sábado, 31 de enero de 2015

LA FIGURA DEL REPATAN

El repatán, por definición, viene a ser el aprendiz de pastor, por lo que “a priori”, este personaje tiene que merecerse todos los respetos. Sin embargo, debido a las costumbres rurales y al abuso que se ha hecho de estos aprendices de ganaderos por parte de sus patrones, ser repatán, en la comarca de Sos y en otras aledañas, degeneró, hace años, en un concepto humillante, denigrante y vejatorio para estos mozés que eran entregados por sus progenitores a un poderoso ricachón del pueblo.

Es cierto que alguno de estos “caciques” encomendaban al repatán las tareas más fastidiosas, como arrear el rebaño desde la cola, lo que implicaba “tragarse” todo el polvo que levantaba el ganado; o cuidar de las borras(corderas de un año) y durante la paridera tener que amamantar, a media noche, a los corderos; o acarrear el agua, la leña, hacer las sopas, las “pellas” (bollos de pan para los perros) etc...
La locución “te voy a mandar de repatán” es la frase más vituperable que se ha oído por Sos en el último siglo; el niño que oía esta expresión agachaba las orejas y se sumía en el más profundo recogimiento. Era algo así como decirle que no valía para nada. Afortunadamente no deja de ser una expresión popular y aunque hoy en día la frase “te voy a mandar de repatán” se usa peyorativamente, se manifiesta en un tono jocoso y alegórico a un joven que va mal en los estudios o no consigue realizar con buen fin las tareas impuestas por sus padres o tutores.










                       Félix Guerrero realiza una perfecta y mordaz descripción del repatán en su libro “a la sombra del castillo”, novela histórica que transcurre en Sos del Rey Católico en los siglos XIX-XX, rescatando la figura de este singular personaje: 
“Es el repatán figura réplica de aquel barroco lazarillo cuyos indigentes padres abandonaban a su suerte, depositándolo en manos de linces (unas veces invidentes, otras de alma bizcos), a cuya enteca sombra pícaramente medraban en astucia, desvergüenza e hipócrita virtud. Como éstos, el repatán es hijo generalmente de familia numerosa cuyos padres, incapaces de hacer frente a sus penurias, lo entregan a un todopoderoso del pueblo para que éste se sirva de él por el módico precio de una frugalísima comida diaria y, en el mejor de los casos, un duro quincenal….El repatán es comodín de naipe al que se recurre lo mismo para lustrar unas botas campesinas que para acarrear el botijo hasta la fuente, sujetar la oveja en el esquileo, ahogar en viento los sofocos menopáusicos de la señora, de comadrón en pocilguero parto, veneciador de mesas atiborradas de carnes extrañas, capolar cuando la matanza o para sostener la esputidera del señor y la de sus amigos del alma. Todas las labores deberá realizarlas prestamente y con pulcritud manifiesta. Si no es así, el supervisor del cetro del príncipe, el palo del pastor, el coscorrón del mayoral, el pescozón de la criada o el desdén de la señora ama inscribirán su sello hematológico en sus cándidas desnudeces. Cuando el primer vacacional fin de semana el repatán vuelve a su casa a por muda limpia y un poco de cariño, piensa aliviarse en los suyos contándoles las desventuras de los días lectivos. Entonces, manualmente, su padre la emprende con él, recomendándole diligencia, silencio, reverencia y aceptación. Otra vez, y ahora aún más humillado, regresa cabizbajo y desconcertado el yunque a la fragua, prometiendo no volver a descoser su alma frustrada a la familia ni por todo el oro del mundo”[1]

¡Como para ser repatán!





[1] Félix Guerrero Cortés. A la sombra del castillo. Certeza, Zaragoza, 2004, pp.143-144

domingo, 25 de enero de 2015

ALFONSO I "EL BATALLADOR"


Alfonso I, tras la prematura muerte de su hermano Pedro, hubo de asumir, junto a las tareas de dirección de la guerra, las labores de gobierno, administración y diplomacia propias del soberano. Durante treinta años, desde 1104 hasta 1134, reinó en Pamplona y Aragón, centrando su interés en la ampliación del territorio bajo el espíritu de cruzada y en la organización del mismo mediante repoblaciones sistemáticas, favorecidas por la concesión de ventajosos fueros, con lo que consiguió atraer nuevos pobladores a Sos, considerados como hombres libres, y así el rey Alfonso tenía el control absoluto de una villa que era estratégicamente muy importante por ser frontera entre musulmanes y cristianos primero y entre aragoneses y navarros después.
Alfonso I "El Batallador", por Francisco Pradilla. 1879.

Su política expansiva siguió las líneas que ya había marcado su hermano Pedro I. Retomó las campañas militares en el mismo punto donde Pedro las había dejado, por lo que la toma de Zaragoza fue su primer objetivo.
Participó y ganó numerosas batallas, por lo que se le conoce como” El Batallador”, así lo registra la “crónica de San Juan de la Peña” en la que se anotó que le llamaban “Batallador “porque en España no hubo tan buen caballero, que en veintinueve batallas venció”.
En varias ocasiones estuvo el monarca de Sos, una de ellas en febrero del año 1124, desde donde firmó el fuero de Cabanillas. En otra de sus estancias en la villa concedió fueros a los que acudiesen a poblar el lugar de Encisa, en las actuales Bardenas Reales.
También en 1129 Alfonso I estuvo ocho días en la villa curándose de una afección ocular, siendo tratado, al parecer, por un médico cristiano llamado Pere Guillem y por otro judío llamado Simón. Aprovechando su estancia en Sos confirmó a los clérigos de la abadía de San Esteban un privilegio que les había sido concedido anteriormente por Sancho Ramírez, consistiendo en exenciones fiscales para sus casas, caseros y heredades. También aprovechó estos días para supervisar las mejoras que se estaban realizando en el castillo de Sos.
Tras numerosas batallas ganadas, el 17 de julio de 1134 asedió Fraga, pero allí, los musulmanes, tras recibir los refuerzos necesarios para resistir a las tropas aragonesas, hicieron frente al Batallador cosechando éste una terrible derrota. Muchos nobles murieron en la batalla. Una sola derrota y la mortandad sufrida por sus tropas precipitaron el final de Alfonso I, que dos meses después de la batalla de Fraga murió, y sus restos fueron sepultados en Montearagón.
 El colapso del ejército cristiano fue tal que los musulmanes pudieron iniciar una recuperación territorial. A principios de 1135 Aragón había perdido ya plazas como Mequinenza, Monzón y Pomar de Cinca.
Su escasa afición a las mujeres (según Ben-Afhir, ni siquiera tenía concubinas, por considerar que para un guerrero sólo era recomendable la compañía de hombres de armas) y el fracasado matrimonio con Urraca de Castilla dejaron a Alfonso I sin descendencia. Su único hermano estaba dedicado a la iglesia y no había participado en labores de gobierno ni en campañas bélicas. El rey descartó la continuidad dinástica y decidió hacer herederas del reino a tres órdenes militares: la del Temple, la del Hospital y la del Santo Sepulcro. Tan inusual decisión es comprensible sólo desde dentro del espíritu de cruzada: a falta de heredero adecuado, Aragón y Pamplona se transformarían en el reino de los cruzados. Sin embargo ni aragoneses ni pamploneses estaban dispuestos a admitir que caballeros extranjeros se hicieran con el poder.

Testamento del monarca aragonés Alfonso I el Batallador dictado durante el asedio de Bayona (octubre de 1131)

En nombre del bien más grande e incomparable, que es Dios. Yo Alfonso, rey de Aragón y de Pamplona (...), pensando en mi muerte y reflexionando que la naturaleza hace mortales a todos los hombres, me propuse, mientras tuviera vida y salud, distribuir el reino que Dios me concedió y mis posesiones y rentas de la manera más conveniente para después de mi existencia. Por consiguiente, temiendo el juicio divino, para la salvación de mi alma y también la de mi padre y mi madre y la de todos mis familiares, hago este testamento a Dios, a Nuestro Señor Jesucristo y a todos sus santos. Y con buen ánimo y espontánea voluntad ofrezco a Dios, a la Virgen Maria de Pamplona y a San Salvador de Leire, el castillo de Estella, con toda la villa y con todas aquellas cosas que pertenecen a la jurisdicción real, de manera que una mitad sea de Santa María y la otra de San Salvador. De igual modo, dono a Santa Maria de Nájera y a San Millán, el castillo de Nájera con todas las cosas u honores que pertenecen a este castillo, también el castillo de Tribia con todo su honor; y todo esto, media parte sea de Santa María y la otra media de San Millán. Ofrezco, también, a San Salvador de Oña el castillo de Belorado con todo su honor. Asimismo dono a San Salvador de Oviedo, San Esteban de Gormaz y Almazán con todas sus pertenencias.
Dono también a San Jaime de Galicia, Calahorra, Cervera y Turtulón con todas sus pertenencias. También a Santo Domingo de Silos dono el castillo de Sangüesa, con la villa, los dos burgos, el nuevo y el viejo, y su mercado. Dono también a San Juan de la Peña y a San Pedro de Siresa toda aquella dote que fue de mi madre, es decir, Biel, Bailo,Astorit, Ardenes y Sosa, y todos aquellos bienes que se pudieran descubrir que fueron bienes dotales de mi madre; y de estas cosas, media parte sea de San Pedro de Siresa y la otra media parte sea de San Juan de la Peña, con todas sus pertenencias.
Y así también, para después de mi muerte, dejo como heredero y sucesor mío al Sepulcro del Señor, que está en Jerusalén, y a aquellos que lo vigilan y custodian y allí mismo sirven a Dios, al Hospital de los Pobres, que está en Jerusalén, y al Templo del Señor con los caballeros que allí vigilan para defender el nombre de la cristiandad. A estos tres concedo todo mi reino, o sea el dominicatus que poseo sobre toda la tierra de mi reino, así como el  principatus y el derecho que tengo sobre todos los hombres de mi tierra, tanto los religiosos como los laicos, obispos, abades, canónigos, monjes, optimates, caballeros, burgueses, rústicos y mercaderes, hombres y mujeres, pequeños y grandes, ricos y pobres, judíos y sarracenos, bajo las mismas leyes y tradiciones, que mi padre, mi hermano y yo hasta hoy lo tuvimos y hemos de tener (...)
De este modo todo mi reino, tal como consta más arriba, y toda mi tierra, cuanto yo tengo y cuanto me fue legado por mis antecesores, y cuanto yo adquirí o en el futuro, con la ayuda de Dios, adquiriré (...) todo lo atribuyo y lo concedo al Sepulcro de Cristo, al Hospital de los Pobres y al Templo del Señor para que ellos lo tengan y posean en tres justas e iguales partes (...) Todo esto lo hago para la salvación del alma de mi padre y de mi madre y la remisión de todos mis pecados y para merecer un lugar en la vida eterna.
Esta escritura ha sido hecha en la era 1169 (año 1131) en el mes de octubre durante el asedio de Bayona[1].(Continuación)




[1] Liber Feudorum Mayor (ed. Francisco Miquel Rosell, Barcelona, CSIC, 1945-1947)


BIBLIOGRAFIA

-Cabezudo Astrain, José, y Antonio Guillén de Jasso. Noticias históricas de Sos. C.H.J.Z., nº 3. Zaragoza, 1952.
-Corral Lafuente, José Luis. Historia contada de Aragón. Librería General. Zaragoza, 2000.
-Iradiel, Paulino; Moreta, Salustiano; Sarasa, Esteban. Historia medieval de la España cristiana. Cátedra S.A., 1989.
-Lacarra, José Mª. Alfonso I el Batallador. Ed. Guara. Zaragoza, 1978
-Coleccionable "Historia de Aragón". Heraldo de Aragón. Zaragoza, 1991.
-Coleccionable "Reyes y Reinas de Aragón". Heraldo de Aragón. Zaragoza.

domingo, 18 de enero de 2015

EL PUENTE DE UNCASTILLO

Saliendo de Sos se toma la vieja carretera en dirección a Uncastillo, y a trescientos metros a nuestra izquierda, bajando al cauce del arroyo, podemos ver este puente románico.


Puente de Uncastillo

Aunque la tradición oral lo atribuye a un origen romano, el puente se construyó en la época medieval, pudiendo vincularse al Camino de Santiago, siendo transitado por los peregrinos que venían de Uncastillo para acceder por Sos a la ruta principal en Sangüesa. No hay que olvidar que un ramal del camino de Montserrat pasaba por aquí.

Camino de acceso al puente en dirección a Sos










Marca de cantero en el interior de una dovela del arco
                           

                El puente está asentado sobre las rocas del lecho del barranco y se sirve de un arco de medio punto a partir del cual se forma una bóveda de cañón. Está construído en piedra sillar que es más regular y de mejor factura en la bóveda, donde algunos sillares conservan las marcas de cantero, lo que delata su origen medieval.
              Además de buscar unos sólidos cimientos y levantar unos gruesos pilares, la consistencia y permanencia del puente dependía de la correcta ejecución de los arcos. Para construir el arco fue necesario el uso de centrado o cimbas, que son unas estructuras provisionales de madera que soportaban el peso de los sillares hasta que la obra estuviera terminada. Una vez colocado el último sillar o clave del arco se retiraba la cimba.
Suelo empedrado del puente
Empedrado y pretiles
En los muros originales no se distingue argamasa alguna entre las piedras por su perfecto ajuste, mientras que en las reparaciones realizadas en distintas épocas son de mampostería, unidas con gran cantidad de cal y arena, y más recientemente, en algunos sitios, mortero con cemento.            
El puente tiene 4 metros de anchura con curvado central, pretil a ambos lados con piedras de hasta 2 m. de longitud y alrededor de 50 cm. de altura; unos orificios en la parte inferior del pretil desalojan el agua de la lluvia.


LAS AURORAS


A partir de San Miguel (29 de septiembre), y coincidiendo con el otoño,el calendario litúrgico celebra fiestas en honor a la Virgen del Rosario; octubre es el mes destinado al rosario, y en muchos pueblos de la comarca, al igual que en Sos, se celebran las novenas a la Virgen con rosarios cantados. Son las auroras, un canto difundido en el siglo XVII en la cruzada de los Dominicos en defensa del rosario, tratando de que arraigase en las clases populares.
La Gran Enciclopedia Aragonesa recoge esta tradición: "Las Auroras son interpretadas fuera de los templos, de madrugada, generalmente por hombres que recorren las calles, antes del rosario de la aurora, despertando a los devotos e incitándoles a participar en el rezo; de ahí su nombre de “despertadores”, en algunos pueblos o de “auroros”.

Antiguamente las auroras eran cantadas exclusivamente por hombres (auroros), aunque actualmente se interpretan ya con voces femeninas. Los auroros o despertadores se concentraban de madrugada en casa de uno de ellos o a la puerta de la iglesia y recorrían las calles cantando, con el sólo acompañamiento de una campanilla, con el objeto de despertar a los vecinos para que acudieran al rosario:

Venid a rezar,
no perdáis lo que tanto aprovecha
por la perecita de no madrugar.

Aunque musicalmente hablando las auroras no son de gran interés, sí tiene en cambio gran importancia la organización social que subyace en este tipo de manifestación popular y el hecho de que las letras de las coplas se transmitieran por tradición oral. De su ingenuidad y simplicidad se puede deducir las características de las devociones populares y su modo de expresión. Los temas de las coplas son muy variados y las músicas y tonadillas diferentes.
 Aún se recuerda en Sos que después de cantar las auroras los hombres se apresuraban al campo, donde la siembra servía de inicio a un nuevo año agrícola que había de esperar, por lo menos, con un cierto optimismo.
En Sos del Rey Católico interpretan las auroras acompañándose de diversos instrumentos, como acordeón, bandurria y guitarra.Todos los domingos de octubre, después de rezar el rosario en la iglesia muy temprano, los auroros salen cantando por las calles las distintas coplas de la aurora, a las que añaden avemarías rezados y cantados
El volumen 1 del “archivo de tradición oral” recoge una aurora cantada el 25 de octubre de 1992 en Sos del Rey Católico interpretada por los siguientes vecinos de la Villa:

Acordeones: Máximo Vinacua y José Antonio Garín.
Guitarras: Paco Vinacua y Mª Jesús Domínguez Legarre.
Bandurria: Delfín Arbea.
Voces: Intérpretes musicales y otras voces.
Otros colaboradores de la mencionada aurora, que a continuación exponemos, son:
Sotero Lara Corrales
Restituto Leranoz Learte.
José Antonio Lobera Cuartero.
Gonzalo Machín Alegre.
Raimundo Reved.
Mª Pilar Salvo Salanova.
Mª Sangorrio Bueno.
Pilar Solanas.
      Colaboradores:
Angel Bueno Villanueva.
Ramona Puig Boira y familia.
…y otros informantes anónimos…

Aurora de Sos del Rey Católico

Al rosario la aurora te llama
y sigue, cristiano, con gran devoción,
porque sale por calles y plazas
y llena de dones nuestro corazón.
Venid a rezar
por la reina del cielo
que es María,
con cuya alegría
nos ha de amparar.
Al balcón
del Cielo se asoma
la blanca paloma,
Reina, Emperatriz.
Moradores
de todo este barrio
dejad vuestras camas
y al punto salid.
Venid a coger
de las flores, que son de María,
porque es María Pía,
contra Lucifer. [1]




[1] Archivo de tradición oral. Volumen I. La tradición oral en las Cinco Villas, Valdonsella y Alta Zaragoza. 




BIBLIOGRAFÍA

-Bajén García, L.M. y Mario Gros Herrero. Archivo de tradición oral. Vol.1.  La tradición oral en las Cinco Villas, Valdonsella y Alta Zaragoza. D.P.Z. Zaragoza, 1994.
-Gran Enciclopedia Aragonesa. Las auroras

VINO DE NUECES

 El vino de nueces es un producto tradicional que se elaboraba en muchos hogares de Sos, dada entonces la abundancia de nueces en la comarca.Aunque es una tradición que se ha ido perdiendo con el tiempo,unas veces por dejadez, falta de interés o porque los nogales han ido desapareciendo, todavía queda algún hogar en Sos en que esta tradición continúa viva, siendo costumbre elaborar el vino de nueces en la noche mágica de San Juan. 
Ingredientes por litro de vino:
·       Vino tinto
·       9 nueces
·       ¼ kg. de azúcar
·       ¼ l. de brandy


 Preparación:
La noche de San Juan se cogerán las nueces del árbol (tantas como litros de vino vayamos a hacer). En una garrafa de cristal vertemos el vino; las nueces, una vez lavadas, las cortamos por la mitad tal y como las hemos cogido del árbol, con todo su pericarpio, y las vamos introduciendo en la garrafa. No hay que olvidarse que con la última nuez que introduzcamos, hay que pedir un deseo, ya que estamos en la mágica noche de San Juan. Así lo dejamos en maceración durante cuarenta días en un lugar seco y oscuro. Es conveniente observar cada pocos días el proceso del vino durante la maceración, eliminando los trozos de nueces que queden flotando; si son trozos gruesos se pueden fragmentar en otros más pequeños, que normalmente se hundirán. Si quedan trozos flotando o no se trocean las nueces, se corre el riesgo –sobre todo si la nuez está demasiado verde- de que se produzca la fermentación del almidón del fruto, dando lugar a acetona (se notará enseguida por el olor), obligando a tirar el vino.
Pasados los cuarenta días se filtra el vino a otra garrafa de cristal, desechando las nueces, y se añadirá ¼ de kg. de azúcar y ¼ de litro de brandy por cada litro de vino. Se deja reposar de nuevo en sitio seco y oscuro durante tres o cuatro meses, o sea, que estará en su punto para poder degustarlo en Navidad.[1]






[1] Receta de Lourdes Suescun (q.e.p.d.). Si pasa por su casa no deje de degustar su estupendo e inigualable vino de nueces, que todavía siguen elaborando sus descendientes.

PORTAL DE UNCASTILLO O "DE LOS CUERNOS"

Próximo al portal de Levante se encuentra el portal de Uncastillo, ambos muy simples en su construcción, en arco de medio punto y muy parecidos en cuanto a tamaño y forma. Al Portal de Uncastillo, denominado de esta forma por su orientación hacia dicha localidad cincovillesa, también se le conoce vulgarmente como el “portal de los cuernos”. 
En contraposición a lo que algunos piensan, que es llamado así por los posibles escarceos amorosos de personas casadas que se daban cita bajo el portal, existe una explicación mucho más simple y tradicional. Hasta no hace mucho tiempo, e incluso en la actualidad, existía la tradición de proteger las casas contra las maldiciones y los seres malignos del exterior, colocando en las puertas de las casas objetos y amuletos protectores de distinta naturaleza para salvaguardar a sus moradores (patas de cabra, de conejo, pieles de serpientes, cardinchas, patas de oso, de jabalí, cuernos de cabra, etc…)

Portal de Uncastillo o "de los cuernos"
La calle que sale al Portal de Uncastillo es bastante inclinada, y antes de su actual restauración, el estado de su pavimentación era inexistente y totalmente lamentable; si a esto le añadimos las nevadas de la estación invernal, o las lluvias, podemos imaginarnos que su tránsito era muy peligroso por los posibles patinazos y caídas. Así que los moradores de las casas que compartían esta calle decidieron poner como amuletos en las puertas de sus casas cuernos de animales para, de esta manera, poder aferrarse a los mismos en caso de resbalones.La abundancia de amuletos cornúpetas en esta calle hizo que los vecinos bautizaran a este portal como "Portal de los cuernos"





domingo, 11 de enero de 2015

COMO LLEGAR A SOS

Sos del Rey Católico dista 122 Km de la capital aragonesa, 105 Km. de Huesca y 294 de Teruel, tan sólo 59 Km. de Pamplona y 405 Km de Madrid, 423 Km de Barcelona y 217 Km de Bilbao.

Por carretera

§     Desde Zaragoza: Tomar la AP 68 hasta la salida de Alagón, coger la carretera A-126 en dirección a Tauste y aquí la A-127 hasta Sos.
§   Desde Huesca: Coger la A-132 hasta Ayerbe, desviarse por la A-1202 hasta Uncastillo y desde aquí la CV 841 hasta salir a la A-127 que nos llevará hasta Sos. Esta carretera no es muy recomendable por su sinuoso trayecto y mal estado del firme. Otra opción, algo más larga(129 Km), es tomar la A-132 hasta Puente la Reina, continuar por la N-240 hasta Sangüesa y desde aquí hasta Sos por la A-127.  En esta segunda opción, la más recomendable, señalar que poco antes de llegar al pantano de Yesa existe una carretera a nuestra izquierda que nos indica la dirección a Sos, es la A-1601 que pasando por Ruesta y Urriés nos acerca hasta la Villa, pero tampoco es muy recomendable este desvío por cuanto ésta carretera atraviesa la sierra de la Sarda y son muy frecuentes sus curvas, además hay que añadir la estrechez de la calzada y el mal estado de su pavimento, por lo que la opción más rápida y segura es llegar hasta Sangüesa.
§     Desde Pamplona: Tomar la N-240 hasta el cruce de Liédena para desviarnos por la NA 127 a Sangüesa y desde aquí llegar a Sos.

Las carreteras que recorren el término municipal son las siguientes:
§       A-127 de Sangüesa a Gallur.
§       CV-868 a Mamillas y Sofuentes.
§       CV-841 a Uncastillo.
§       A-1601 a Gordués-Navardún.
§       A-2601 a Petilla de Aragón.
§     CV-684 a Undués de Lerda.
§       CV-621 de Castiliscar a Sofuentes.



En transporte público

Respecto al transporte público Sos no está muy bien comunicada con su capital de provincia, disponiendo únicamente de un autobús diario de ida y vuelta, de lunes a viernes, a Zaragoza, si bien se está estudiando la posibilidad de aumentar su frecuencia. Además hay que añadir que este trayecto realiza muchas paradas y se desvía frecuentemente de la ruta principal, por lo que la duración del viaje se alarga considerablemente, resultando el mismo excesivamente largo y cansado.
En la década de los años 40 Sos, cuando todavía el municipio contaba con un considerable número de habitantes, Sos llegó a disponer de tres servicios de autobuses: de Sos a Sádaba, de Sos a Sangüesa y de Sos a Urriés y Navardún. Actualmente estos servicios han desaparecido

En ferrocarril

El municipio carece de vías férreas, por lo que no es viable acceder a Sos en este medio de transporte.
Ferrocarril secundario Gallur-Sádaba. Viaje inaugural (1915)
 Hubo un proyecto en la década de los años 40 sobre la construcción de un ferrocarril Santander-Mediterráneo, pasando por Sos, y otro para hacer realidad la idea de prolongar hasta Sangüesa la línea secundaria de uso agrícola Gallur-Sádaba, proyecto que no se realizó. La estación de ferrocarril más próxima era el Irati, a 13 Km. de Sos. Actualmente la estación de tren más próxima es la de la localidad Navarra de Olite, a 53 kilómetros de la Villa.


domingo, 4 de enero de 2015

EL CALLIZO

    
                             
       
Callizo o callejón del Saco
                   Hay veces que al construir dos edificios contiguos en una misma calle, al tener el caballete del tejado perpendicular al eje de alineación, los faldones de ambos tejados tienden a juntarse y tocarse uno con otro. Para evitar que esto ocurra y con el fin de facilitar la evacuación de agua a la calle en caso de lluvias, es necesario dejar un espacio entre las casas, dando lugar a una estrechísima callejuela que recibe el nombre de callizo, pues de otro modo el agua se acumularía en el medianil.
                                   El callizo, en localidades donde el espacio urbanizable es más bien escaso, como es el caso del casco intramuros de Sos, supone una considerable pérdida del mismo, y se evita configurando los caballetes del tejado paralelos al eje de alineación de la calle, permitiendo de este modo a dos edificios compartir una pared medianera.
                                  Un buen ejemplo de callizo lo encontramos en Sos en el conocido callejón del Saco, en la calle de Pons Sorolla. El azar ha querido que al final del mismo pueda apreciarse el escudo de los Sada situado encima de la puerta del Palacio, alegrando de esta manera la vista de un callizo que por sí mismo no tiene atractivo ni función alguna salvo para la que fue construído.
                                   

sábado, 3 de enero de 2015

SOBRE MEDICINA POPULAR


Emiliano Ladrero, médico forense de Sos, antropólogo e investigador de la medicina popular, protagonizó uno de los mayores esfuerzos realizados en favor del conocimiento de la medicina popular altoaragonesa, recopilando en el primer cuarto del siglo XX variados y extraños métodos utilizados por los habitantes, tales como tratamientos y prácticas que presentaban un notable componente mágico; así puede comprobarse no sólo en los apartados dedicados a prácticas adivinatorias amorosas, malos presagios, muerte, supersticiones, embrujamientos, mal de ojo o hechicerías, sino también cuando se refiere a embarazos, partos, veterinaria rural, terapéutica popular y remedios caseros. Toda esta recopilación la recoge el doctor José Mª Iribarren en el capítulo titulado “el folklore de Sos y la Valdonsella, en el libro Historias y Costumbres.
 El Dr. Iribarren, al final de la introducción al referido capítulo, hace una referencia al Dr. Ladrero: “...a la memoria de un médico ejemplar que, a la vez que ejercía su profesión de manera abnegada y anónima, supo calar en la entraña del pueblo, y anotar las diversas y curiosísimas manifestaciones de su acervo folklórico”.
Como muestra de la “medicina popular” y prácticas utilizadas hasta la segunda mitad del s. XX, sirva esta barbaridad aportada por Ladrero e Iribarren referente al momento de un parto: “...Si el recién nacido presenta síntomas de asfixia, no hay mejor remedio, cuando todos fallan, que introducir el pico de una gallina por el ano de la criatura y mantenerlo allí hasta que el niño respire. En estos casos la que suele morir por asfixia es la gallina. La madre del niño debe comerse la gallina o beberse el caldo de su cocción”[1]

 BIBLIOGRAFIA

-Iribarren, José María. Historias y costumbres (Colección de ensayos) Institución Príncipe de Viana. Diputación Foral de Navarra. Pamplona. 1949.
-Martínez Tejero, Vicente. Notas sobre medicina popular aragonesa. Temas de antropología aragonesa nº 7, Zaragoza. 1977.




[1] Vicente Martínez Tejero. Notas sobre medicina popular aragonesa. Temas de antropología aragonesa, nº 7, Zaragoza, 1997, pp.175-181.

LA NOCHE DE SAN JUAN

 
Fuente de Calderón. (Sos del Rey Católico)


En la zona de Sos del Rey Católico y la Valdonsella se mantiene la creencia de que en la mágica noche de San Juan, el 24 de junio, pueden ser desencantadas las damas encantadas que habitan en las fuentes. Para ello se coge un ovillo de hilo que entrega la dama y hay que andar con él para que se vaya desenrollando pero sin volver la cabeza. Conforme el hilo se va soltando se oyen fuertes gritos, pero no hay que asustarse y sobre todo jamás volver la cabeza, en cuyo caso se malogra el desencanto. Eso es lo que le sucedió a un mozo de Sos, que cuando volvió la cabeza vio una hilera de yeguas negras unidas al hilo, que desaparecieron instantáneamente, excepto la primera de la fila, que es la que tenía aferrada con el hilo.
El tema del ser misterioso que entrega al hombre una madeja, un ovillo o una joya de gran valor obligándole a seguir adelante y a no sentir curiosidad so pena de deshacer el sortilegio, de perder el preciado objeto, o de sufrir inmediato castigo, es muy corriente en la mitología popular. Aparece en la historia de Ulises, en la Biblia cuando la esposa de Loth se convierte en estatua de sal por volverse a mirar el incendio de Sodoma y Gomorra, en el folklore vasco relativo a las lamias, y en la variante extremeña del Mito de Psiquis estudiada por Julio Caro Baroja en su libro “Algunos Mitos Españoles”[1]
En la noche de San Juan, la gente de Sos acude a la fuente de Calderón a "Sanjuanarse", con el fin de curarse de enfermedades.






[1] J.Mª. Iribarren. El folklore del día de San Juan. Rev. Príncipe de Viana nº 7. pp. 211-212, año 1942.