domingo, 13 de noviembre de 2016

LA DESAMORTIZACION DE MENDIZABAL EN SOS


La reina Isabel II inició su reinado de forma efectiva tras la regencia, primero de su madre María Cristina de Borbón como reina gobernadora(1833-1840) y posteriormente del General Espartero(1840-1843)
Durante el reinado de Isabel II el ministro Mendizábal pone en marcha los decretos de Desamortización (1834-1854) en los que se declaran extinguidos los conventos religiosos, colegios, congregaciones, etc. adjudicándose sus bienes al Estado, que los venderá para reducir la deuda pública, dado que la situación económica del país se habia debilitado tras la Guerra de la Independencia primero y la Guerra Carlista después. 
Ya en 1808 José Bonaparte apostó desde un primer momento por la desamortización eclesiástica, decretando que los conventos quedasen reducidos a una tercera parte y prohibiendo la admisión de nuevos novicios. Pero un año más tarde endureció la medida en respuesta a la participación de los religiosos en la guerra contra los franceses, decretando la supresión de todas las órdenes religiosas en España. Es el momento en que los padres Carmelitas Descalzos de Valentuñana se ven obligados a abandonar el convento, aunque regresaron tras la guerra.
Sin embargo, según Angela Atienza: “tras la guerra de la Independencia los regulares fueron restituídos de todos sus bienes, pero su economía había sufrido un gran golpe del que difícilmente podría recuperarse”[1] Todos los bienes se nacionalizaron y pasaron a pertenecer al Estado. Con la desamortización de Mendizábal los carmelitas de Valentuñana esta vez abandonarían definitivamente el convento.
Juan Álvarez Mendizábal
              A partir del siglo XVIII se generaliza en España una tendencia anticlerical cada vez más popular entre las élites políticas y culturales. Los liberales eran conscientes de que el país no podía prosperar y ponerse a la altura del resto de las potencias europeas sin transformar el régimen fiscal español, claramente anticuado y tradicional, en el que la Iglesia seguía conservando ciertos privilegios, por lo que Mendizábal creía necesaria la creación de una clase propietaria, los beneficiados de esta reforma económica, que se convertiría en el sustento social del régimen; era necesario entonces, modernizar y optimizar al máximo los recursos agrícolas españoles, pues las grandes propiedades rurales estaban en manos de unos pocos terratenientes que no las explotaban, calificadas como “manos muertas”, y representados fundamentalmente por las órdenes religiosas, la nobleza rentista, el propio Estado o los municipios. La transformación sólamente se podría operar por medio de propietarios que apostasen por unos modos de producción capitalista, no rentista, y por lo tanto, eficientes. A la par, también perseguía el objetivo de reducir el censo de religiosos en el país, acabar con su poderío económico y reducir, por tanto, su peso en la sociedad.
Se sacaron los bienes a pública subasta tras una tasación oficial, pretendiendo que acudiesen a esas subastas de tierras una clase media rural, que enriquecida con esas medidas liberales apoyaran la causa liberal.
Sin embargo, las tierras incautadas a la Iglesia o a los Ayuntamientos por parte del Estado fueron vendidas en grandes lotes inasequibles a los pequeños propietarios; y no fueron los campesinos, sino la burguesía urbana adinerada y la antigua nobleza las que compraron las tierras aumentando el poder de las clases terratenientes, por lo que no pudo crearse una verdadera burguesía o clase media en España que sacara al País de su paralización.
Para la tasación y división de las fincas, la Comisión Agricultora de Zaragoza creó por un R.D. de 19/2/36 (medida 6ª del art.3º) y junto a las comisiones locales de gestores, peritos y tasadores, compuestas por “personas de buenos conocimientos en la labranza” para que procedieran a efectuar las divisiones de todos aquellos predios rústicos en los que se pudiera hacer sin menoscabo su labor. La misma idea fue reformulada en el art. 4º del R.D. de 23/4/37, en la que se lee: “El Gobierno cuidará de que las fincas rurales se subdividan cuanto sea posible, atendida su naturaleza y localidad, bajo la más estrecha responsabilidad de los empleados encargados de la ejecución de los derechos sobre venta de bienes nacionales”
Las comisiones agricultoras de la provincia de Zaragoza no quedaron constituidas hasta el 28 de febrero de 1838. A lo largo de los años no resulta extraño que hubiera relevos en las personas que efectuaban trabajos de tasación de fincas, edificios y enseres.
Pascual Marteles, en su tesis doctoral sobre la desamortización de Mendizábal en la provincia de Zaragoza, ha hallado la relación provincial de todos los que actuaban como tales en un momento determinado; lamentablemente no consta en la documentación la fecha exacta, pero se cree que es hacia 1841. En esta relación figuran en la localidad de Sos, Antonio Campaña y Martín Campaña como arquitectos o albañiles; Esteban Sarias y Joaquín Barnecha como peritos carpinteros; y Agustín Ruesta y Joaquín Bueno como tasadores agricultores.[2]
Pascual Marteles en su tesis doctoral antes mencionada y por documentación revisada en diferentes archivos, protocolos y otros documentos, señala que en la localidad de Sos salen a subasta, a causa de la desamortización, un total de 13 fincas, con una extensión rústica vendida que alcanza una superficie de 26,26 Has, llegando el remate total de las fincas a 249.309 reales. Del total de las fincas, tres eran de dueños del clero secular (2 fincas urbanas de la iglesia parroquial, llegando a un remate total de 37.000 reales, y una finca rústica, perteneciente al capítulo, de 0,08 Has de extensión, con un remate total de 2.775 reales.); nueve del clero regular, con una extensión rústica total de 26,18 Has, entre las que se encuentra el convento de Valentuñana, con una extensión de 4,16Has y con un remate total de la finca de 174.000 reales, y otra  finca más del clero regular clasificada como “otros” (ni rústica ni urbana).[3]


Cuadro de los dueños de las fincas según sus clases valor total de las fincas, remate total de las mismas y su extensión rústica

DUEÑO DE LAS FINCAS
CLASE DE FINCA
Nº DE FINCAS
VALOR TOTAL (RS)
REMATE TOTAL (RS)
EXTENSION RUSTICA (HAS)
CLERO REGULAR
RUSTICA
9
52855
208934
26,18
CLERO REGULAR
OTROS
1
160
600

CLERO SECULAR
RUSTCA
1(CAPÍTULO)
0
2775
0,08
CLERO SECULAR
URBANA
2(IGLESIA PARROQUIAL)
27300
37000

TOTAL

13
80315
249.309
26,26


Marteles resume en un cuadro los 180 compradores más importantes de la provincia de Zaragoza según el total de la inversión realizada en las compras. Entre estos figura el sosiense Antonio Lacosta, que por el total de Hectáreas compradas (4,16), y el remate total de la finca adquirida (174.000 rs.) no deja ninguna duda de que fue el comprador del convento de Valentuñana.
Una parte de las fincas de los carmelitas queda reflejada en el remate previsto para el día 20 de enero de 1842 por el Juzgado de Primera Instancia de Zaragoza, del que el Diario de Madrid se hace eco, en el que especifican: “ Una huerta sita en los términos de la villa de Sos, e inmediata al convento de Carmelitas Descalzos de dicha villa, al que perteneció la citada huerta y las demás fincas que luego se dirán, de cabida de 10 celemines 8 almudes de tierra de regadío, con 40 árboles frutales de toda clase y su cerca de pared con una cabaña de hortelano y un abejar. Un campo inmediato a la citada huerta en secano, con 420 olivos grandes y pequeños, algunos almendros, cipreses, cerezos y un nogal, advirtiendo que en su cabida que es de 4 fanegas 4 celemines de tierra, hay 4 celemines que no valen sino para monte, en el que se sabe se crían algunos robles y carrascas; un hortal inmediato a la huerta de una hanega de tierra regadío con 5 olivos pequeños y 40 olmos buenos en sus inmediaciones; un campo de 3 y media hanegas, tierra de secano, pasado el barranco inmediato a dicha huerta con 20 olivos pequeños, y una era de trillar inmediata a dichas posesiones. Todas estas fincas se enajenan en un lote por dictamen de la comision agricultora, no tiene cargas, están arrendadas en 480 r. y tienen un arriendo en 1º de abril de 1842; capitalizadas según las bases establecidas en las reales órdenes de 25 de noviembre de 1836 y 11 de mayo de 1837 en 28.700 reales y tasadas en 32.060 rs., que es la cantidad en que se saca a subasta.”[4](Continuación)





[1] Atienza López, A. Propiedad, explotación y rentas: el clero regular zaragozano en el siglo XVIII. Departamento de Cultura y Educación, D.G.A., Zaragoza, 1988
[2] A.H.P.Z. S.H. Caja 747.
[3] Marteles, P. La desamortización de Mendizábal en la provincia de Zaragoza (1835-1851) Tesis doctoral. Dpto de Hª Moderra y Contemporánea. Facultad de Letras. U.A.B. ,1990.
[4] Diario de Madrid, nº 2480, 10 de enero de 1842, p. 1.



BIBLIOGRAFIA

-ATIENZA LÓPEZ, ANGELA. Propiedad, explotación y rentas: el clero regular zaragozano en el siglo XVIII. Dpto. De Cultura y Educación. D.G.A., Zaragoza, 1988.
-MARTELES LÓPEZ, PASCUAL. La desamortización de Mendizábal en la provincia de Zaragoza (1835-1851). Vol.  I y II. Tesis doctoral. Facultad de Letras. Universidad Autónoma de Barcelona, 1990.
-DIARIO DE MADRID. Nº 2480. 10 de Enero de 1842.

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