro de Estudios de las Cinco Villas.


BIBLIOGRAFÍA

-ARAMENDÍA, JOSÉ LUIS. El románico en Aragón. V. Cuencas del Aragón y el Arba. Ed. Leyere. Zaragoza, 2003.
-CABAÑERO SUBIZA, BERNABÉ. Los orígenes de la arquitectura medieval de las Cinco Villas (891-1105): entre la tradición y la renovación. Cuadernos de las Cinco Villas, 3, pp.68-69. C.E.C.V.
                             -COMPAIRED ARAGÜÉS, ALFREDO. Luesia, villa medieval. D.P.Z. Zaragoza, 2003.
-GARCÍA GUATAS, MANUEL; ESTEBAN LORENTE, JUAN FRANCISCO. Fortificaciones cristianas del siglo XI en la frontera de la reconquista aragonesa. Rev. Castillos de España, 20. Asociación Española de Amigos de los Castillos de España. Madrid, 1983.
-GIMÉNEZ APERTE, MANUEL. “Las Cinco Villas: tierra de castillos”.Publ. Zaragoza, la Provincia, nº 2, p.11; junio de 2009.
-GUITAR, APARICIO, CRISTÓBAL. Castillos de Aragón I. Librería General. Zaragoza, 1986. 
-MARTÍN DUQUE, ÁNGEL. Documentación medieval de Leire. Siglos IX al XII. Diputación Foral de Navarra. Pamplona, 1983.
-SAGREDO, IÑAKI. Navarra. Castillos que defendieron el Reino. T. II. Los castillos de Sancho III, el Mayor. Pamiela. Pamplona, 2007.
                             -UBIETO ARTETA, AGUSTÍN. Toponimia aragonesa medieval. Anubar Ed. Valencia,1972.
En la web:
                             -www.arteguias.com. Sibirana
-www.romanicoaragones.com. Luesia. Castillo de Sibirana
-www.castillosnet.org. Castillo de Sibirana