martes, 28 de marzo de 2017

MARCELINO ILARRI GARÍN




           
Colegio Isidoro Gil de Jaz a mediados del siglo XX
Sos del Rey Católico
Religioso nacido en Sos el 9 de enero de 1861. Estudió sus primeras letras en el colegio Isidoro Gil de Jaz en Sos del Rey Católico. Fue un gran estudioso de la lengua y literatura latina, llegando a dominar con excelente virtuosidad el latín clásico, siendo autor de varias obras divulgativas.
               Fue director espiritual del Colegio Nazareno y director espiritual de las hermanas de San Pío X durante su estancia en Roma; ya en España fue nombrado Rector de Tolosa y Tafalla y primer Superior del nuevo colegio escolapio de Logroño,coincidiendo en dicho centro con otro sacerdote sosiense, Saturnino Lacuey.
            Entre las obras de este prestigioso latinista destaca Verus Frater Minor: especulum et reformado. P.V. Faustini Ghilardi (traducido al español) Barcelona, 1905.





BIBLIOGRAFÍA 


En la web:
-wikipia. Marcelino Ilarri. wiki.scolopi.net/w/index.php?title=Marcelino_Ilarri

LAS PLAZAS



Una plaza es un ensanchamiento de las calles, lugar de esparcimiento para la población, donde los vecinos no se sienten tan agobiados por las estrecheces de las calles. La plaza mayor, generalmente la más grande de un municipio, y normalmente ubicada en el centro del mismo,  es el lugar de encuentro por excelencia, centro neurálgico de la población. El movimiento que registra refleja fidedignamente el acontecer diario de una comunidad.
Plaza del Rechelao. Sos del Rey Católico
El estilo urbanístico renacentista se caracterizó principalmente por la ampliación de calles y plazas de los núcleos poblacionales. En municipios más modernos y de cierta entidad las plazas se construyen en un espacio bien definido y delimitado, previamente estudiado y planificado, ampliando espacios y dándole una forma regular, cuadrada, rectangular, octogonal, redonda…cumpliendo la  exclusiva función de instalar en ellas la iglesia, si no existía en los pueblos y, o, la casa del concejo, considerándolas como plazas Mayores, configurando de esta forma lugares públicos por excelencia, dotando a estas construcciones de la plaza amplios balcones o vanos desde donde las autoridades se dirigían al vecindario para comunicar las noticias de la guerra o las de la Casa Real, reclutar hombres o iniciar las fiestas. En resumen, plazas con un programa arquitectónico planificado y una unidad de criterios constructivos que permite establecer una regularidad de su tipología.

Plaza Mayor. Sos del Rey Católico
En las plazas antiguas, como la de Sos, es común la presencia de arcos, porches o soportales en todos o algunos de sus lados, cuya función es, simplemente, crear un espacio resguardado y cubierto donde pueda desarrollarse la actividad diaria a refugio de las inclemencias del tiempo. En Sos, bajo los arcos, y durante muchos años se ubicó el mercado, centro de muchos y variados intercambios, tanto económicos, como sociales o culturales.
La Plaza Mayor de Sos era una zona no delimitada, un ensanchamiento de la calle, sin más, sin una forma definida o regular, y que se ha tenido que adaptar al escaso espacio que dejaban los edificios colindantes. Y es por esto, por tener Sos un origen medieval y un enclave específico con una configuración preexistente que ya existía en la villa, por lo que ofrecía pocas posibilidades de trazados ortogonales inherentes al concepto renacentista.
Plaza de la Sartén. Sos del Rey Católico
Tras la Ordenanza de 1480 de los reyes Católicos se establece que las plazas sean los lugares donde controlar los mercados y las ventas, así como también debe albergar el Concejo, institución que irá ganando importancia a lo largo de este siglo, y se creará la Casa del Ayuntamiento, de forma que al albergar estas plazas la sede de la Administración, se denominarán Plazas Mayores, convirtiéndose así en sede del poder civil de la localidad.
En cuanto a los nombres de las plazas de Sos, éstas nos han dejado testimonio de las actividades que antaño se realizaban en ellas: de toros para festejos taurinos y locales, actualmente en desuso ( Campo del Toro),Plazas de mercado, también en desuso ( Mayor y Barrio del Mercado)  y otras plazas que nacieron junto a la iglesia, cuando Carlos III ordenó sacar los cementerios adjuntos a ella fuera de los recintos urbanos, transfiriendo a ese pedazo de tierra sagrada la categoría de Plaza (Plaza del Rechelao),plazas de esparcimiento y de relaciones sociales ( Plaza de la Sartén, de la Tahona, del Mesón).
Pascual Madoz en su diccionario estadístico histórico de 1845 nombra, en Sos, las plazas llamadas del Toro, Plaza Nueva, del Mercado, de la Tahona y de la Constitución.







BIBLIOGRAFÍA

-BIARGE, FERNANDO Y ANA. Casa por casa. Detalles de la arquitectura rural pirenaica. Arpirelieve. Huesca, 2001.
-GIMÉNEZ AISA, Mª. PILAR. Arquitectura tradicional de las Cinco Villas.  Adefo Cinco Villas. Zaragoza, 2008.
-MADOZ, PASCUAL. Diccionario Geográfico Estadístico Histórico. 1845-1850. Edición facsímil. D.G.A. Valladolid, 1985.

domingo, 26 de marzo de 2017

POZOS Y ALJIBES


Aljibe en el patio de una casa de Sos del Rey Católico
        
           El agua es el elemento esencial de la vida. Las ciudades y pueblos nacieron siempre junto a una fuente de agua, bien fuera río, arroyo o manantial, pues sin dicho elemento la vida es imposible. Pero hubo otros pueblos que crecieron lejos del elemental líquido, al abrigo de una solitaria construcción, el castillo, levantado expresamente para defender un territorio de las invasiones enemigas. El castillo era generalmente edificado en un lugar elevado y rocoso, donde no existía la posibilidad de perforar el suelo para acceder a aguas subterráneas, por lo que tanto el castillo como las casas que comenzaron a edificarse alrededor del mismo tenían que construir un pozo o aljibe donde almacenar agua  para el consumo, tanto de personas como para animales. Sos es un claro ejemplo de este tipo de pueblos nacidos al abrigo del castillo, allá por el siglo IX.

Sos fue creciendo, y al mismo tiempo se roturaban nuevas tierras  para cultivos que poco a poco se fueron extendiendo y alejando del núcleo urbano. En aquellos apartados campos se edificaron cabañas, bardizas y corrales, donde los agricultores y ganaderos pasaban jornadas enteras o incluso largas temporadas , por lo que la necesidad de agua les llevó a construir pozos tanto para el consumo propio como para dar de beber a las caballerías, animales de tiro  y ganado.
    Un pozo es una perforación vertical hecha en el terreno que atraviesa diversas capas del subsuelo hasta llegar a la capa freática donde se acumula agua subterránea. Su construcción se complementaba en la superficie con la construcción en piedra de un brocal de aproximadamente un metro de altura donde se apoyaba el cubo o pozal y que servía también como medida de seguridad para que nadie cayera en su interior. En ocasiones el brocal era rematado por un madero horizontal donde se colocaba una polea con una cuerda atada al cubo con el fin de facilitar y aligerar el peso del cubo durante el izado del mismo. Otras veces se instalaba una bomba manual de succión para subir el agua. Los pozos ubicados en zonas de cultivo o de monte suelen ser más toscos y el brocal, a menudo, está realizado con piedra seca.
Igualmente, era muy común la existencia de un abrevadero junto al pozo, pues la misión principal de su construcción  era dar de beber a los animales, por lo cual su ubicación en bardizas y casas de campo era junto a las cuadras y corrales.
Por otra parte, el aljibe es una construcción  cerrada realizada bajo el nivel del suelo, a modo de depósito, de no mucha profundidad, de forma cuadrada, circular, rectangular o prismática, con las paredes verticales construidas a base de piedras selladas con mortero de cal (últimamente el cemento sustituyó a la cal)
Respecto a los aljibes hay que diferenciar los rurales de los construidos en el casco urbano.
Pozo en un corral de Ceñito (Sos del Rey Católico)
En el medio rural los aljibes se alimentaban del agua de lluvia y escorrenteras; solían estar cubiertos al exterior por un tejadillo o cerramiento aterrazado con el fin de impedir que entre suciedad e impurezas al interior. Igual que en los pozos, una poza de piedra, pila o abrevadero se ubicaba junto a ellos para dar de beber a animales y ganado. Para sacar el agua, a veces se colocaba en la parte exterior, en la cubierta, un madero donde se sujetaba la carrucha. Para acceder a la superficie del depósito se excavaba en el terreno una entrada ligeramente inclinada  hasta el interior, que se cerraba con una portezuela de madera para impedir la entrada libre de animales salvajes o del ganado, y de este modo preservar la pureza y calidad del agua. Un ejemplo de estos aljibes es el Pozo Sampón de Sofuentes, o el aljibe de Basanoz.
En cuanto a los aljibes urbanos hay que recordar que Sos está edificado sobre la roca de una elevación del terreno por lo que, ante la imposibilidad de perforar el suelo para construir un pozo que llegue hasta el nivel freático del subsuelo,  las casonas señoriales  de la villa, ya desde hace siglos, construyeron aljibes domésticos para almacenar agua, unas veces obtenida con aportaciones de acarreo y otras a través de una obra de canalización que les permitía recoger el agua de lluvia del propio tejado de la casa mediante canaleras, mientras que las clases menos favorecidas de la villa se tenían que conformar con desplazarse diariamente hasta el arroyo o fuente más próxima acarreando cántaros y vasijas.
Palacio Español de Niño. Bajante de piedra canalizado que alimenta el aljibe.
Sos del Rey Católico
Estos pozos o aljibes se abrían generalmente en el patio de las casas, donde se encontraban los establos y cuadras. En Sos todavía podemos encontrar varios de estos aljibes en los patios de algunas casas, y en el patio del Palacio de Niño aún se conserva, y todavía funciona, la canalización pétrea que alimenta el aljibe en toda su bajante desde el tejado del edificio.
Pozos y aljibes domésticos quedaron obsoletos en el siglo XX con la instalación del agua corriente en la Villa, si bien se han conservado muchos de ellos como elemento decorativo en los patios de las casas, recordándonos  lo imprescindibles que han sido durante siglos estas típicas construcciones que tradicionalmente sirvieron para el suministro de agua a personas y animales.
En el entorno rural, allí donde el agua corriente no llega, todavía quedan servibles y operativos algunos pozos y aljibes para saciar la sed de animales y ganado, labradores y pastores que, continuando la misma labor que realizaron sus antepasados, se sirven de estas centenarias y sencillas construcciones, pero básicas para poder sobrevivir.




Aljibe del Palacio Español de Niño. Al fondo a la izquierda canalización que
baja desde el tejado, de donde recoge el agua de lluvia. Sos del Rey Católico.

Pozo en unas cuadras de Vico (Sos del Rey Católico)




BIBLIOGRAFÍA

-RIVAS GONZÁLEZ, FÉLIX A. “Las gentes y el agua. Piedras para el agua. Algunas construcciones para el aprovechamiento urbano”  Pilar Bernard Esteban (Coord.)La cultura del agua en Aragón. Usos tradicionales, pp.116-133. Rolde de Estudios Aragoneses. Zaragoza, 2008.


domingo, 19 de marzo de 2017

LOS POBRES DE SOS EN LA EDAD MEDIA

           El último sector de la jerarquizada estructura de la sociedad medieval es el formado por los grupos inferiores. Entre el variopinto grupo de personas que componen este sector hay uno que destaca por el elevado número de individuos que lo integran: los pobres.
       
   En la sociedad medieval se consideraba pobre a toda aquella persona carente de lo necesario para vivir: vivienda, bienes, tierras, ropa, pero sobre todo, lo más imprescindible: comida. De este grupo de  pobres, la sociedad distinguía  entre el pobre mendigo, malhechor, vagabundo, miserable, ladrón y delincuente, generalmente de comportamiento violento y criminal, que es discriminado y marginado por la sociedad debido a su inapropiada conducta moral y por representar ser un peligro público, y los pobres”vergonzantes”, que eran aquellas personas humildes, vecinos de la localidad, que poseyendo vivienda se habían empobrecido por diversos factores y se “envergonzaban” de haber perdido su anterior status social. Paradójicamente los primeros, junto a los vergonzantes, eran aceptados porque permitían el ejercicio de la caridad, virtud imprescincible entre las personas más favorecidas para salvar el alma ante Dios; pero el grupo de los “pobres vergozantes” quedaba exento de la criminización a la que estaban sometidos el resto de pobres mendigos y vagabundos, o sea, que dentro de la exclusión social a la que se vieron sometida todo el colectivo de pobres, los vergonzantes fue el grupo mejor comprendido y el más “integrado” en la sociedad medieval.
En Sos del Rey Católico no tenemos noticia alguna de pobres malhechores, lo que no quiere decir que existiera alguno, aunque generalmente este tipo de individuos solía ser condenado al destierro por el miedo y rechazo que generaba en la sociedad, vagabundeando de pueblo en pueblo, hurtando en los campos o realizando cualquier clase de delito. Sin embargo sí tenemos alguna información, no mucha, de los pobres vergonzantes.
Los pobres vergonzantes son personas que, según los censos, eran propietarios de viviendas y terrenos, pero que por diversas circunstancias, que luego veremos, se han visto privados de sus bienes materiales temporal o permanentemente, siendo incapaces de sobreponerse a las adversas dificultades, lo que les llevó a un estado de precariedad del que, generalmente, no han podido escapar. Hay autores que han definido este estado como “pobreza laboriosa”, personas que pueden ejercer un oficio o profesión pero cuyas rentas son insuficientes para poder vivir decentemente, alcanzando los límites de la pobreza.
Los pobres vergonzantes de Sos, para mitigar en parte su pobreza, contaron en muchas ocasiones con la ayuda del propio concejo de la villa por medio de medidas fiscales y sociales destinadas a paliar su precaria situación, obteniendo también la ayuda de sus familiares y vecinos; y aunque no consiguieron entre todos ellos sacarlos de la miseria, sí que facilitaron la supervivencia de las familias en momentos y situaciones difíciles, consiguiendo la subsistencia de este desfavorecido sector.
A este grupo de pobres es al que se refieren los censos y fogajes realizados en la Edad Media, pues aunque eran vecinos del municipio, sus tierras y esfuerzo personal no les permitían acumular el excedente necesario para pagar los impuestos, siendo reflejados en el fogaje como "pobres", y así quedaban exentos del pago de cualquier tributo. 
En Sos las fuentes documentales que hablan de este sector empobrecido de la población son muy escasas. Encontramos alguna referencia en el censo de 1495 (ver) que mandó realizar Fernando el Católico[1] con el fin de establecer el impuesto de las sisas ante una posible invasión de las tropas de Carlos VIII de Francia. En el fogaje realizado se expresó la lista de los titulares de todas las casas de Sos y en alguna de ellas se especificó la situación de insolvencia de los vecinos, considerándolos como pobres, concretamente de 25 de ellos(ver al final) que sobre un total de 124 fuegos recogidos supone un 20,26% del total del censo.
Los datos del fogaje nos indican que los pobres de Sos fueron, pues, titulares de casas, por lo que gozaron de derechos como vecinos, disfrutando de los recursos naturales de los términos municipales y de los comunales.
Entonces, ¿cómo llegaron a tan precaria situación? La respuesta la obtenemos analizando las trayectorias vitales de estas personas a través de los protocolos notariales de la villa. A este respecto Juan Abellá realiza un excelente estudio de los mismos[2].
Labradores en la Edad Media
En el fogaje de 1495 aparecen 18 varones catalogados como pobres; ocho de ellos se nombraron en diversos documentos como labradores, por lo que serían en su mayoría campesinos pobres, labradores poseedores de tierras, pero insuficientes para garantizar su subsistencia y la de su grupo familiar, como lo demuestra el legado que dejó en 1449 Pedro de Traza, pobre según el fogaje, a repartir entre su viuda, María Portolés, y su hermano Juan de Traza, correspondiendo a la viuda una cuarta parte de un plantado en las Padules de Arbe que ella, su marido y su hermano plantaron en dicho término; además, María obtuvo las partes de una casa y 6 sueldos que Juan le dió para que el reparto fuese más equitativo[3]. Como puede verse, las posesiones del difunto Pedro eran tan exiguas que no permitían una explotación que le mantuviese a él y a los suyos.
Entonces ¿Cómo solucionaban, al menos, la subsistencia del grupo? La respuesta es sencilla: aferrándose a cualquier tipo de contrato o trabajo que surgiera, aunque fuera de forma eventual. En este caso el anteriormente citado, Pedro de Traza, tuvo que trabajar para otra persona a cambio de un jornal con el fin de conseguir unos ingresos extras para sustentar a su familia, como así lo certifica un documento por el cual Pedro recibió en aparcería durante seis años en 1491 varias heredades en la Val de Fonón de Vico de Sancha Ximénez de Undués, debiendo cultivarlas y dar anualmente la novena parte de la cosecha[4].
Igualmente, en 1511, el caballero Martín de Ampiedes y su mujer María Carlos cedieron durante dos años a Domingo de Jaz, pobre según el fogaje, un huerto, un linar, una viñaza y un olivar, estableciéndose que entregase la mitad de la cosecha del huerto y del linar, y una octava parte de la recogida de los campos[5].
También fue frecuente en este desfavorecido grupo de labradores el contrato eventual como jornaleros del campo, sobre todo en épocas de mayor producción, de cuyos contratos apenas quedan constancia en los documentos notariales, pues la mayoría de estos se realizaban de forma oral y por una baja cantidad de dinero, por lo que no merecía la pena acudir al notario para formalizar un contrato; no obstante, como muestra de estas actividades cabe mencionar cómo el 19 de julio de 1495 Miguel de Bruello, habitante en Usón, Salvador Jayme, de Alberuelo, y Domingo Martínez y Alfonso García, habitantes de Almuniente, nombraron procurador para cobrar de Miguel de Rúa, habitante en Sos, todos aquellos menoscabos a ellos hechos y debidos por ciertos jornales de seguar davidos[6]. Es lógico pensar que si en épocas de mayor actividad agrícola venían jornaleros de otras zonas más apartadas del Reino, como de Almuniente (Huesca), era porque en Sos ya no quedaban jornaleros a contratar, por lo que se supone que los desfavorecidos vecinos de la villa estaban todos activos, aunque fuera solo temporalmente.
A este respecto es lógico pensar los problemas que sufrieron los contratados derivados de las crisis agrarias cíclicas, donde los salarios variaban dependiendo de las cosechas.
Es decir, que la gran mayoría de los pobres agricultores de Sos tuvo que trabajar las tierras de alguno de sus vecinos, bien fuera en régimen de asalariado, arriendo, aparcería o cesión, con diferentes condiciones pactadas, para conseguir los ingresos suficientes para poder subsistir y mantener a sus familias.
El sector empobrecido de Sos también trabajó en un ámbito de la economía local que experimentó un gran auge a partir de finales del siglo XV: la ganadería. Estos pobres vecinos también fueron contratados para cuidar rebaños de grandes o pequeños propietarios de ganado. A este respecto la documentación nos dice que Juan de Arbe era pastor en 1499[7]; y que Sancho Garderas fue el porquero de la villa en el año 1495[8], ambos pobres, según el fogaje.
También trabajaron en el sector del comercio, pues el auge que el mismo estaba experimentando en la villa les dio la oportunidad de trabajar como transportistas, siendo contratados para trasladar mercancías entre las villas y localidades cercanas a Sos. El pago que podían obtener como transportistas era en ocasiones mucho más alto que el que proporcionaban algunas tareas agrícolas, como así lo demuestran las anotaciones en el testamento del año 1487 de Pedro Ferrer, en las que se especificaron cómo le compró un buey al infanzón Lozano Martínez por 80 sueldos y le pagó ayudándole a podar durante once días y transportando su trigo a Cáseda durante cuatro jornadas. En la valoración de estos trabajos se estimó que podar un día equivalía a un salario de un sueldo y seis dineros, mientras que por transportar mercancías el pago fue de cuatro sueldos al día, más del doble.[9],
En resumen, que los labradores empobrecidos de la villa tuvieron que aferrarse a cualquier oportunidad de trabajo que les surgiera, por parte siempre del sector más favorecido, con el fin de conseguir unos ingresos extras con los que poder sustentar al grupo familiar.
Por otra parte, en todos los censos existentes en España de aquella época, son las mujeres las que figuran en mayor número como pobres y, entre éstas, son las viudas las que aparecen presentadas como uno de los grupos pobres arquetípicos, y el fogaje de Sos de 1495 no iba a ser la excepción.
En una economía basada casi exclusivamente en la agricultura y ganadería, como la de Sos, la fuerza física es la clave del éxito, por lo que quien carecía de ella estaba destinado, sin remisión alguna, a la pobreza. Viudas y huérfanas, sin un varón en la casa, serían pasto de la pobreza.
De los 25 pobres del fogaje de Sos de 1495 siete son viudas (28% del total), si a esto le añadimos que de los 124 fuegos censados sólo diez eran viudas (8,06%), se obtiene que el 70% de las mismas fueron catalogadas como pobres. Es cierto que había viudas de la élite de la sociedad que gozaron de un alto nivel nivel económico, pero la proporción con las viudas pobres era mucho menor (en el fogaje de Sos sólo tres de diez viudas no fueron catalogadas pobres) Y si comparamos el fogaje de Sos con los elaborados en otras localidades este porcentaje varía muy poco, por lo que el colectivo de viudas fue el grupo de individuos que tradicionalmente más se asoció con la pobreza.
Así se aprecia en Sos en la comanda que suscribió en 1493 la viuda María de Olleta, pobre según el fogaje, por la que recibió 135 sueldos de su pariente Pedro de Olleta, obligando dos viñas, una pieza y un buey[10] o en la concordia que suscribió la pobre y viuda Agueda Ezquerra en 1507 con su hijo Pedro Bueno, por la cual renunció a sus derechos de viudedad sobre los bienes que envió a Pedro como ayuda de matrimonio a cambio de recibir una pensión anual mientras viviese de cinco fanegas de trigo y de 10 cántaros de vino[11], lo que demuestra que la principal carencia que padecieron las viudas fue la falta de mano de obra para trabajar sus heredades.
Otro grupo de pobres fue el formado por los criados, mozos, aprendices y sirvientas que vivían en las casas de los sectores más favorecidos, aunque su presencia no quedó reflejada en el fogaje de 1495 por pasar éstos a formar parte de la unidad familiar a la que servían. No obstante, sabemos que el porquero Sancho Garderas, antes mencionado,calificado como pobre en 1495, años atrás, en 1478, fue el criado del herrero Pedro Martínez de Sigüés[12]
"Colocar" a los hijos en una vivienda para servir era una forma que tenía la familia de ahorrarse una dieta en casa; así se evidencia en el testamento de Pedro Larraz, quien nombró herederas a su mujer y a su suegra a condición de que haya ha alimentar y criar a los dichos mis fijos fins a que tengan hedat de poder servir sendos amos[13]
El principal objetivo que perseguían estos criados, mozos, aprendices de campesinos, de ganaderos e incluso de artesanos, era el obtener el capital y el ajuar necesarios para poder casarse y formar una familia, como se aprecia en la sentencia arbitral de 1463 por la cual el rector de Arbe tuvo que pagar 80 sueldos a Eximeno de Sada, al que había prometido 150 como ayuda de matrimonio a cambio de ciertos servicios[14]. En contadas ocasiones la situación de estos criados terminó favorablemente, como le sucediera al infanzón Miguel de Artieda, quien tras años de ser mozo de labor de sus tíos García Zareco y María de Artieda, recibió como pago en el año 1511 una cama de ropa, un par de bueyes, una carga de sementero ya sembrada, una viña de 10 peonadas, cinco piezas y media de tierras y un linar, además de la promesa de recibir 400 sueldos cuando se casara[15]; pero este caso supone una excepción, ya que la mayoría de ellos, aunque lograron su autonomía y constituir su propio hogar, siguieron manteniéndose en el límite o bajo los umbrales de la pobreza.
Atención a enfermos en un hospital
Ancianos y enfermos son otro grupo de personas que, ante la imposibilidad de ganarse la vida por sí mismos, pasan a formar parte del sector empobrecido de la villa; unos y otros ayudados por sus familiares y amigos o amparados por las ayudas hospitalarias y del concejo. En este sentido los poderes públicos contrataron médicos y especieros a finales del siglo XV ofreciéndoles unas condiciones económicas y fiscales muy ventajosas, como se aprecia en el contrato firmado en 1504 entre Sos y el médico Carlos de la Caritat, por el que el galeno se comprometió a residir en la localidad y a visitar a todo vecino o morador que lo necesitase, recetándole todo lo que fuera menester. Ante cualquier conflicto entre médico y paciente respecto a sus honorarios, eran los magistrados quienes dictaminaban a cuánto debían ascender, teniendo en cuenta el tiempo empleado por el médico en su servicio y la facultat de tal o tales pacientes, esto es, su condición social y sus posibilidades económicas[16]. De este modo hasta los más desfavorecidos de Sos tuvieron asegurado un servicio sanitario.
Otra ayuda que recibían los más necesitados de la villa era a través de las limosnas pues, según las normas de una sociedad cristiana, los que ocupan los puestos más elevados en la misma están obligados a ello. El Clero y la élite social deben atender a aquellos que de una situación acomodada han caído en la pobreza, siendo este acto un salvoconducto para alcanzar el cielo, pues la limosna borra los pecados, apacigua la atormentada conciencia del pecador, del poderoso, y abre las puertas para alcanzar la vida eterna y la gloria divina. Pero estas limosnas sólo solucionarán escasa y temporalmente las necesidades de los pobres de la villa.

Además de las limosnas los más necesitados también recibieron los legados piadosos que se solían establecer en los testamentos, que igual que las limosnas, servían al donante para alcanzar la vida eterna.
Tanto de las limosnas como de los legados piadosos se encargaban los magistrados locales, gestionando también las pensiones de algunos censales que sus propietarios destinaron a actuaciones sociales; de esta forma García Garceyz dejó en su testamento que se destinasen todos los años las pensiones de dos censales, que sumaban en conjunto 100 sueldos, a la compra de paños para vestir pobres[17]. Cuando García murió, así lo hicieron sus albaceas.
Todas estas ayudas fiscales y sociales mitigaban temporalmente las necesidades de los pobres vergonzantes, pero no era una solución definitiva; la debilidad económica continuaba en sus casas, lo que les llevó a algunos de ellos a solicitar con relativa frecuencia préstamos de consumo, lo que les originará, en ocasiones,  otro problema añadido a su ya delicada situación.
Así, Martín de Lacagorría, recibió 110 sueldos en comanda en 1491, dos cahíces de trigo en 1494, cereal junto a otros vecinos por valor de 786 sueldos en el año 1507 y 80 sueldos en 1508[18].
                        En ocasiones estas prácticas afectó a los propios hijos, como demuestra el pacto al que llegaron en 1494 Lope Lacuey con su hermano Miguel para hacer frente cada uno a la mitad de las deudas de su padre Juan; el mismo día en que Lope llegó a ese acuerdo suscribió una comanda de 115 sueldos con Pedro la Pedrera[19].
A veces, para poder hacer frente a la deuda contraída, tuvieron que vender los escasos bienes que poseían, o bien sufrieron el embargo de los mismos por parte de los acreedores ante la imposibilidad de poder cobrar el préstamo, bienes que el acreedor vendía en pública subasta para poder resarcirse, en parte, de la deuda.
                         La penuria económica llegaría cuando esta pobre gente no pudiera pagar los censos con que estaban gravados algunos de sus inmuebles, lo que ocasionaría su desahucio, proceso que padeció Juan Enyéguez, cuyas casas tomó en posesión Bartolomé Español en 1502 porque Juan no le había satisfecho la deuda contraída[20] (¿Os suena esto?)
Por otra parte el concejo de Sos, en su afán de ayudar a los más empobrecidos de la localidad, quiso favorecerlos a la hora de establecer su política fiscal. Así, en una asamblea de 1474 en la que el monarca exigió a la junta de Ejea 9.000 sueldos para la realización de una hueste y cabalgada en la que Sos debía aportar 1.250 sueldos, el concejo decidió dividir a los habitantes de la villa en cuatro grupos dependiendo de sus posibilidades económicas. Así, los más poderosos pagarían 12 sueldos, el siguiente grupo 10, el tercero 8 y por último, los menos favorecidos, 6 sueldos[21]. También, en otra reunión de 1471 en la que se nombraron repartidores para el segundo año de las sisas sobre el pan y la carne por el rey y las Cortes, los vecinos tuvieron que cotizar en tres tercias, o sea, cada cuatro meses, debiendo pagar la casa, como unidad fiscal, según el número de comedores mayores de 6 años, pagándose lo mismo por comedor; entonces el concejo dispuso que las 15 casas más pobres fuesen ayudadas por las 15 más ricas, que pagarían por las pobres 20 dineros por casa en cada tercia; además, las siguientes 15 casas más poderosas pagarían cada una por tercia 12 dineros que se destinarían a las siguientes 15 casas más pobres[22].
Pero todas las ayudas al sector empobrecido de la villa eran pocas para paliar sus necesidades básicas, pero eran las que eran, y tanto los vecinos como el concejo de Sos no podían hacer más por este grupo de pobres vergonzantes que seguía sumido en la pobreza.
Por eso el grupo también usó la picaresca como arma para poder subsistir(ver), porque cuando el hambre aprieta, cualquier acto, por ilegal que sea, se antepone a la razón con tal de conseguir algo de sustento para poder garantizar la supervivencia de la familia: ocupaciones silenciosas de tierras, pequeños hurtos, deserciones militares, evasión de impuestos, sisas a la Iglesia de parte del grano del diezmo… y otros pequeños actos de rebeldía eran acciones frecuentes llevadas a cabo por este grupo, aunque para ello tuvieran que transgredir y burlar las normas establecidas por el concejo o la Iglesia [23].

POBRES DE SOS SEGUN EL FOGAJE DE 1495[24]


Sancho de Sos
Pero Gil
Pero de Sos
Johan Darbe
Viuda de Pero Bueno
María Dolleta, viuda
María Don Blasco, viuda
García Desparça
Johan Nicholau
García Besaro
Viuda de Johan Durries
Viuda de Pedrera
Domingo de Jar
Pedro de Traça
Lope la Cuey
Viuda de Sancho Darbe, de por Dios (otro grado de pobreza)
María Dandues, viuda
Johan Enyeguez
Martin de Çagurrea
Pero Nicholau
Sancho Guardera
Miguel de Larraz
Johan Guarderas
Domingo Marinea
Johan Ruyz
Viuda de Miguel Loçano




[1] Serrano Montalvo, A. La población del Reino de Aragón según el fogaje de 1495. V. II. I.F.C. Zaragoza, 1997.
[2] Abellá Samitier, Juan. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera, p.259. I.F.C. Excma. Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2012.                                                                      
[3] M.Mollat. Pobres, humildes y miserables, citado en Abellá Samitier, J. Cit. Sos...p. 260.
[4] A.H.P.S. Miguel del Sen. P. 450, f.2.
[5] A.H.P.S. Miguel del Sen, P. 466, ff. 72-72v.
[6] A.H.P.S. Miguel del Sen. P. 453, ff. 37v-38.
[7] A.H.P.S. Miguel del Sen. P. 456, ff. 36v-37.
[8] A.H.P.S. Juan Zareco. P. 437, ff. 13-13v.
[9] A.H.P.S. Miguel del Sen. P. 447, ff. 47v-48.
[10] A.H.P.S. Juan Zareco. P. 435, f. 17.
[11] A.H.P.S. Miguel del Sen. P. 463, ff. 22v-23.
[12] A.H.P.S. Juan Zareco. P. 420, f. 15v.
[13] A.H.P.S. Bartolomé Español. P. 489, ff. 65-66.
[14] A.H.P.S. Juan Zareco. P. 408, ff. 21-21v.
[15] A.H.P.S. Gil García de Urriés. P. 506, ff.2v-4.
[16] A.H.P.S. Miguel del Sen. P. 461, ff. 41-41v.
[17] A.H.P.S. Martín de Ampiedes. P. 384, f. 30.
[18] A.H.P.S. Miguel del Sen. P. 450, f. 24; Juan Zareco. P. 436; Miguel del Sen. P.463, ff.53v-54; Miguel del Sen. P.464, f. 27v.
[19] A.H.P.S. Juan Zareco. P. 436, f. 1v.
[20] A.H.P.S. Miguel del Sen. P. 459, f. 75.
[21] A.H.P.S. Martín de Ampiedes. P. 394, f. 124.
[22] A.H.P.S. Martín de Ampiedes, junior. P. 394, ff. 85v-86.
[23] Abellá Samitier, J. Cit. Sos...p. 269-274.
[24] Transcripción ortográfica literal. Serrano Montalvo, A. Cit. La población del Reino...




BIBLIOGRAFÍA

-ABELLÁ SAMITIER, J. Selección de documentos de la villa aragonesa de Sos. (1202-1533) I.F.C. (C.S.I.C.) Excma. Diputación Provincial. Zaragoza, 2009.
-ABELLÁ SAMITIER, J. Sos en la Baja Edad Media. Una villa aragonesa de frontera. I.F.C. Excma. Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2012.
-AYALA, CARLOS de; Cantera Montenegro, Enrique; Caunedo del Potro, Betsabé; Laliena Corbera, Carlos. Economía y Sociedad en la España Medieval. Historia de España IX. Istmo. Madrid, 2004
-MARTÍNEZ GARCÍA, LUIS. “Pobres, pobreza y asistencia en la Edad Media hispana. Balance y perspectivas” Rev Medievalismo nº 18, pp. 67-107. S.E.E.M., Universidad de Madrid.  2008.
-MOLLAT, MICHEL. Pobres, humildes y miserables en la Edad Media. Fondo de Cultura Económica. Mexico, 1998.





























LA CORAL DE SOS DEL REY CATÓLICO



Coral de Sos del Rey Católico cantando en el inigualable marco de la capilla de San Martín del Palacio de Sada
                    Conocemos la tradición musical que han tenido los habitantes de Sos durante mucho tiempo. Ya en el colegio Gil de Jaz la música era una de las asignaturas que impartían los padres escolapios, siendo muchos los vecinos de la villa que todavía recuerdan aquellas lecciones de ritmo y canto recibidas durante su infancia y juventud. Y este aprendizaje y amor a la música ha sido transmitido en muchas ocasiones de padres a hijos, por lo que no resultó muy difícil reunir a cierto número de vecinos para recuperar, en el año 2002, la nueva banda municipal de música que había quedado disuelta durante años (ver).
Pero en Enero del 2012, nueve años después de la recuperación y nueva fundación de la banda municipal de Sos, el director de la misma, Javier Blanco, quiso ir más allá y se propuso a sí mismo crear una coral en el municipio, todo un reto para este joven director. Gente para ello había, y de todas las edades, debido en parte a la tradición musical en las familias sosienses antes mencionada.
Javier se puso a trabajar, tomó su batuta y en julio del mismo año, tan sólo seis meses después, con mucho esfuerzo y trabajo tanto por su parte como por la de los intérpretes, consiguió reunir y armonizar doce voces sosienses en un gran nivel artístico y musical, ofreciendo su esperada presentación el 7 de julio en el Palacio de Niño. Fue todo un éxito a pesar de la cortísima preparación de esta recién nacida coral sosiense, pero la arraigada afición y conocimientos musicales de sus integrantes facilitó mucho el trabajo. 
A partir de entonces la coral ha seguido creciendo en componentes hasta las 21 voces actuales. Pero este crecimiento no ha sido sólo en referencia al número de sus integrantes, sino también en cuanto a la experiencia, calidad y armonía de sus voces; voces que Javier Blanco, con su experiencia, esfuerzo y dedicación, ha sabido moldear y aunar a la perfección en una conjunción armónica de gran nivel melódico que ha llevado a la coral de Sos a participar en diversos recitales y certámenes de nuestra  provincia y comunidad autónoma, independientemente de las numerosas actuaciones con las que nos deleita a los vecinos de Sos en los diversos actos, celebraciones y festividades celebradas en la Villa en el transcurso del año.
Desde este post, nuestra más sincera felicitación tanto a Javier Blanco como a los integrantes de la coral de Sos por su esfuerzo, entrega y dedicación, por mantener viva una de las manifestaciones culturales más antiguas del ser humano como es el canto, a través del cual nuestra alma se enriquece y se fortalece el espíritu, llegando al punto en que alma y mente se funden y todo cuanto nos rodea en la vida parece que empieza a  tener sentido.
                        Enhorabuena a todos y que podamos seguir disfrutando de vuestras melodiosas voces durante muchos años.




sábado, 18 de marzo de 2017

GLOSARIO DE TÉRMINOS


Tras algunas preguntas y sugerencias por parte de lectores del blog de diversas nacionalidades, sobretodo latinoamericanos,en referencia al significado de algunas palabras, doy paso a un glosario de términos que aparecen en diferentes entradas del blog y que, por razones obvias (arabismos,aragonesismos, localismos léxicos...) desconocen o malinterpretan su significado; igualmente incorporo algunos tecnicismos agropecuarios, medievalistas, de materia artística y de cualquier otra índole para su mejor comprensión.
Aprovecho la ocasión de dirigirme a todos los lectores para comprometerme a continuar ampliando este glosario conforme vayan apareciendo nuevas palabras que considere oportunas, puedan llevar a conceptos equívocos o aquellas que, directamente, me pregunten su significado, pidiendo amablemente disculpas por no haberlo hecho antes.

GLOSARIO

Ábaco: Losa, generalmente plana, que corona el capitel de una columna, donde soporta el arquitrabe o desde donde se arquea, sirviendo de base para soportar el peso del elemento superior.
Adelantado: Máxima autoridad; jefe militar y político de un reino, provincia o distrito determinado.
Agraz: Uva sin madurar y zumo que se obtiene de ella.
Ajada: Azada.
Alcorzar: Acortar, atajar.
Alfarda: Contribución por el aprovechamiento de aguas. Canon incompleto o reducido que pagan algunas tierras en compensación de no recibir todas las ventajas del riego. También se llama alfarda a la contribución que pagaban los moros y judíos en los reinos cristianos
Alfardero: Que cobra derechos de alfarda
Alfarje: Techo de madera horizontal y entrelazada que en muchos casos se labra y se decora con pintura, muy usado en la arquitectura mudéjar y musulmana.
Alfiz: Moldura que, a modo de dintel con sus dos soportes verticales, enmarca un arco
Alfoz: Territorio perteneciente a un pequeño distrito o circunscripción rural
Almazara: Lugar donde se exprime la oliva. Almazara proviene del árabe المعصرة (Al-ma´-sara), que significa “lugar donde se exprime”.
Almutazaf: Vigilante del mercado.
Almuz: Almud. Medida para el grano, su capacidad es la doceava parte de la fanega aragonesa, la octava parte de un cuartal y 1,8716 litros.
Alodio: Heredad libre de cargas.
Aluda: Sombrero
Amillarar: Regular los caudales y granjerías de los vecinos de un pueblo para repartir entre ellos las contribuciones.
Amillaramiento: Padrón en el que constan los bienes amillarados junto con sus titulares.
Antipendio o antipedium: Parte delantera de un altar
Añino: Piel de cordero de un año de edad o menos
Arambre: Bronce.
Arcosolio: Término arquitectónico consistente en un hueco en arco, de forma abovedada y que se usaba como lugar de enterramiento
Arpillera:Tejido, generalmente de estopa muy basta, usado para hacer sacos y cubiertas.
Artesa: Recipiente de madera en forma de cajón que sirve para amasar el pan.
Artesón: Moldura cóncava en forma cuadrada u otra figura regular que generalmente lleva algún adorno en el interior y que, dispuesta junto a otras, forma un artesonado.
Artesonado: que está decorado con artesones, generalmente los techos.
Aventar: Airear, echar al viento los granos que se limpian en la era, aventar el grano para separarlo de la paja.
Azogue:”Tener azogue”: Dícese de la persona que no se está quieta.
Azumbre: Medida de capacidad equivalente aproximadamente a dos litros.Cahiz: Medida de capacidad para áridos. Aunque sus equivalencias varían según las zonas de Aragón, en un principio equivale a 32,64 litros. Se compone de 8 fanegas, 24 cuartales y 96 almudes o celemines que equivale a 12 cuartales.Cahizada es la extensión de terreno que se puede sembrar con un cahíz de grano.
Axobar: Ajuar, conjunto de bienes, ropas o muebles de uso común en las casas. Conjunto de ropa, muebles y joyas que aporta la mujer a su nueva casa cunabdo contrae matrimonio.
Bacinete: Casco de hierro en un principio hemisférico y más tarde puntiagudo que cubría las orejas y el cuello del combatiente. Con visera o sin ella fue usado en la Edad Media desde el siglo XI hasta el primer tercio del siglo XV.
Badana: Piel curtida de carnero u oveja.
Baile o bayle: Antiguamente, en la Corona de Aragón, máximo representante del rey, juez ordinario en ciertos pueblos de señorío.
Bancal: En los terrenos con pendiente, rellanos irregulares de tierra sostenidos por muretes, generalmente de piedra y de altura variable, cuyo lienzo se adapta al relieve pareciendo a simple vista una escalera de peldaños irregulares en altura. Se utiliza para algún cultivo y es típico de la agricultura de montaña.
Barragana: Concubina.
Bestorres: Torres abiertas por la gola de carácter defensivo que apenas sobresalen en el exterior.
Bislai, de: de reojo, de mediolado.Ej: Mirar de bislai (mirar de reojo)
Boyal: (de buey). Perteneciente o relativo al ganadp vacuno.Se dice comunmente de las dehesas o prados comunales y gratuitos, casi siempre cercados por un muro de piedra, donde el vecindario de un pueblo suelta o apacienta sus ganados, aunque éstos no sean vacunos.
Cabañera: Cañada. Paso o camino para el ganado.
Cabreo: Libro en el que un señor o un propietario anotaba sus censos, rentas, derechos e incluso sus propiedades. Los cabreos que aparecen redactados en forma de inventario son propios de la Corona de Aragón. El dueño del dominio solía inscribir en ellos las pensiones y laudemios que percibía por sus censos, y las iglesias y comunidades religiosas anotaban sus privilegios y pertenencias. La acepción que actualmente conocemos y utilizamos de esta definición deriva del enfado de algunos contribuyentes que consideraban extinguido el pago de un tributo o al verse sorprendidos por un aumento pecuniario del mismo.
Cahiz: Medida de capacidad para áridos usada en España y cuya cabida es variable según las regiones. En el reino de Aragón, en principio equivale a 32’64 litros, y en alguna de sus variadas equivalencias locales a 33’048 l. Se compone de 8 fanegas, 24 cuartales y 96 almudes o celemines. Sin embargo hay gran variedad de cómputos según las regiones aragonesas, con divisiones peculiares en algunos casos; así en Zaragoza y su partido el cahiz se divide en ocho fanegas, la fanega en tres cuartales y el cuartal en cuatro almudes, y el cahiz zaragozano equivale a cuarenta celemines castellanos. Se llamaba cahizada a la extensión de terreno que se puede sembrar con un cahiz de grano, que en la provincia de Zaragoza, esta medida agraria equivale a 38’140 áreas aproximadamente.
Candelierei: Tipo de ornamentación que surgió en Italia en el Renacimiento que consiste en una decoración vegetal con hojas de acanto, cintas, ovos, zarcillos, roleos de curvas y contracurvas imitando “candelabros”, de ahí su nombre.
Cantoral: Manuscrito musical de gran formato utilizado en iglesias, catedrales y monasterios en la Edad Media y Renacimiento.
                        Cardincha: Planta parecida al cardo que se ponía en las puertas de las casas y corrales para ahuyentar el mal.
Catatana: Destrozo.
Cena, derecho de: Contribución por derecho de alojamiento para el Rey y su cortejo y para el primogénito o Gobernador General.
Cenicero: Espacio que hay debajo de la rejilla del hogar para recoger la ceniza.También cubeta donde se guardaban las cenizas que se usaban para blanquear la colada.
Cervellera: Casco redondo ajustado a la forma de la cabeza que llega hasta la mitad de la frente.
Cimacio: parte superior y remate de un capitel, generalmente de doble curvatura, cóncava en la parte exterior y convexa en la interior
Cinta: En arquitectura, tablilla estrecha y alargada, generalmente colocada de manera perpendicular a pares, nudillos o simples jaldetas, con la finalidad de cuajar en la madera la separación entre las diferentes tablas sin que queden ranuras visibles desdev abajo. Lo más usual es que se vean acompañadas de saetinos en la dirección ortogonal.
Clámide: Capa corta y ligera que usaron los griegos y después los romanos.El tejido de la cámide distinguía la clase social.
Collarino: parte inferior del capitel, entre el astrágalo y el tambor.
Comanda: Préstamo de la Edad Media con intereses muy elevados practicado mayoritariamente por los judíos.
Corambre: Conjunto de cueros o pellejos, curtidos o sin curtir, de algunos animales.
Cordobán: Cuero de cabra o macho cabrío de alta calidad.
Corifeo: Persona que lidera un partido, una secta o una tendencia de cualquier tipo.
Corredor público: Pregonero
Cortezón: Pústula endurecida; costra de una herida.
Crujía: Espacio entre dos muros de carga.
Cuartal: Medida de capacidad que contiene 8 almudes.
Chafarrinón: Herida aparatosa y sangrante.
Chantre: En la Edad Media, nombre otorgado a una dignidad eclesiástica designándole el cargo de maestro cantor o del coro. Debía vestir con capa e indumentaria especial portando la batuta o bastón cantoral de maestro durante el cumplimiento de sus funciones. Actualmente está en desuso
Chapurquín: Lavadero público.
Dinero: (Del latín: denarius). Fue la moneda de menor valor del imperio carolingio. El nombre de “dinero” hace referencia por antonomasia al dinero jaqués que se documenta por primera vez en Aragón con el rey Sancho Ramírez.
Domo: Casa (del latín: domus, casa romana).
Durazno: Melocotón.
Echucau: Atontatdo.
Edetanos: Iberos que habitaron en la ciudad de Edeta y sus alredeores, en la zona de Castellón y Valencia.
                        Encantarias: Seres mágicos con poderes sobrenaturales.
Enronar: Echar enrona (casquillos de una obra) en un sitio.
Esbarizar-se: Resbalar, deslizarse.
Escabel: Banqueta o taburete pequeño, generalmente blando, que se pone delante del asiento o trono, para apoyar los pies.
Escaliar: Rozar, roturar o artigar un terreno.
Escalio: (del lat. Squalidus: inculto) Tierra yerma que se pone en cultivo.
Escalivar: Escarbar el rescoldo del fuego para quitarle la ceniza y avivar el fuego.
                        Escarbadera: Pata de gallina, que le sirve para escarbar.
Escardar: Quitar cardos.
                        Escodar: Cortar la cola a los animales.
Eslardadizo: Herida con raspadura de la piel.
Eslisar-se: Deslizarse; resbalarse.
Esmolingar-se: Desmoronarse.
Esmorrar-se: Caerse de bruces.
Esperchicar-se: Rascarse una herida para quitarse la postilla o cortezón.
Espirallar: Perforar el tonel para sacar y probar el vino de flor.
Espondalario: En derecho foral aragonés, testigo del testamento común, abierto o verbal.
Fada: Hada. Maga o bruja a la que atribuyen poderes sobrenaturales en los cuentos y leyendas.
Fadiga: Tanteo y retracto que las leyes de la Corona de Aragón reconocían a los poseedores del dominio directo en la enfiteusis, y a los señores en los feudos, cuando el enfiteuta o el vasallo enajenaban sus derechos.
Falze (falce): Hoz
Falleba: Mecanismo o herraje específico empleado para cerrar puertas y ventanas, consistente en una varilla redonda de hierro, cuyos extremos terminan en sendos codillos o ganchos. La varilla va sujeta mediante unas anillas o grapas dentro de las cuales se puede girar, accionando el pomo. Mediante este movimiento de rotación se introduce en los cerraderos o sujetadores, que están fijos en el marco.
Fanega: Medida agraria muy variable según la comarca o región. En Castilla, por ejemplo, contiene 576 estadales, que equivale a 64,596 áreas.
Ferraduras: Herraduras.
Festejadores: Bancos de piedra colocados uno frente al otro junto a las ventanas de la casa.
Fierro: Hierro.
Filacteria: Tira de piel, banda, cinta o pergamino con inscripciones o leyendas utilizada como elemento decorativo en pinturas, esculturas, escudos de armas o epitafios.
Fogaril: Fogón, hogar, en las casas antiguas aragonesas lugar donde se hacía fuego para guisar la comida, sirviendo, a su vez, como calefacción para todo el hogar.
Fogaje: (focagium) En el Medievo, censo de los fuegos u hogares, por unidad familiar o vivienda, para el cobro de impuestos directos.
Freire: Sacerdote o caballero profeso de alguna orden militar.
Fuego: Hogar. (Del latín: focus. Lugar de la casa donde se prepara el fuego) y, por extensión, referido a la casa o familia que habita en ella.
Galdrufa: Peonza.
Garañón: Caballo semental.
Gavilla: Pandilla, cuadrilla, grupo de personas comúnmente formado por malhechores, rufianes, rateros, bandoleros, etc…
Gola: Espacio posterior del baluarte comprendido entre los ángulos de cortina que servía de acceso al baluarte desde la plaza. Por ext.: Parte posterior de las obras de fortificación abiertas, como baluartes y hornabeques.
Gonella: Túnica sin mangas, de seda o de piel, que vestían a veces los caballeros sobre la armadura y que usaron las damas aragonesas durante la Edad Media.
Hachuela: Tipo de hacha. Se compone de una empuñadura de madera con una púa en la parte inferior y una zona envuelta por la parte superior a la zona de la mano. La hoja cubre la zona del mango de madera con una pieza metálica más ancha en la zona de unión con la empuñadura, y una púa en la parte superior; la zona posterior de la hoja es una pieza triangular rematada con una punta inclinada hacia y la parte delantera de la hoja es una pieza finalizada en un corte curvado afilado en su borde.
                        Herbaje: Derecho de un municipio a cobrar por el arrendamiento de dehesas o pastoa a ganados foráneos.
                        Holgar: Yacer.
Indignado, Indignarse: Infectado, infectarse una herida.
Intercolumnio: Espacio entre dos columnas alineadas o fustes. En los arcos de herradura la luz sobrepasa el intercolumnio a la altura de las dovelas centrales.
Intradós: Superficie interior, cóncava e inferior de un arco, bóveda o dovela.
Jácena: viga gruesa de madera que se utiliza como viga maestra en los tejados a dos aguas.
Jaldeta: En arquitectura, viga que, con otras paralelas puestas perpendicularmente sobre las jácenas, conforma la parte interior de una cubierta horizontal o un alfarje, y sostiene, si es el caso, el solado o entarimado de la planta superior.
Jamba: Cada una de las piezas verticales que sostienen el dintel de una puerta, entrada o ventada.
Jita: Animal que tira coces.
                        Kilim: Alfombra artesanal de origen oriental tejida a modo de tapiz, decorada con motivos geométricos y vivos colores.
                      Lagar: Recipiente grande donde se pisa la uva, se prensa la aceituna o se machaca la manzana para obtener el mosto, el aceite o la sidra.
                        Lamia: Ser fabuloso con cabeza de mujer y cuerpo de dragón.
Luz: Ancho de un arco; distancia horizontal entre sus apoyos, excepto en el arco de herradura, cuya luz se mide a la altura de las dovelas centrales.
Mancuso: Nombre dado al dinar califal de oro (3,90 gr) en los reinos cristianos de la Península Ibérica,. Era una moneda de oro y plata que circuló durante los ss. IX, X, XI y XII y fueron imitados pos algunos reyes cristianos. Jaca fue la ciudad real, sede episcopal y centro administrativo que acuñó mancusos, siendo la primera moneda de oro aragonesa.
Maravedí: Antigua moneda utilizada entre los siglos XI y XIV; sirviendo como moneda de cuenta hasta el siglo XIX.
Márfega: Colchoneta. Especie de saco grande con un agujero en medio que, lleno de paja o esparto, sirve de colchón.
Masador: Amasador. Cubeta de madera donde se amasaba el pan.
Mellico: Ombligo.
Ministrante: Enfermero, practicante.
                        Modorra: Enfermedad del ganado lanar que produce su aturdimiento, provocado por el alojamiento en su cerebro de larvas del cenuro (un gusano parásito)
Moete: Mozete, mozé, (muchacho)
Monedaje: Tributo cobrado cada siete años desde el siglo XII hasta el XVIII, impuesto por Pedro II en Aragón y Cataluña sobre los bienes muebles y raíces consistentes en doce dineros por libra.
Morabentino: Moneda almorávide de plata.
Mortichuelo: Niño muerto de corta edad.
Mozé: Muchacho.
                        Muescar: Hacer muescas en el ganado para identificar su propietario
Muga: Frontera, límite.
Mulleta/e: Mula/o
Nimbo: Círculo luminoso, a modo de aureola, que se coloca o se dibuja detrás y alrededor de la cabeza de una imagen
Onso: Oso.
Ordio: Cebada.
Pardina: Pequeño conjunto de viviendas y casas rurales en las pedanías de un núcleo urbano, pudiendo llegar a tener hasta escuela e iglesia.
Pavés: Escudo prolongado que cubría el cuerpo del combatiente.
Pecha: Deriva de pechar (pagar un tributo) Impuesto que se pagaba en la época medieval aplicado a los labriegos de las villas o vecinos de las ciudades y que se pagaba al rey o al noble propietario de las tierras que trabajaban y en reconocimiento del derecho de señorío. El tributo de Percho Real o Servicio Ordinario ya se hace mención en el año de 1269 y su origen no es más que el reconocimiento de Vasallaje al Príncipe.
Pegujalero: Labrador que tiene poca siembra o ganadero que tiene poco ganado.
Pegunta: Pez (no animal); sustancia negra o de color oscuro, espesa y pegajosa, que se saca del alquitrán y se usa para impermeabilizar superficies
Peonada: Antigua unidad de superficie equivalente aproximadamente a 400 m2. Proviene de ser la superficie de campo que era capaz de labrar un peón en un día.
Peñora: empeño, hipoteca, préstamo.
Pernio: Gozne que se pone en las puertas y ventanas para que giren las hojas.
Plementería: Conjunto de paños de piedras o dovelas que, a modo de cerramiento, cubren el espacio entre los nervios de la bóveda.
Plica: Sobre cerrado y sellado que contiene unos documentos que solamente desben darse a conocer en un momento determinado o fijado.
Poyo,poyato: Banco generalmente de piedra, yeso u otro material, que se sitúa arrimado a las paredes, junto a las puertas de las casas, en los zaguanes y otras partes de las cuadras para sentarse o facilitar la tarea de carga y descarga de las caballerías.
Predio: Heredad, hacienda, tierra o posesión inmueble.
Pregnante: Embarazada.
Presiquera: Albaricoquero.
Presquillo: Albaricoque.
Primicia: Prestación de frutos y ganados que, además del diezmo, se daba a la Iglesia. Solían ser los primeros frutos que producía el campo, de ahí su nombre.
Pullizo: Tronco, generalmente de roble seco, para echar al fuego. Leño del tronco o ramas gruesas del árbol.
Putti: Plural de putto (niño, en italiano) Motivos ornamentales consistentes en figuras de niños frecuentemente desnudos y alados.
Rialda: Chimenea, hogar. Voz tradicional que deriva de rehalda, que es la repisa en torno a la campana de la chimenea, y por extensión se aplica también a todo el conjunto de la chimenea.
Rovada (robada): Medida de superficie utilizada en Navarra equivalente a 898,4 m2.Extensión de tierra que puede cultivarse con un robo de semillas.
Robo: Medida de capacidad para áridos usada en Navarra equivalente a 28l. y 13cl.
Roleo: Elemento decorativo realizado mediante elementos enrollados que se pueden disponer, pintados o esculpidos, en capiteles, dinteles, lienzos exteriores de los muros, recubrimientos de monumentos o en manuscritos iluminados, conteniendo fundamentalmente motivos vegetales y, a veces, animales o figuras. 
Ruejo: Piedra redonda. Canto rodado.
Saca: Impuesto indirecto de aduana o derechos de salida de las mercaderías producidas en un lugar.
Saetino: En arquitectura, pieza lígnea y rectilínea de corte oblicuo en su sección y en sus extremos, que en número de cuatro bordean los rehundidos casetones de un alfarje sin lazo.
Salmeres: Dovelas de arranque del arco que se apoyan en la línea de impostas.También se llaman dovelas basales.
Saquinazo: Caída aparatosa.
Salterio: Libro de coro que contiene salmos.
Segur: Hacha grande para cortar leña.
Serenau: Zona descubierta de un corral de ganado.
Sisa: En la Monarquía Hispánica del Antiguo Régimen, contibución impuesta en la carne y en los granos; originario de Aragón, con posterioridad se extendió a Castilla. Más que un impuesto en sí mismo, era una forma de cobrarlos.
Sobrecollidas: Sobrecullidas.Divisiones administrativas establecidas en el siglo XV para recaudar los impuestos. El cullidor (cullir equivale a recoger) era el encargado de cobrar los impuestos sobre el tránsito de mercancías, y la cullida era tanto la sede del cullidor como el acto en sí de pagar y percibir el impuesto. El término sobrecullidor fue posterior y designó un cargo superior, ante el cual el cullidor rendía cuentas. La sobrecullida constituía el conjunto de las cullidas sobre las que ejercía su potestad el sobrecullidor, en lo que llegó a ser una verdadera división administrativa y fiscal del reino, conceptualmente equivalentes a las comarcas de hoy en día. En el fogaje de 1495 eran 12 las sobrecullidas, perteneciendo Sos del Rey Católico a la sobrecullida de Jaca.
Soldadera: Mujer que vive de la soldada diaria. En la Edad Media mujer que vendía su canto, su baile y su cuerpo mismo (prostituta).
Sopicón: Gentilicio usado a modo de mote para los habitantes de Sos. Trozo de pan que se añade al caldo.
Sosiense: Gentilicio de Sos.
Suessetanos: Tribu celta de origen franco-belga que habitó la zona de las Cinco Villas por el siglo IV a. de C.
Sueldo: Unidad de cuenta con valor de 1/20 parte de la libra. Se acuñó en los sistemas monetarios anteriores a la reforma hecha por Carlomagno, que estableció la equivalencia: 1 libra-20 sueldos-240 dineros. A partir de ese momento se utilizó como moneda de cuenta y aunque a partir del siglo XIII volvieron a acuñarse monedas con valor de un sueldo, adoptaron otros nombres.
Tablajero: En la Edad Media, pequeño trabajador autónomo que en los mercados usaba una tabla para exponer y cortar sus productos a la venta, generalmente frescos, como el pescado, carne, tocino...
Tanar, tanado: Curtir, curtido.
Tellero: Tejero.
Tonsura: El primero de los grados clericales. Se confería por mano del obispo como disposición y preparación para recibir el sacramento del orden y cuya ceremonia se ejecurtaba cortando la coronilla del cabello.
Toral: Cada uno de los cuatro arcos que sostienen la bóveda u otra elevación sobre el crucero de un edificio.   
Trasdós: También llamado extradós. Cara o plano superior o externo de un muro, arco, bóveda o cúpula.                        
Trasmallo: Arte de pesca formado por tres redes superpuestas siendo más tupida la situada en el centro.
Travesero: Almohada
                        Trucador: LLamador
Vecino: Unidad familiar en la Corona de Aragón equivalente al fuego (hogar), contabilizando es ésta al cabeza de familia, cónyuge, hijos, parientes, esclavos, etc que vivían bajo el mismo hogar y que se usaba para la realización de censos o fogajes.
Venablo: arma arrojadiza enastada, a modo de pequeña lanza, que se arroja a fuerza de brazo, sin auxilio de arco.
                        Yantar: Comer.
                        Yermo: Terreno sin cultivar o estéril.
                        Yunta: Conjunto formado por una pareja de bueyes o mulas uncidas al yugo para labores de campo.
Zaurín: Zahorí.