domingo, 1 de diciembre de 2019

EL ABSENTISMO DE LOS CLÉRIGOS DE SOS EN LA EDAD MEDIA


La generalizada prá­­ctica de nepotismo entre los clérigos de Sos en la Baja Edad Media(ver) originó, entre otros, un problema añadido a los parroquianos de San Esteban: el absentismo.­
     Nombrar como clérigo sucesor a un pariente acarreaba muchas veces la falta de preparación de los clérigos para ejercer su oficio, pues muchos de ellos no sentían la vocación religiosa, sino que asociaban el ser clérigo con entrar a formar parte de la élite de la sociedad, con el consiguiente prestigio social, la obtención de unas rentas fijas y otras ventajas jurídicas y fiscales que ello conllevaba; además muchos de ellos no eran nacidos ni residentes en Sos, por lo que en muchas ocasiones dejaban desatendidas las labores pastorales, y si nombraban sustitutos para suplir sus obligaciones, éstos eran igual que ellos: personas no aptas ni preparadas para el ejercicio de los oficios religiosos, e incluso llegaron a nombrar niños como sustitutos, por lo que el grado de absentismo llegó a ser tan alto que provocaba el lógico enfado y malestar entre los parroquianos, teniendo que intervenir, en algunas ocasiones, las autoridades municipales para poner orden y que los parroquianos pudieran ser atendidos, como sucedió a finales del siglo XV con el vicario Pedro de Esparza, que fueron tan reiterativas sus ausencias que el Justicia y los jurados de Sos , ante esta dejadez de los servicios eclesiásticos por parte del vicario, lograron que éste les diese poder durante un año para buscar un capellán que se hiciera cargo de la vicaría, asignándole las rentas de la misma y una ración anexa, según un documento con fecha 8 de mayo de 1496[1]. Pero no fue fácil encontrar un sustituto, puesto que los capellanes locales rehusaron hacerse cargo de la vicaría alegando que, al haber aumentado considerablemente la población de la villa, tenían muchas misas a su cargo y sin la ayuda de un coadjuntor no podían desempeñar tal labor, puesto que el trabajo era mucho y la renta ofrecida escasa[2]. La solución fue traer a un franciscano de fuera, fray Gonzalbo de Rebolledo, quien, al menos entre 1497 y 1502, cumplió las funciones que había dejado desatendidas  mosén Pedro de Esparza.
Con anterioridad, mosén Alfonso Lucientes(1483-1496), a pesar de tener lazos familiares con la localidad (era hijo de María Gil, habitante de Sos), apenas desempeñó sus funciones eclesiásticas en la villa, pues vivió la mayor parte de su vida en Zaragoza, siendo racionero de La Seo, llegando a contratar sustitutos para que lo hicieran en su nombre. Así, los ejecutores testamentarios de Lucientes pagaron 60 sueldos en el año 1496 al capellán Gil Ezquerra por haber servido la vicaría cuatro meses[3].
Pleito con el vicario de San Esteban. (foto: archive.org)

 Sin embargo, no todos los religiosos de Sos dieron problemas de absentismo; también hubo quien se dedicó en cuerpo y alma a cumplir con sus obligaciones pastorales, como Don Pedro de Sada, que realizó la mayor parte de su carrera eclesiástica en Sos, donde fue capellán y también rector de Arbe desde el año 1468. Su estancia en Sos le permitió desempeñar numerosos cargos y tareas, como la asunción de la lugartenencia de la vicaría en 1482 y en 1506; fruto de todo ello y como culminación a su largo recorrido en bien de los parroquianos se le otorgó la vicaría de la iglesia de San Esteban en el año 1509[4].
Aunque los problemas con los clérigos de Sos fueron disminuyendo con el transcurso del tiempo, siempre había algun religioso que no cumplía con sus obligaciones pastorales; un documento de 1651 nos muestra el pleito que el Ayuntamiento de la villa tuvo con el vicario de la villa sobre la obligación de celebrar misa diaria para sus parroquianos[5].





[1]A.H.P.S. Miguel del Sen, p. 454, ff. 20-20v.
[2] A.H.P.S. Miguel del Sen, p. 454, ff. 20v-21.
[3] A.H.P.S., Miguel del Sen, p. 455, ff.1-1v.
[4] Abellá Samitier, J. Sos en la Baja Edad Media, p. 97.
[5] Ayuntamiento de Sos. José Plano. Por la Villa de Sos. En el pleito con el vicario de su parrochial. Sobre la obligación de decir cada día missa por sus feligreses.

        

BIBLIOGRAFÍA

-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera. I.F I.F.C. (C.S.I.C.)  Zaragoza, 2012.
-ABELLÁ SAMITIER, JUAN. “Entre Aragón y Navarra: el arciprestazgo de la Valdonsella a finales de la Edad Media”. Revista Príncipe de Viana, año LXIX, nº 243. Pamplona, 2008.
-JOSÉ PLANO. Ayto. de SOS. Por la villa de Sos. En el pleito con el vicario de su parrochial. Sobre la obligación de dezir cada día missa por sus feligreses. Año 1651- Fondo Antiguo digitalizado. Universidad de Sevilla.
-MARTÍN MARTÍN, J.L. "Alfabetización y poder del clero secular de la Península Ibérica en la Edad Media". VV.AA. Educación y transmisión de conocimientos en la Historia. XIII Jornadas de Estudios Históricos. Coord. Angel Vaca Lorenzo, pp. 95-133. Ed. Universidad de Salamanca. Salamanca, 2002.



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