sábado, 28 de febrero de 2015

LA FUENTE DE LA BOVEDA O DEL PERJURIO

La fuente de la Bóveda o del Perjurio la encontramos cerca del río Onsella, en el camino que discurre desde Sos del Rey Católico hacia Undués de Lerda.
Esta leyenda medieval resulta familiar y reconocible, pues existen muchas con el mismo argumento en numerosas zonas de España.
Cuenta la leyenda que por esta zona vivía una pareja de enamorados: ella de sangre noble y él un humilde pastor. Esta circunstancia hacía que tuvieran que verse a escondidas, pues el padre de la joven se oponía rotundamente a que se vieran, a la vez que buscaba por el Reino un noble y rico pretendiente para casar a su hija.
Esta incómoda situación hizo que un buen día en el que los enamorados se encontraban junto a la fuente el joven le comentó a su amada que había decidido ir a la guerra a luchar contra los moros para de este modo ganar méritos y el reconocimiento de caballero que necesitaba para convencer a su padre y así hacerla su esposa.
 Y allí mismo, junto a las aguas de esta fuente, el joven hizo jurar a su amada que la esperaría hasta su regreso de la guerra para casarse, añadiendo a este juramento que, en caso de quebrantarlo, el espíritu de la joven vagaría por la fuente eternamente. La joven juró que le esperaría y él partió a la guerra.
Transcurridos unos años sin tener noticias de él, y creyéndolo muerto en alguna batalla, la joven doncella acabó entregándose en matrimonio a uno de los muchos nobles que la pretendían.
 El día de su boda fue una fiesta para todo el Reino, y a su castillo acudieron nobles y caballeros de todas partes. Entre ellos se encontraba un caballero que, oculto tras su traje de batalla, nadie conocía.
Fuente de la bóveda o del perjurio

Entraron todos a la iglesia y, en el momento en que el sacerdote se disponía a dar la bendición a los futuros esposos, el anónimo caballero interrumpió la ceremonia, se despojó de su yelmo y, ante el asombro de la joven al reconocerlo, éste la miró fijamente y en voz alta sentenció: “Que el Señor castigue tu perjurio y te aplique el castigo que tú misma elegiste”.

La joven desapareció y desde entonces, cuenta la gente, que su espíritu vaga por las aguas de esta fuente, recordando para siempre la maldad del perjurio. (Esta leyenda pude leerse en un panel explicativo que hay junto a la fuente)

domingo, 22 de febrero de 2015

CARPINTERIA Y MARQUETERIA DE LA PUERTA


En la mayoría de las casas de Sos la puerta suele ser grande y pesada. Puede ser de una sola hoja, que se abre en una plancha de madera de mayor tamaño que cubre todo el hueco de la puerta, o tener dos hojas, separadas horizontal o verticalmente. La doble hoja horizontal, que permite ventilar e iluminar el patio manteniendo cerrada la hoja inferior, ha sido muy utilizada. La de dos batientes verticales es también muy común.
Puerta de una sola hoja
Puerta de dos hojas en vertical
Puerta con una de las hojas con batiente horizontal
Puerta de doble hoja horizontal














                    La carpintería de la puerta ofrece buenos trabajos en madera, con aspiraciones de solidez pero sin desdeñar el aspecto estético.
 El montante entre ambas hojas suele decorarse con alguna moldura. En ocasiones, la puerta se forra con planchas metálicas con objeto de reforzarla. Estos paneles metálicos acostumbran a incorporar alguna decoración, normalmente motivos realizados a punzón que se integran en el diseño que forman los clavos de sujeción de las planchas, dotando de un componente artístico a lo que tuvo una simple intención protectora.
Antigua puerta decorada con marquetería (calle Ramón y Cajal)

    Entre las labores de carpintería como elemento decorativo destaca la marquetería. Es un trabajo delicado cuya función es simplemente ornamental. Aparece preferentemente en forma de celosías, en algunas puertas y balcones, limando así la austeridad de las construcciones, pero debido a su rápido y frágil deterioro aparece en pocos casos en la Villa.
Puerta con gatera




   
      También es muy frecuente ver en uno de los ángulos inferiores de la puerta una pequeña abertura circular, es la gatera. Esta, como su nombre indica, es la “puerta” de acceso para los gatos, imprescindibles en todas las casas para cazar pequeños animales, sobre todo ratones, que puedan comer y estropear el grano almacenado en las mismas.





        La carpintería de la puerta presenta elementos repetidos como molduras y plafones. La decoración se basa principalmente en la simetría y es frecuente que existan tallas con motivos geométricos u otros de inspiración natural, generalmente de tipo solar o vegetal.
Puerta tallada simétricamente con motivos geométricos

Puerta ricamente tallada con motivos vegetales

Los portones de carro

Portón de carro (Ceñito)

    En un mundo eminentemente rural como el de Sos del Rey Católico, el carro ha tenido una gran importancia como ayuda en las faenas agrícolas. No es de extrañar, por tanto, que en muchas ocasiones posea un espacio propio a cubierto, donde poder guardarlo y realizar las labores de carga y descarga. El portón será de grandes dimensiones, a veces en arco de medio punto, cerrado con una o dos hojas reforzadas y claveteadas.




BIBLIOGRAFIA

-BIARGE, FERNANDO Y ANA. Casa por casa. Detalles de la arquitectura rural pirenaica. Arpirelieve. Huesca, 2001.

IGLESIA DE SAN ESTEBAN: datos histórico-arquitectónicos y constructivos


Asentada en la roca, sobre la Peña Feliciana, el punto más elevado de la Villa, se erige la iglesia de San Esteban. Para acceder a ella tenemos que pasar el túnel abovedado llamado Claustro de Santa María del Perdón( ver claustro). Y es aquí donde observamos con claridad la función defensiva que tenía la villa, ya que solamente a través del Claustro se podía acceder al templo y a la fortaleza situada en el nivel superior.
Pero conozcamos la historia de su construcción.
La iglesia de San Esteban hay que separarla en dos partes: la iglesia inferior, o cripta, y la iglesia superior.


Sos del Rey Católico.Iglesia de San Esteban. Los ábsides albergan la iglesia inferior o cripta y la superior
          La primitiva iglesia, o cripta, fue proyectada, según el arquitecto Iñiguez, “como una simple infraestructura para fundamentar la planta de la cabecera de la iglesia superior”, hipótesis que también recogen Angel Canellas y Angel San Vicente en su estudio sobre el románico en Aragón. Pero cuando las obras se empezaron, se decidió, y este hecho constituye una certeza, emplearla como iglesia baja, razón por la cual puede explicarse tanto su configuración como su ornamentación posterior.
                    La datación de esta iglesia baja queda constatada también en una inscripción conservada en uno de sus muros: “era MXCIII” (año 1055).En este año de 1055 la reina Estefanía, viuda del rey García de Nájera, promovió la edificación del templo de San Esteban con subvenciones piadosas, que en 1059 un clérigo de la comunidad, García Garcés, anotaba en un cartulario y fueron continuados en 1081 por García Fortuñones, posible arcediano de la Iglesia
                      En el año 1094 llega a Sos el obispo de Compostela, don Diego Peláez, que fue expulsado por Alfonso VI de Castilla; le acompaña el Maestro Esteban, que había trabajado en la catedral compostelana con el maestro Mateo. La obra del maestro Esteban queda reflejada en varias iglesias de la zona, y en Sos aparece en los monumentales capiteles de la cripta y probablemente en la portada de la iglesia parroquial. Posteriormente será el maestro Jordán quien continúa las obras de la Iglesia (1137)

Túnel de Santa María del Perdón. Era el único acceso a la iglesia superior

La datación de la obra de la iglesia superior es muy problemática, habiendo quien la sitúa cercana al siglo XIII, si bien, por el contrario, contamos con los datos del historiador y abad de San Juan de la Peña, Briz Martínez, y que refiere una donación hecha a su monasterio en mayo de 1137, estando el rey Ramiro I en Sos, en la cual se dice que se edifica en aquel año un fuerte castillo “ por un gran artífice que se decía Iordan”, y explica el abad que, estando el rey en guerra con Navarra, las obras debieron consistir en fortificar de nuevo el castillo. 
Esta noticia cobra mayor interés al constatar que precisamente en el crucero de la iglesia de San Esteban figuran un par de marcas de cantero en forma de “J”, signo que bien puede ser la letra inicial del nombre "Jordán"; una indicación, que junto con las anteriores, induce a centrar la cronología de la iglesia de San Esteban hacia mediados del siglo XII. Si bien la iglesia no debía estar terminada en su totalidad si atendemos a un documento de Pedro IV el Ceremonioso con fecha de 4 de junio de 1341 en el que concede al concejo de Sos la gestión de la primicia que debe destinarse a la fábrica de la iglesia y, si sobrase algo, a los muros y a otros negocios de la villa[1]. Poco después, Juan I declara que a la villa de Sos le pertenece la primicia para emplearla en el culto y en la fábrica de la iglesia parroquial[2].
En 1494 el capellán don Juan Guerrero llega a un acuerdo con Juan Sarias, pintor de Sangüesa, para que haga un retablo para el altar de San Lorenzo[3].
El 8 de septiembre de 1512 el Justicia y los jurados de Sos llegan a una concordia con el cerrajero Juan de Lumbierre para que haga un rejado para la capilla de Nuestra Señora de la iglesia de San Esteban[4].
El 12 de mayo de 1515 se concede permiso al escudero Alfonso de Artieda para que hiciese, en el plazo de un año, una capilla, un altar y un retablo bajo la advocación de San Cristóbal.
El 14 de mayo de 1515 el arcipreste de la Valdonsella, mosén Juan de Porrox, otorgó licencia a Martín de Ampiedes para que éste pudiese abrir una ventana en su capilla de la Magdalena para poder ver y oír la misa mayor, con la condición de que se colocase una reja de hierro para que nadie pudiese entrar ni salir por ella[5].
Para estas fechas, de nuevo el arcipreste Juan de Porrox autoriza al noble Martín de Lozano para que realizase durante tres años una capilla y un retablo dedicados a San Pedro en la parte baja de la iglesia, a mano derecha de la capilla de Nuestra Señora, donde había un altar dedicado al primer Papa de la cristiandad, debiendo mudar éste a cualquiera de los costados[6]

En el siglo XVI se añade un porche a la portada románica

En el año 1521 se pone un retablo en el ábside o capilla Mayor de la Iglesia y finalmente, en el siglo XVI se amplía con  las capillas laterales, la sacristía, una sala capitular, otra para archivo, una portada renacentista en el lado meridional y tuvo que ser prolongada la galería transversal o túnel del Perdón por sus dos extremos; también fue construído un porche sobre la portada septentrional y el coro, este último encargado al maestro Nicolás de Chalons en el año 1530, al que se añadió en el año 1556 una preciosa sillería renacentista de 24 elementos del taller de Moreto.
En enero de 1555, la religiosa Ana Espatolero, poseedora de una capilla en la parroquia de San Esteban, concertaba con el maestro Jorge de Flandes, entonces habitante en Sangüesa, la realización de un retablo de imaginería dedicado a la advocación del Rosario cuya descripción es la siguiente: “En la peayna del retablo se tienen de hazer cinci histrotias, la primera el nascimiento de sancta Ana a Nuestra Señora; la 2ª la salutacion del angel a Nuestra Señora; la 3ª, el Crucifixo con su sanct Joan y la Maria; la 4ª la resurrectio de Nuestro Señor; la 5ª. la asumption de Nuestra Señora con sus apostoles y su historia. Item en el medio del altar tres caxas dentro de la de medio y principal tiene de hazer Nuestra Señora del Rosario y al lado drecho sanct Joan Baptista y al otro sanct Bartholome assi y como esta agora en retablo de pinzel. Item arriba en medio tiene de hazerse el Dios Padre y a los lados sus archetes a la romana que se dizen dos rebutantes con sus dos guardapolbos a los costados y todo lo demas como esta en el debuxo de la dicha capilla del Rosario”.
El imaginero debería de recibir 720 sueldos por su obra, que prometió terminarla “para Navidat primera viniente”[7]
Se ignora el paradero de este retablo. Tampoco Abbad registra la existencia de esta obra en su catálogo monumental.
En 1567 Nicolás de Lizárraga, vecino de Sos, cantero y “maestro de capillas”, realizó obras en la iglesia de San Esteban. EL 7 de mayo contrata a Pedro de Burgui, de Carcastillo, para el transporte de 2500 sillares hasta el pie de obra de la iglesia de Sos[8], y dos años después, el tres de abril, reitera el contrato para otro traslado de 4000 sillares que tenía cortados ya en abril para el mismo destino; esta vez el traslado lo realiza un carretero de Castiliscar[9]. Probablemente se trata de la obra de ampliación de la planta románica de tres naves, rasgando los muros para abrir capillas colaterales.
En enero de 1571 Gil Español de Niño y otros de Sos conciertan de nuevo con el maestro escultor Jorge de Flandes la realización de una obra consistente en “una cabeça de sanct Lamberto de fusta en blanco con medio cuerpo y su guijada en la mano con las partes que para ello se requieren”; el busto debia de “estar en medio de dos angeles que lo administren” y todo el conjunto montado sobre “una peayna con sus colunas para dicha cabeça y su vasa y sotabasa con sus frisos y sus historias con la vida de sanct Lamberto. Otra peayna en obalo hechados sus frisos y historias o otra qualquiere obra que mejor paresciera; el guardapolbo con sus corbas a modo de media naranja con su resalte en medio que haga una rosa por remate tan enrequecida que corresponda a todas las partes”.
Su valor ascendería a la cantidad de 680 sueldos “pagaderos los quinientos sueldos por todo este mes de janero del presente año y los restantes acabada que fuere dicha obra”, que sería para el día y fiesta de Pascua de Resurrección del mismo año.[10]
El catálogo monumental de la provincia no registra la existencia de esta pieza en Sos; acaso fue desplazada o sustituída por una imagen de san Lamberto, de bulto redondo y cuerpo entero, que se conserva en la iglesia de San Esteban, procedente de su retablo mayor, sin duda, realizado en el siglo XVIII, según Abbad[11]
En 1757 Silvestre Thomas construye el órgano de la iglesia.
En 1784 se incorporan los tres retablos barrocos de los ábsides de la iglesia, dedicados a San Esteban Protomártir (ábside central), La Purísima Concepción (ábside de de la Epístola), y Santa María Magdalena (ábside del Evangelio) También se colocan dos púlpitos en los pilares frontales de la desembocadura del ábside central.
La iglesia de San Esteban se alza sobre la Peña Feliciana


Por un Real Decreto de 2 de marzo de 1944 la iglesia es declarada Monumento histórico-artístico
Entre 1953 y 1959 se hacen diversas reparaciones en la iglesia: por Orden Ministerial del 26/10/1953 se aprueba el proyecto de obras para la reconstrucción de cubiertas por un valor de 127.010,69 ptas; otra Orden de 11/05/1956 aprueba el proyecto de obras en el que se propone la demolición de los elementos postizos de piedra que coronan los muros del ábside, reparar dichos muros, reconstruir parte de la cubierta, etc... ascendiendo a un total de 87.212,52 ptas.;en la Orden del 2/10/1958 se aprueba el proyecto  para continuar con las obras de restauración de la cubierta, reponiéndose el enlosado de piedra primitivo en una superficie aproximada de 236 m2, ascendiendo dicho proyecto a la suma de 117.306,73 ptas;en otra Orden del 11 de agosto de 1959 se aprobó el proyecto de obras por un importe de 70.486,71 ptas. para la restauración de las cubiertas del lado de la Epístola, todo ello bajo la dirección de don Manuel Lorente Junquera.

Entre 1963-1967 se realiza el proyecto “restauración general de la iglesia parroquial y alrededores”, dirigida por el arquitecto del Patrimonio don Francisco Pons Sorolla, consistente en la reparación de cubiertas y tejados, renovación de pavimentos, reposición de elementos en la estructura románica que habían desaparecido, limpieza general de todo el interior y urbanización de los exteriores del recinto, así como se procedió a retirar del ábside central un ostentoso retablo de finales del siglo XVIII. Por el R.D. 2177/1963 de 24 de julio se autorizó la ejecución de las obras, por concierto directo, con Dn Manuel Tricas Comps, por un presupuesto de 3.244.793,52 ptas., el cual sería distribuído en las siguientes anualidades: Para el año 1963, la cantidad de 994.793,52 Ptas; para el año 1964, 500.000 ptas; 250.000 ptas para el año 1965, 500.000 para 1966, y un millón de pesetas para 1967.
En 1980 restaura el órgano el párroco de Agüero don Luis Galindo Bisquer, que con motivo de las obras realizadas en la iglesia se había quitado de su primitiva ubicación y se coloca en la capilla de San Francisco Javier, junto a la Sacristía.
En 1990 se realiza una limpieza general de retablos, tallas y lienzos, tanto en la iglesia como en la sacristía. Y se sacó de la pared del fondo un fresco del siglo XIII que representa un Cristóforo que lleva en los hombros el Cristo Pantocrátor, colocándose el panel en la capilla de San José.
En 2023 se restauró la majestuosa portada de la iglesia.







[1] A.C.P., Arca Episcopi VI, doc. 41, nº233.
[2] A.C.P. Arca Episcopi VI, doc 41, nº 335.
[3] A.H.P.S. Juan Zareco, p. 436, f. 32.
[4] A.H.P.S. Miguel de Sen, p. 467, ff. 40-40v.
[5] A.H.P.S., Gil García de Urriés, p. 507 C, f. 61.
[6] A.H.P.S., Gil García de Urriés, p. 507 C, ff. 60v-61.
[7] A.H.P.S., Miguel Mancho, año 1555, f. 17´.
[8] A.H.P.S., Jerónimo García, año 1567, f. 60.
[9] A.H.P.S., Jerómimo García, año 1569, f. 20.
[10] A.H.P.S., Jerónimo García de Urriés, año 1571, f. 8.
[11] Abbad Ríos. “Catálogo monumental de España”, p. 637.



BIBLIOGRAFÍA


-ABBAD RÍOS, FRANCISCO. Catálogo monumental de España. Zaragoza. C.S.I.C. Madrid, 1957.
-ABBAD RÍOS, FRANCISCO. El románico en Cinco Villas. I.F.C., D.P.Z., Zaragoza, 1979.
-CANELLAS LÓPEZ, ÁNGEL, y ÁNGEL SAN VICENTE. Rutas románicas en Aragón. Encuentro S.A. Zaragoza, 1975.
-ESTEBAN LORENTE, JUAN FRANCISCO. El nacimiento del arte románico en Aragón. Arquitectura. C.A.I. y F.G.M. Zaragoza, 1982.
-GARCÉS ABADÍA, MÁXIMO. Sos del Rey Católico. Iglesia parroquial de San Esteban. Edilesa. Monografías, serie roja, nº 51. 2001.
-PONS SOROLLA Y ARNAU, FRANCISCO.  “Las obras de restauración en Sos del Rey Católico”, en VV.AA. Exaltación de Sos del rey Católico, introducción de Mariano Rabadan Pina, pp. 19-23. I.F.C., D.P.Z., Zaragoza, 1970.
-SAN VICENTE, ANGEL. “Acotaciones documentales para la historia del arte en Cinco Villas durante el siglo XVI”; en Estudios en Homenaje al Dr. Eugenio Frutos Cortés, pp. 367-444. U.Z., Facultad de Filosofía y Letras. Cometa, S.A., Zaragoza, 1977.
-SAN VICENTE,ÁNGEL. “Iglesia de San Esteban”, en VV.AA. Arte religioso en la villa de Sos del Rey Católico. I.F.C. Zaragoza, 1978.

BRUJAS, HECHIZOS Y PÓCIMAS


Las grandes protagonistas de la mitología de todas las culturas han sido siempre las brujas. Brujas ha habido en todos los lugares de la geografía española, pero sobre todo en el norte de la Península.
En la toponimia de muchos municipios de España se hace referencia a ellas. En la de Sos del Rey Católico existe el “barranco de las brujas”[1].

El repertorio de las maldades de las brujas era amplísimo, llegando los “malmetimientos” de las brujas incluso hasta el deporte o el ocio, como la caza.
Son muy numerosos los casos de cazadores, que teniendo la pieza en la punta de la nariz les ha sido imposible dar en el blanco. La maldad consistía en que les habían depositado la “oración de los cazadores”. Esta oración impedía que se acertara con los disparos sobre la pieza. El remedio para prevenir esta oración, según cuenta un cazador de Sos, es de lo más curioso: el cazador se baja los pantalones y se pasa la escopeta por una de las perneras del pantalón, ofreciendo un resultado inmediato. De igual forma no tenía efecto la” oración de los cazadores” si llevaban una saya de culebra metida en el pasamanos de la escopeta.
Espantabrujas en una vivienda próxima al Parador de Turismo

Pero las brujas, además de los malmetimientos y el mal de ojo, se dedicaban también a elaborar pócimas y remedios prácticamente para todo.
 Los remedios en el tema erótico, amoroso y sexual eran de lo más pintorescos. Así, la mujer que quería enamorar a un hombre le daba a comer pan amasado sobre su pubis o un pez que hubiese muerto dentro de su vagina; si quería provocar la impotencia de un hombre se desnudaba y, untada toda ella de miel, se revolcaba en un montón de trigo, después, con los granos adheridos a su piel elaboraba una torta que daba de comer al varón que quería desgraciar. Los métodos anticonceptivos no eran menos pintorescos: para evitar que la mujer se quedara embarazada se friccionaba el pene del varón con vinagre antes del coito.
Para conservar la fidelidad de una mujer se le daba a beber una pócima compuesta por testículos de lobo y la ceniza resultante de quemar pelos tomados de distintas partes del cuerpo. Para alcanzar y retener a una mujer frígida el hombre debía untarse el pene con sebo de macho cabrío antes de copular con ella.
Otras hechicerías contenidas en grimorios pretendían provocar el amor de una mujer, hacerla danzar desnuda u otros caprichos semejantes. Alfonso X nos deja la noticia de un dean de Cales que seducido por magia y por grimorio “jode cuanto quiere joder”.
Pero a pesar de todas estos remedios y hechicerías, abundaban las mujeres insatisfechas que recurrían a artefactos de autoestimulación. Una cantiga de Fernando Esquío menciona un lote de cuatro consoladores que ha enviado a una abadesa amiga suya para servicio de su comunidad. En un documento de 1351 se habla de una mujer fallecida por ocasión de un “rauano (rábano) que le auian puesto por el conyo[2]De todos son conocidas las propiedades medicinales de esta herbácea, pero en la Edad Media parece ser que esta crucífera planta y su tuberosa raíz despertaba súbitas pasiones femeninas. Un famoso soneto anónimo del siglo XVI hace referencia a lo comentado:

Tú, rábano piadoso, en este día
risopija serás en mi trabajo
serás lugarteniente de un carajo
mi marido serás, legumbre mía.

Un poquito más largo convenía,
mas no importa, que irás por el atajo.
Entra de punta y sácame de cuajo
las gotas que el que pudre[3] me pedía.

Ya entraste, mas las hojas quedan fuera.
Pues ¿Qué han hecho las hojas a mi papo,
que no han de entrar, si es él el que lo pierde?

Las hojas entren, y ojalá viniera
el ramal de fray Lucas, de solapo,
y diérase mi coño un gentil verde[4].





[1] Citado por José Antonio Adell y Celedonio García en “brujas, demonios, encantarias y seres mágicos de Aragón” Pirineo. Huesca, 2001. También lo menciona Toti Martínez de Lezea en su novela “veneno para la corona”. Erein. San Sebastián, 2011.
[2] A.G.N., secc. de Comptos, 66, f. 296v.                                                                     
[3] El marido muerto.
[4] Darse un verde: holgarse en banquetes y placeres (Covarrubias)



BIBLIOGRAFIA


-ADELL CASTAN, JOSÉ ANTONIO, y GARCÍA RODRÍGUEZ, CELEDONIO. Brujas, demonios, encantarias y seres mágicos de Aragón. Pirineo. Huesca, 2001.
-CORRAL LAFUENTE. Mitos y leyendas de Aragón. Leyere. Zaragoza, 2002.
-ESLAVA GALÁN, JUAN. 50  estampas de la historia de España. Círculo de Lectores. Barcelona, 2012.

sábado, 21 de febrero de 2015

LA CASA, UN ESPACIO INVIOLABLE

La casa del sosiense, al igual que las del resto de los mortales, era el centro del universo.
La casa tenía como finalidad la consecución del bienestar de sus moradores y la perpetuación de la estirpe además de ser un espacio inviolable. Por otro lado la casa ha sido lugar de refugio para propios y extraños atribuyéndole una especie de derecho de asilo que perdura hasta nuestros días. Todavía persiste, o se ha mantenido hasta fechas recientes, la antigua creencia que en casa estamos a salvo de todo mal. A pesar de todo también podía, en su conjunto, ser maldecida y conjurada. Así pues, la casa, pilar social superior a los individuos que la habitaban, había que defenderla de los elementos externos nocivos protegiendo todos sus accesos: puertas, ventanas y chimeneas.
Lauburu vasco o religada pirenaica

En las puertas y ventanas los amuletos más conocidos son la esvástica, el lauburu vasco o nuestra religada pirenaica, que es un signo solar atribuido a los pueblos indoeuropeos y que se encuentra en la mayoría de los pueblos de todo el mundo, las cardinchas o cardos (simboliza el sol), pieles de serpiente, escarbaderas de ave (gallina o pato), patas de oso, de jabalí, garras de águilas, cuernos de animales, búhos, azores, gavilanes, etc que todavía pueden verse por el Pirineo protegiendo el corazón del universo: la casa.
Corazón de Jesús con leyenda de bendición
Corazón de Jesús
Tambien existen cruces, imágenes del Corazón de Jesús o cualquier otro símbolo de tipo religioso, que encontramos en muchas casas de Sos, y materiales vegetales bendecidos, como ramas de olivo.


Cruz
Curiosa inscripción






Todos estos elementos estaban destinados a impedir la entrada de seres semihumanos como las lamias u otros seres relacionados con el agua, como las fadas d´agua, encantarias y moras y así preservar el bien dentro de la casa.

También para asegurarse de que una entrada está segura frente a influencias malignas, se tallan motivos en los dinteles y las jambas de las puertas o se añaden “totems” simbólicos en las aldabas de las puertas, como herraduras. 



                               No nos olvidamos de las brujas, las grandes protagonistas de la mitología de todas las culturas; contra ellas era la protección en las chimeneas. Los espantabrujas hacían que no pudieran introducirse por ella para hacer ningún mal en la casa. Consiste en una piedra que representa una tosca figura humana con los brazos extendidos y una gruesa cabeza, que en conjunto ofrece el aspecto de una extraña cruz.

         La brujería constituyó para la sociedad tradicional un importante foco de temores y miedos. Los infortunios que sufría repentinamente una casa se atribuía a brujas. Por inercia, hasta el abandono de la sociedad rural en muchos pueblos, se imputaría el carácter de bruja a una vecina de forma bastante aleatoria, considerándola en gran medida causante de los males de la comunidad.




d.

BIBLIOGRAFIA
-Chusé Aragüés. Mitos, leyendas y creencias. Coleccionable "El Pirineo Aragonés" Heraldo de Aragón.
NOTA: Todas las fotografías están realizadas en Sos del Rey Católico.



domingo, 15 de febrero de 2015

EL AYUNTAMIENTO DE SOS

En la Plaza de la Villa, punto neurálgico de Sos, encontramos un impresionante edificio renacentista construído a finales del siglo XVI (1595) ocupado por la Casa Consistorial.
En la Alta Edad Media las reuniones de los concejos de las ciudades y de las villas se realizaban en las iglesias, pero ya en la Baja Edad Media los poderes municipales alcanzaron su madurez y comenzaron a construir edificios para que las autoridades civiles ejercieran sus funciones, obteniendo así una independencia y autonomía respecto al poder religioso.
El lenguaje renacentista en la arquitectura civil supuso, en términos de infraestructuras, la modernización de las ciudades y pueblos, con la implantación de los servicios básicos que toda ciudad debería tener para atender a su colectividad. Son las construcciones sistemáticas, más o menos artísticas, de pósitos, hospitales, panaderías, cárceles, plazas y, desde luego, casas consistoriales.
 Las Casas Consistoriales, forzosamente debían ubicarse en la Plaza Mayor, concebida como centro neurálgico, tanto en la población medieval como renacentista, junto a la Lonja erigida a finales del s. XIV. La monumentalidad del edificio de Sos y su gran volumen puede que tenga su razón de ser en la preponderancia que el Concejo decidiera inferirle, al objeto de realzarla frente a otro par de construcciones levantadas por las mismas fechas como sendas residencias nobiliarias.


Ayuntamiento y Colegio. Oleo sobre lienzo; de Manuel Valle



De planta casi rectangular, con techumbres arquitrabadas como sistema de cubrimiento, fue levantada en piedra sillar combinada con mampostería, con un armónico tratamiento en la fachada principal materializado en la estructuración de plantas horizontales, organizadas de acuerdo con el eje direccional que se origina a partir de su magnífica portada, que consta de un arco de medio punto soportado por pilastras decoradas a base de motivos serlianos, análogos a los reproducidos en las dovelas, y va flanqueada por un par de ventanas adinteladas enmarcadas por molduras y protegidas por sus correspondientes alféizares. El conjunto se potenció al incluir un par de pilastras que reciben el entablamiento, desde el que parte la línea de impostas que separa esta planta de la siguiente, sobre el que campea, a modo de frontón, el escudo de la Villa, incorporado ya en el segundo cuerpo.




Fachada del Ayuntamiento de Sos del Rey Católico.

       A ambos lados un par de ventanas y otros dos balcones, sobre los que se distribuyen otros tantos balcones y ventanas, todos ellos adintelados y protegidos por balaustradas de hierro forjado los unos y alféizares volados los otros.
      Una imposta, idéntica a la que les sirviera de apoyo, cierra este segundo cuerpo, formado por dos plantas, y dando paso al tercer cuerpo, en el que se desarrolla una preciosa galería compuesta por catorce ventanas rematadas en arco de medio punto, muy habitual en las construcciones aragonesas de la época, y que repetirán el sistema ornamental empleado en la puerta de acceso.








          El edificio lo remata un impresionante alero aragonés tallado en madera en la que resaltan los casetones decorados a base de florones de los que penden piñas pinjantes, y en cuyo centro también se encuentra tallado el escudo de Sos.
Ayuntamiento. Galería de arquillos y alero tallado en madera con el escudo de Sos

El Ayuntamiento sufrió una importante remodelación en el s. XIX que afectaría a la fachada, duplicando vanos y ampliando la luz inicial, y a la ampliación y distribución del espacio interior.
Tras las reformas noucentistas, el edificio quedó estructurado en cuatro plantas distribuidas en sendas crujías, más un pequeño sótano excavado en la roca que funcionaría como cárcel. Ocupando la crujía delantera encontramos un suntuoso patio con el suelo adornado por cantos rodados que forman un espectacular mosaico y una bella escalera imperial precedida por una magnífica arquería apoyada en recias columnas de fuste liso, y acotada, como sucede con el patio, por un par de aposentos en los que se guardaba el utillaje del almutazaf y demás herramientas y útiles municipales; el patio serviría también como dependencia para las caballerías. La suntuosidad del patio se ve reflejada en el Salón de Sesiones de la Planta Noble, flanqueado también por un par de cuartos, cuya composición y distribución se repite exactamente en la segunda planta, tras llevarse a cabo la reforma aludida del s. XIX; estas dependencias tendrían funciones administrativas y albergarían también sala de reuniones para el Justicia y los jurados de Sos. La última planta serviría como granero.
Patio del Ayuntamiento. Sos del Rey Católico
El espacio de la planta baja, al que la centuria noucentista mermaría reduciendo su espléndida escalera, puede contemplarse de nuevo tras las obras de restauración realizadas entre 1984 y 1988 bajo la dirección del arquitecto Pons Sorolla.
Para esta reforma, restauración y conservación de la Casa Consistorial, el MOPU destinó en 1983 la cantidad de 49.044.649 ptas, teniendo que desmontar y volver a montar la techumbre y muros.
Actualmente la primera planta se destina a despachos y dependencias municipales, salas de reuniones y atención al público; en la segunda se ubica el salón de plenos, y en la tercera se encuentran las oficinas de Adefo Cinco Villas.


                        Inscripciones en la piedra

                   En la fachada exterior del Ayuntamiento y a ambos lados de la puerta principal pueden leerse dos frases grabadas en la piedra, datadas en el año 1681 como recordatorio de unas misiones populares del siglo XVII. Dichas frases pertenecen al antiguo testamento y rezan lo siguiente: “DIZE DIOS NUESTRO SEÑOR: EN LA CASA DEL QUE JURA NO FALTARA DESVENTURA” y la otra: “LA MALDICION DE LA MADRE ABRASA Y DESTRUYE DE RAIZ HIJOS Y CASA.(ver enlace)
                  En el interior, en el zaguán de entrada ,en el pilar izquierdo, pueden verse diversos grabados en la piedra y que todavía se desconoce su significado.





BIBLIOGRAFIA
-LOMBA SERRANO, CONCEPCIÓN. La casa consistorial en Aragón. Siglos XVI y XVII. Dpto. de Cultura y Educación. D.G.A. Zaragoza, 1989.

-LOMBA SERRANO, CONCEPCIÓN, JOSÉ ANTONIO ALMERÍA, CRISTINA JIMÉNEZ NAVARRO Y CARMEN RÁBANOS FACI. El patrimonio artístico de la comarca de las Cinco Villas. C.E.C.V. Ejea de los Caballeros, 1998.

En la web:
-www.sosdelreycatolico.com